Sole Gim¨¦nez: ¡°Sin cantar ser¨ªa un alma en pena¡±

Hay una sensaci¨®n extra?a cuando se tiene delante a alguno de los personajes que te han acompa?ado desde la adolescencia. Ellos no te conocen, pero t¨² a ellos s¨ª, o crees conocerlos, de tan vistos como los tienes. Algo as¨ª, esa complicidad inmediata aunque ficticia, surge con esta mujer que llega a la vez presurosa y seren¨ªsima. Es ella. Es Sole Gim¨¦nez, la cantante de Presuntos Implicados, la voz que identificas cante lo que cante desde que, hace 13 a?os, emprendi¨® carrera en solitario. Acostumbrada quiz¨¢ a ese efecto espejo, Gim¨¦nez habla como si te conociera de siempre. Acaba de bajar del AVE que la ha tra¨ªdo a Madrid desde Valencia, donde reside con sus dos hijos en la veintena. El tatuaje de su mu?eca ¡ªNamast¨¦, saludo y despedida en s¨¢nscrito que alude a la luz de uno mismo y del pr¨®jimo¡ª habla de ella. Se lo hizo en Bali por su 55 cumplea?os.

?Hola, Sole, ?por qu¨¦ no Soledad? ?No le gusta su nombre?

No mucho, la verdad. Uno no elige su nombre. De cr¨ªa me llamaban Marisol, pero entonces estaba en boga esa artista, y me daba coraje, as¨ª que me puse Sole, que me parece luminoso. El nombre pesa. A mi hija le puse Alba, en una especie de corte de mangas.

?Les gusta a sus hijos lo que canta? ?Y Presuntos Implicados? En su d¨ªa eran supermodernos.

Pues mira, s¨ª. El peque?o est¨¢ en ¨¦poca rebelde, pero el conflicto no es por mi m¨²sica. Nunca fuimos los m¨¢s modernos, tampoco jug¨¢bamos a eso. Sofisticados, puede. Pero era algo natural, no impostado, y creo que fue parte del ¨¦xito. Si te cr¨ªas oyendo a Stevie Wonder y a Vinicius de Moraes, cosas un poquito m¨¢s delicadas, intentas reproducir algo as¨ª.

?Somos lo que escuchamos?

En gran parte, por eso, como dec¨ªa Paquete, un gran amigo, guitarrista de flamenco, hay que llevar mucho cuidado con lo que escuchas, porque todo se pega.

?Y qu¨¦ escucha ahora?

Pues mira, en el AVE sonaba una m¨²sica maravillosa de Mahler, pero era imposible disfrutarla con gente hablando y comiendo alrededor. Le hemos quitado la importancia y la belleza que tienen las cosas grandes. Mahler en esas circunstancias era como una broma. As¨ª que me he puesto m¨²sica tradicional japonesa.

Qu¨¦ aburrimiento, ?no?

Qu¨¦ va. Me fascina. Es la m¨²sica m¨¢s parecida a la naturaleza. Sigo la melod¨ªa, y me calma.

Siempre me pareci¨® muy zen.

Jaja, eso me dicen, pero yo no me veo as¨ª, soy un torbellino, preg¨²ntale a mi hijo esta ma?ana. Yo me enfado, pero cada vez menos.

?O sea que es una falsa fr¨¢gil?

No soy fr¨¢gil en absoluto. Soy muy vulnerable para la sensibilidad. Lloro con cualquier cosa que me emocione. Pero tengo una capacidad de aguante muy grande.

?Quiz¨¢ demasiado?

Claro, esa es mi condena. Cuando sabes que puedes aguantarlo todo, tiendes a aguantar de m¨¢s.

?Sufridora? ?Se lo ha mirado?

S¨ª, de hecho, una de mis mejores amigas es mi psic¨®loga. Creo que todos tendr¨ªamos que hacer terapia. Creemos que en las distintas fases de la vida tenemos las herramientas suficientes, pero a veces no. Te falta, no s¨¦, como una llave inglesa. Para eso, hay personas que te ayudan a pensar juntos y a ver que igual s¨ª tienes esas herramientas, pero no te das cuenta.

En su disco, interpreta canciones compuestas por mujeres. ?Necesitan que se las reivindique?

Claro, pero no solo en la m¨²sica. El olvido de las mujeres en el arte es escandaloso en la historia. Y ahora mismo, a pesar de haber muchas m¨²sicas de peso, no estamos en igualdad de condiciones ni de lejos. Tambi¨¦n es cierto que tenemos que hacer autocr¨ªtica. No nos valoramos en nuestra justa medida y el entorno es hostil.

?Usted tampoco?

Yo tampoco. Art¨ªsticamente y como mujer, pero eso me viene de casta. Luego, no hay que olvidar que lo que se le pide a la mujer en la m¨²sica es muy de escaparate. Esta industria est¨¢ liderada por hombres que siempre van a querer que la mujer sea florero, y hay que luchar contra eso. Por eso me encantan mujeres como Natalia Lafourcade o Rozal¨¦n, que est¨¢n rompiendo moldes.

El nombre de Presuntos Implicados fue prof¨¦tico. Luego, muchos presuntos fueron condenados. Tambi¨¦n en pol¨ªtica.

Cuando salimos, en 1983, ya hab¨ªa tramas de corrupci¨®n, me acuerdo de alguna en Andaluc¨ªa. Pero despu¨¦s se ha superado cualquier imaginaci¨®n al respecto. Y en Valencia, nuestra tierra, ni te cuento. Qu¨¦ pena todo.

Se moj¨® en su d¨ªa apoyando a Zapatero. ?Volver¨ªa a pedir hoy el voto por un partido?

Me costar¨ªa. Mis ideas no han cambiado, pero sufr¨ª mucho. Lamentablemente, a¨²n se puede vetar a alguien por posicionarse, y lo digo por experiencia. Echo en falta apoyo a la cultura en todos los partidos. Siempre somos el patito feo. La cultura es el alimento del esp¨ªritu de la sociedad, y no se le ayuda. Los artistas trabajamos en precario.

Con el 40 aniversario de la Constituci¨®n, hemos o¨ªdo su C¨®mo hemos cambiado hasta en la sopa. ?Qu¨¦ nos da esa canci¨®n para seguir emocionando?

Hay gente que me reconoce por la calle y se pone a cant¨¢rmela. Supongo que nos evoca el brillo de la juventud, cuando todo es posible. Da un poco de v¨¦rtigo estar en la memoria de tanta gente, pero tener ese v¨ªnculo con personas que no conoces a trav¨¦s de la m¨²sica es precioso.

?C¨®mo ha cambiado usted?

Pues mucho, pero no tanto. Sigo siendo muy ingenua y muy inocente, una ilusa, si quieres, en el mejor sentido de la palabra. No quiero no hacer cosas por miedo a peg¨¢rmela. No quiero ir por delante, quiero dejarme sorprender por la vida. Eso no hay que perderlo nunca.

?Por qu¨¦ sigue cantando?

Porque es mi modo de expresarme. Porque si no cantara, a pesar de lo caro que cuesta estar aqu¨ª, ser¨ªa un alma en pena. Soy una superviviente.