La incre¨ªble chifladura de White Denim
El grupo es una fiesta desfasada de ritmo y experimentaci¨®n que descoloca con la misma fuerza que atrapa
Hay rarezas que son un g¨¦nero en s¨ª mismo. Se podr¨ªa decir que White Denim lo son. Esta banda de Austin no ha dejado de demostrar, tras m¨¢s de una d¨¦cada de carrera, que su personal¨ªsimo sello impregna una obra marcada por la ambici¨®n a romper etiquetas en el indie anglosaj¨®n. Vuelven a dar buena cuenta de ello con su ¨²ltimo y reciente ¨¢lbum, Side Effects (City Slang / Music as usual).
Desde que debutaron en 2006 con el rompedor Workout Holiday, el grupo se ha caracterizado por mezclar g¨¦neros con un descaro propio de una ¨¦pica borrachera. ?pica merluza, eso s¨ª, en mente de unos intelectuales del sonido. White Denim saben lo que se hacen y sus vasos comunicantes conectan con descaro e inteligencia. Son como los Wilco m¨¢s chalados por las acrobacias, pero con alma sure?a y una paleta de sonidos m¨¢s abierta. De hecho, Wilco se los llev¨® de gira en 2012, respaldando su proyecto art¨ªstico.
De esta forma, en sus primeros pasos consiguieron insuflar nueva vida al garage-rock norteamericano, citando en sus canciones de guitarras abrasivas a Jimi Hendrix y The Replacements. Es cierto que siempre han tenido un deliberado amor por el rock fren¨¦tico, con una particular¨ªsima ra¨ªz tejana, pero como unos empollones del rico espectro sonoro norteamericano en su evoluci¨®n no han dudado en introducir elementos del dub, blues, punk rock, soul, jazz e incluso ¨¦xtasis jam.
Banda de culto en el circuito del indie de la ¨²ltima d¨¦cada y con escaso ¨¦xito comercial, White Denim dan otra pirueta en su nueva obra. Rock progresivo, punk, garage, funk, jazz o psicodelia se entremezclan en una fiesta desfasada de ritmo y experimentaci¨®n, que descoloca con la misma fuerza que atrapa. Side Effects se sit¨²a al nivel de los notab¨ªlisimos Fits y D. Si siempre han sido como esos Wilco m¨¢s chalados, ahora condicionan la voltereta bajo el influjo r¨ªtmico de los Allman Brothers o el primer Santana.
Una incre¨ªble chifladura.
Babelia
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