Matar como en un videojuego: ?qui¨¦nes somos nosotros?
Una matanza se ha retransmitido en directo por Live 4 y, por primera vez, las im¨¢genes de que disponen las teles no son recursos en bucle filmados tras un cord¨®n policial
?Qu¨¦ editor de informativos puede resistirse a algo as¨ª? Sobre todo, cuando ya es viral y tu responsabilidad puede diluirse en el morbo colectivo. Algunos salvan la honra difuminando el fondo o recurriendo al pixelado, que es el jab¨®n digital que lava cualquier escrupulillo, pero casi todos pican. ?C¨®mo ignorar el gancho, c¨®mo descolgarse de la corriente?
Una matanza se ha retransmitido en directo por Live 4 y, por primera vez, las im¨¢genes de que disponen las teles no son recursos en bucle filmados tras un cord¨®n policial, con ambulancias y sirenas de polic¨ªa que se?alan que algo terrible (que no podemos ver) ha sucedido. Adem¨¢s, hace tiempo que las cadenas perdieron la capacidad de ocultar nada: si no lo emite un informativo, est¨¢ en Youtube. Por tanto, la decisi¨®n de emitirlo o no afecta solo a quien decide, pero no tiene impacto sobre el p¨²blico.
Se ha hablado de que parece un videojuego, y se ha comentado que esa est¨¦tica de juego tal vez engras¨® los dedos de los asesinos al apretar los gatillos: entre sus v¨ªctimas y ellos hab¨ªa una puesta en escena que deshumanizaba a estos ¨²ltimos. Por la historia y la psicolog¨ªa, sabemos que matar no es sencillo y que, para ejecutar su plan, un criminal debe adormecer parte de su cerebro y entrar en una especie de trance. Si es demasiado consciente de lo que hace, no lo har¨¢. Eso lo sab¨ªan muy bien los nazis, que inventaron m¨¦todos para que los SS mataran en los campos sin pararse a pensar en lo que estaban haciendo realmente.
?Somos los espectadores parte de ese m¨¦todo? Esas im¨¢genes de las c¨¢maras insertadas en las armas, ?aumentan el asco, el miedo y la compasi¨®n por las v¨ªctimas o nos identifican, por su plano subjetivo, con los asesinos? Al margen de que su difusi¨®n sierva a la causa del terrorismo (que s¨®lo quiere propagar su terror), la pregunta que no sabemos responder al ver la matanza es: ?qui¨¦nes somos nosotros?
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