Oreja para un detallista Finito

El primero de la tarde cant¨® la gallina cuando Finito parec¨ªa encontrar la br¨²jula. En realidad, tampoco la encontr¨®, sino que la faena fue como un picoteo de pases sueltos, desplazando el toro hacia afuera y aprovechando la inercia de la embestida. Reparti¨® detalles y enganchones a partes iguales, hasta que el toro dijo basta y sin disimulo se fue a buscar las tablas sin querer pelea. Con un aviso antes de entrar a matar, Finito no mostr¨® mucha confianza en el manejo del estoque. Todo lo contrario.

El cuarto fue ese toro noble, obediente, al pasito, que deja estar y elegir. La de Finito fue otra faena detallista. Sin ligar. Pero de bellos muletazos sueltos, sin apreturas ni compromisos mayores. A golpes. De sabor. Con ritmo y est¨¦tica. Al aire del toro, sin obligarle, que tampoco hac¨ªa falta. Un acuerdo t¨¢cito entre las partes. Cada uno a lo suyo y la paz entre los dos. A un desconfiado pinchazo sigui¨® una habilidosa estocada y el premio de una oreja.

Gran toro para la muleta el segundo, que ya en varas hab¨ªa dejado tambi¨¦n sello de toro con cierta dosis de bravura. De gran transmisi¨®n en la muleta, con mucho motor y, tambi¨¦n, con mucho que torear. Rom¨¢n no se lo pens¨® y se fue al platillo para abrir la faena con una emocionante arrucina de rodillas. Sigui¨® de hinojos con uno por la espalda y en el intento de otro, el toro se lo llev¨® por delante enganchado por la axila. La fiereza del toro, que tir¨® derrotes a diestro y siniestro, no lleg¨® a m¨¢s y los momentos dram¨¢ticos se salvaron con el susto may¨²sculo, pero sin otras consecuencias. Rom¨¢n no baj¨® la guardia. Y la faena fue un toma y daca; ahora yo, ahora t¨². De poder a poder toro y torero. Rom¨¢n, muy afianzado en la arena, se lo pas¨® de cerca y aguant¨® firme la velocidad del toro. No disminuy¨® la tensi¨®n de la faena, ni el toro tampoco sus ganas de comerse la franela. Mucho que torear el toro. El aguante de Rom¨¢n, no dudar un solo instante, fue la clave de una faena que siempre mantuvo el inter¨¦s del tendido. Alarg¨® la labor, son¨® un aviso antes de entrar a matar y la espada, que hizo guardia, y la cruceta, desgraciaron un triunfo que parec¨ªa llegar a tiempo.

En el quinto se repiti¨® la historia a la hora de matar y lo que pudo haber sido no fue. En este, Rom¨¢n volvi¨® a pisar firme. Pero ahora con mayor aplomo; lo que el toro ped¨ªa. Con la muleta siempre por pantalla panor¨¢mica, Rom¨¢n no dej¨® que el noble toro se despistara lo m¨ªnimo. Intent¨® ligar y lo consigui¨® en varias series, sobre todo sobre la derecha, que le dieron aire de conjunto a la faena. Valiente. Muy de cerca siempre, pero con la impresi¨®n de que el toro no se sent¨ªa agobiado. Cuando hubo de tirar de recursos m¨¢s vistosos, Rom¨¢n lo hizo con la faena tan cumplida que pareci¨® incluso casi fuera de tiempo. Y fuera de tiempo fue porque le lleg¨® otro aviso antes de montar la espada. Pero no era la tarde, precisamente, de estoques afilados. Pinch¨® m¨¢s de la cuenta, con la sensaci¨®n de agarrotamiento o dolor en la mano derecha, y descabell¨® al primer intento¡­con la zurda. Se le march¨® un triunfo que hab¨ªa tenido al alcance. Pena.

En el hermoso tercero, un casta?o con todos los atributos de toro de primera, no pas¨® nada. No estaba sobrado de fuerzas ese toro y a la muleta lleg¨® defensivo y con menos de media embestida. Gin¨¦s Mar¨ªn lo prob¨®, pero visto que seguir era perder el tiempo, abrevi¨® y se fue a por la espada. El sexto fue otro de los toros muy aprovechables del env¨ªo ganadero. Mansete en el primer tercio, rompi¨® a excelente en el ¨²ltimo. Mar¨ªn aprovech¨® la bonanza del de Fuente Ymbro y todo lo que hizo pareci¨® f¨¢cil. C¨®modo siempre, con un punto de naturalidad que parece innata, lig¨® las series con la derecha que fue por donde inclin¨® la faena. Con toro que parec¨ªa no tener fin, remat¨® con vistosas bernardinas. Otra faena larga en exceso, con aviso antes de cuadrar. Pero se atasc¨® el descabello y el ¨¦xito tambi¨¦n se esfum¨®. Otra pena.

En jornada matinal se celebr¨® el festejo de rejoneo con la participaci¨®n de Sergio Gal¨¢n, Leonardo Hern¨¢ndez y Lea Vicens, que se enfrentaron a una corrida de Ferm¨ªn Boh¨®rquez muy discreta de juego. La triunfadora fue la rejoneadora francesa. Lea Vicens, que cort¨® las dos orejas del sexto por una actuaci¨®n muy animosa que tuvo un colof¨®n rotundo a la hora de matar, lo que hizo que se desatara el entusiasmo en los tendidos. Tanto Gal¨¢n como Hern¨¢ndez, que no pasaron de cumplidores, fueron aplaudidos.