El genio de Les Luthiers con aroma a chorip¨¢n
Los m¨²sicos humoristas llenan la explanada de la Universidad Nacional de C¨®rdoba con 20.000 personas en el Congreso de la Lengua
Hab¨ªa curiosidad por ver a Les Luthiers fuera de un teatro. Al aire libre, como unos Rolling Stones con frac, contagiaron su risa inteligente de parodia musical a m¨¢s de 10.000 personas. Fue en el campus de la Universidad Nacional de C¨®rdoba. Una de las sedes donde se desarrolla el VIII Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola.
En el camino hacia el escenario se apostaron las parrillas. Los asistentes hac¨ªan cola para comprarse choripanes con los que disfrutar los momentos previos de la actuaci¨®n. Pero el asado de chorizos no ces¨® y su aroma se mezclaba con el ambiente una vez aparecieron en el escenario. El olorcillo otorgaba al acontecimiento un cariz popular, festivo, justo lo que buscan los organizadores del congreso, desde que entendieron la pasi¨®n que genera la lengua a todos los niveles.
De ah¨ª que junto a doctos, escritores y acad¨¦micos, en la cita que tiene lugar estos d¨ªas en la ciudad argentina participen humoristas, actores, cantantes. Es el caso de Les Luthiers, de Nuria Espert ¨Cque har¨¢ su Romancero gitano, de Lorca dirigida por Llu¨ªs Pasqual el s¨¢bado- o Joaqu¨ªn Sabina, que apareci¨® este viernes en el congreso y recibe un homenaje de varios tangueros en el Teatro del Libertador.
Pero les toc¨® abrir a estos humoristas m¨²sicos de leyenda, con su g¨¦nero radicalmente original. Les Luthiers son rara avis a escala global. Elegancia a conservar en tiempos de marruller¨ªa. Un vino de reserva de altura. Una curiosa componenda de m¨²sica y palabra al mismo nivel de magisterio. De relato con sonido propio, capaces de escenificar con un golpe gestual y tras consultar el diccionario, conceptos como la dicotom¨ªa. Mucho nivel, demasiado para los tiempos que corren, con su habilidad para trastocar esquemas, revertir convenciones, poner en solfa al tiempo la historia de la m¨²sica y el absurdo de la condici¨®n humana. Por eso conviene celebrar ese lleno absoluto del grupo este pasado jueves y esa necesidad de un p¨²blico agradecido por los derroches de su finura e inteligencia: representan hoy un sano ant¨ªdoto contra la vulgaridad.
Su personaje central, Johann Sebastian Mastropiero, se ha ido convirtiendo en un quijote digno de estudio para la musicolog¨ªa"
M¨¢s all¨¢ de su imaginaci¨®n de portento, de su viva ingenier¨ªa desternillante para la construcci¨®n de instrumentos, en la m¨²sica dominan cada g¨¦nero: desde los madrigales al hip-hop. Son un buen pu?ado de siglos dispuestos en un pentagrama transversal, al servicio de su espect¨¢culo. Desacralizan e incorporan al mecanismo de su car¨¢cter, virtuosismo interpretativo, impronta compositiva, maestr¨ªa en el gag y un asombroso dominio teatral.
Comenzaron con Las majas del bergant¨ªn, una zarzuela de acento puramente espa?ol ¡ªceceos mediante¡ª, ensamblada sobre un dominio de voces y una s¨ªntesis donde dejaban claro hasta qu¨¦ punto exprimen de manera sint¨¦tica las variantes del g¨¦nero. Incluso en las puyas, condimentadas al tiempo de actualidad y vocaci¨®n de cl¨¢sico: ¡°?No lloro por el pasado de Espa?a, lloro por el futuro de Italia!¡±.
De la zarzuela pasaron a una cumbia basada en todo un diccionario de filosof¨ªa b¨¢sico. De ah¨ª, con id¨¦ntico descaro, al barroco con violines de hojalata, al bolero desgarrado y pat¨¦tico, con su magistral Perd¨®nala; construyeron un tratado de antropolog¨ªa a ritmo de percusi¨®n con cocos para desembocar en un para¨ªso¡ fiscal. Le dieron al jazz, al blues, a los sonidos africanos, al rock and roll con un improbable xil¨®fono de pelotas que dominaban como si fueran un cruce entre Messi y Chuck Berry.
Se sucedieron ¨¦xitos como Dilema de amor, Quien conociera a Mar¨ªa amar¨ªa a Mar¨ªa¡ Todo serv¨ªa para contar, cuaderno rojo mediante, las aventuras y desventuras de Johann Sebastian Mastropiero o del folclorista Cantalicio Luna, que lleg¨® en los bises. Su personaje central se ha ido convirtiendo en un quijote digno de estudio para la musicolog¨ªa. Al genio de sobrevivir, Mastropiero une un continuo desastre. Entre la improvisaci¨®n y el malentendido, se sobrepone a la incompetencia. M¨¢s all¨¢ de su bandolerismo musical y su descaro con los plagios, es capaz de sacar petr¨®leo a su indecisi¨®n y su caos.
Roberto Antier sustituy¨® con otra cadencia la leyenda de Marcos Mundstock, esa voz, hoy en la reserva por un problema m¨¦dico... Pero los recursos de Les Luthiers, con su Premio Princesa de Asturias a cuestas desde 2017, son tan vastos en estos m¨¢s de 50 a?os de historia que nada empa?a su ins¨®lita personalidad colectiva. Han sabido superar ausencias como las de Daniel Rabinovich e imponerse como idea compartida. M¨¢s que un mero grupo se han alzado ya, parad¨®jicamente, como una escuela inimitable que sobrevivir¨¢.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.