Un Evangelio de cuerpos
Los v¨ªdeos de Javier Codesal combinan ficci¨®n y testimonio de v¨ªctimas y verdugos de la violencia en Colombia
Pasolini rod¨® la vida de Jesucristo en el sur de Italia (Il Vangelo secondo Matteo, 1964). Rosselini situ¨® Il messia (1975) en T¨²nez. Manoel de Oliveira recre¨® el misterio de la pasi¨®n (Acto de primavera, 1963) en tierras del Duero. Y Dreyer probablemente habr¨ªa llevado su gui¨®n Jes¨²s de Nazaret a los fiordos de Dinamarca si hubiera vivido lo suficiente para ponerse detr¨¢s de la c¨¢mara. Eso s¨ª, la cinta tendr¨ªa tres horas y media de duraci¨®n, las mismas que necesitar¨¢ el espectador para asistir al visionado de Evangelio en Granada (Meta), de Javier Codesal (Sabi?¨¢nigo, 1958). Las localizaciones escogidas por este v¨ªdeoartista, poeta, fot¨®grafo, psicocampesino y profesor-recolector est¨¢n en la Granada colombiana, en los pueblos y veredas m¨¢s sintom¨¢ticas que pintorescas donde lo social est¨¢ en constante restauraci¨®n, con sus habitantes re-llenando sus cuerpos con lo que nunca fue, la fe.
Una realidad est¨¢ siendo el incremento del n¨²mero de iglesias, cristianas y cat¨®licas, en una regi¨®n donde la violencia es compleja y end¨¦mica
Codesal ha vuelto al lugar del dolor por lo que desaparece o simplemente resta. Trozos de cuerpos, sangre en las manos y dibujos en las u?as. En estos mismos llanos colombianos ¡ªuna regi¨®n de alta influencia de las FARC¡ª el artista hab¨ªa rodado Los pies que faltan (2010), un puzzle inacabado de relatos de civiles afectados por minas y explosivos, memorias de personas asesinadas que son presentadas despu¨¦s como ¡°ca¨ªdos en combate¡±, lo que se conoce como ¡°falsos positivos¡±. Ahora, sus familiares pueden hablar de una vida mejor, de ense?anzas y creencias, porque estos pueblos nunca hab¨ªan sido m¨¢s de Dios. Una realidad est¨¢ siendo el incremento del n¨²mero de iglesias, cristianas y cat¨®licas, en una regi¨®n donde la violencia es compleja y end¨¦mica. En Evangelio en Granada (Meta) (122'') hombres y mujeres le hablan a la c¨¢mara, son campesinos y desplazados, v¨ªctimas y verdugos, ni?os, madres y abuelos que recitan o escriben frases de los evangelios. Se trata de un relato coral y, sin embargo, cada una de las voces es el cuerpo ¨²nico de un superviviente que visita un cementerio o camina entre un palmeral, trabajo y el ocio entre el rugir de motos y otros veh¨ªculos que circulan entre ritmos de joropo y galer¨®n.
En la pared del porche de su casa, un hombre pinta pacientemente la frase ¡°El reino de los cielos sufre de violencia y los violentos se apoderan de ¨¦l¡± (Mateo, 11,12). En otra escena, una mujer blanquea con un peque?a brocha los bordes de la tumba de su hijo, v¨ªctima de una bomba. En el mismo r¨ªo donde los paracos (paramilitares) sol¨ªan lanzar a sus ejecutados nadan ahora cuerpos de ni?os y adolescentes. Su griter¨ªo es un salmo, un torbellino resucitador.
El v¨ªdeo Testimonio de Frederman (86'') es una piedra arrancada del trencad¨ªs del primero. Lo protagoniza el que un d¨ªa fue un ni?o que quer¨ªa estudiar y jugar con otros ni?os y despu¨¦s aprendi¨® la lecci¨®n menos dif¨ªcil: ser un cuerpo-m¨¢quina listo para ejecutar ¨®rdenes. El renacido Frederman Ospina, alias Piol¨ªn, acab¨® en la c¨¢rcel donde pas¨® las de Ca¨ªn. Hoy lleva una visera con las letras ARMY mientras explica frente a la c¨¢mara que los Evangelios le est¨¢n ense?ando a ¡°vivir en la carne¡±. Tras o¨ªr su testimonio atroz, s¨®lo nos queda el erotismo de la in-certeza.
'Evangelio en Granada (Meta)'. Javier Codesal. Sala Multiverso de la Fundaci¨®n BBVA. Paseo de Recoletos, 10. Madrid. Hasta el 28 de abril. Comisaria: Laura Baigorri.
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