Intenso saqueo juvenil
A pesar de sus sucesivos atracos a la originalidad de otras pel¨ªculas, el director impone intensidad en cada segmento
Diez a?os antes de que se inventaran las escape rooms en Jap¨®n, como concepto y como juego de aventura f¨ªsica y mental, el cine ya las hab¨ªa ideado. Cube, pel¨ªcula de culto de Vincenzo Natali estrenada en 1997, hab¨ªa puesto las bases de la f¨®rmula, hoy internacional y convertida en recurso para el impulso hormonal e intelectual (pre)adolescente y juvenil en multitud de celebraciones de cumplea?os: penalidad por etapas, como un continuo paso de pantallas de videojuego, pero en cuerpo y mente propios, hasta la desesperaci¨®n, el desasosiego, el hundimiento en forma de muerte (metaf¨®rica) y el triunfo.
ESCAPE ROOM
Direcci¨®n: Adam Robitel.
Int¨¦rpretes: Taylor Russell, Logan Miller, Jay Ellis, Tyler Labine.
G¨¦nero: acci¨®n. EE UU, 2019.
Duraci¨®n: 99 minutos.
Con posterioridad, y a¨²n antes de que las escape se popularizaran en todo el mundo (a partir de 2011), un pu?ado de obras siguieron la estela de Natali, incluso en un territorio cotidiano alejado de su ciencia ficci¨®n, con el caso de la muy estimable pel¨ªcula espa?ola La habitaci¨®n de Fermat (Piedrahita y Sope?a, 2007) como singular¨ªsima aportaci¨®n. De modo que la producci¨®n que registrara definitivamente la moda de ocio de fin de semana estaba tan cantada como su g¨¦nero final: a medio camino entre el terror, la aventura, la acci¨®n y la comedia referencial en torno a la cultura popular. Y es Escape Room (con el t¨ªtulo, desde luego, han arriesgado poco), pel¨ªcula de Adam Robitel, director de Insidious: la ¨²ltima llave (2018), siempre ligado al terror, que en su tercer largometraje demuestra una dign¨ªsima capacidad visual y de puesta en escena para acabar componiendo un trabajo respetable, a pesar de un guion con evidente saqueo de otras historias anteriores.
Escape room recolecta aspectos de, entre otras, Cube, Destino final, El protegido, The Game y Eliminado: Dark Web, colocando sus chispas de trascendencia en parte de los subtextos de estas dos ¨²ltimas y lo relativo al aburrimiento de los ricos y sus nuevos modos de entretenimiento, casi como una evoluci¨®n en tiempo real de las snuff movies. Pero, a pesar de sus sucesivos atracos a la originalidad, Robitel impone intensidad en cada segmento, en cada habitaci¨®n, y uno de ellos, el de los rostros derretidos y su ant¨ªdoto, contiene una visualizaci¨®n m¨¢s que atractiva.
Como contrapartida, el guion es de una palmaria insuficiencia a la hora de hacer part¨ªcipe al espectador de sus pistas, dilemas y resoluciones, simplemente caprichosos. Y, a¨²n peor, ni siquiera se plantea la necesaria cavilaci¨®n sobre la perversidad de la mirada, la de sus personajes fuera de campo y la nuestra, como espectadores, ¨¢vidos de im¨¢genes y tesituras de crueldad para consumo de usar y tirar.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.