La f¨®rmula MAYA de Rosal¨ªa
La artista espa?ola, maestra de la s¨ªntesis, arrasa en M¨¦xico, la tierra del sincretismo
La explosi¨®n de Rosal¨ªa en M¨¦xico era la cr¨®nica de un ¨¦xito anunciado. La artista catalana de 26 a?os es una maestra (pos)moderna de la s¨ªntesis. Y M¨¦xico es sobre todo cruce de caminos y sincretismo. No solo lo precolombino y lo espa?ol, esta es la cabeza de la serpiente latinoamericana y la cola del le¨®n estadounidense. Rosal¨ªa toca al menos tres de esos cuatro palos: sabe a flamenco, canta reguet¨®n y baila R&B. Es la encarnaci¨®n de la diva pop global y M¨¦xico es uno de los epicentros de esta cultura, ese nuevo gusto que tantas veces significa men¨² ¨²nico, lentejas, homogenizaci¨®n pop. Suena casi lo mismo en la cuenca del Llobregat que en un gueto de Kingston, cabe igual la electr¨®nica sueca o el arte jondo. Si se puede twerkear, es mi revoluci¨®n podr¨ªa ser el lema del pop millenial.
¡°Mis pap¨¢s escuchan un poquito de flamenco y la primera vez que puse Rosal¨ªa en el cuarto me dijeron que por fin les gustaba mi m¨²sica" cuenta Oscar Salinas, 20 a?os, uno de las cerca de 40.000 espectadores que abarrotaron este s¨¢bado su actuaci¨®n en el festival Ceremonia, colocada adem¨¢s en zona de podio, 10 de la noche, sin apenas competidores en esa franja horaria en el resto de escenarios.
Aretes gigantes, pantal¨®n de chandal y tennis con suela gigante, M¨®nica Pereda, 21, explica que ¡°en M¨¦xico hace falta m¨²sica con su mensaje. Aqu¨ª siempre es g¨¹erita encuerate, o las artistas mexicanas rogando al wey que vuelva. Pues no voy a regresar contigo porque soy perra¡±. Talento creativo y estrat¨¦gico. Con su segundo disco, una obra conceptual sobre el amor t¨®xico basado en un texto del siglo XIV, ha asaltado a la industria, la ha puesto a sus pies. Suena en Times Square, ha ganado dos Grammy pero se sigue comportando como una metralleta de singles. Esta semana, en plena gira latinoamericana, estren¨® nuevo tema de reguet¨®n con J Balvin. Tres d¨ªas despu¨¦s, con James Blake. El barrio y el sal¨®n. Las dos funcionaron como dos cohetes durante la noche mexicana.
Vestida todo de rojo hasta las dos rosas de la cabeza, Rosal¨ªa a veces ni siquiera canta, solo baila: palmas, zapateaos, ol¨¦, ol¨¦ y giros funky rodeada de un coro femenino con falda de gasa blanca y bikini deportivo. Mete ¨¦xitos espa?ol¨ªsimos¡ªla rumba Te estoy amando locamente, de Las Grecas¡ª y surfea el playback mientras lo que manda es el lenguaje de la coreograf¨ªa, dise?ada por la misma core¨®grafa que ha dirigido a Madonna o a Kendrick Lamar.
¡°Rosal¨ªa es todo lo opuesto a una artista dise?ada por la industria¡±, ha dicho de ella Pedro Almod¨®var justificando su fichaje en su ¨²ltima pel¨ªcula. Quiz¨¢s Rosal¨ªa era la artista que quer¨ªa la industria antes de ser dise?ada por la industria, una Steve Jobs trapera que no te da lo que necesitas, sino que despierta en ti un nuevo deseo de algo que no sab¨ªas que necesitabas, un nuevo producto antes ser fabricado como producto. Quiz¨¢ el mayor cambio de paradigma de esta generaci¨®n de m¨²sicos sea la naturalidad con la que asumen la l¨®gica del negocio musical, se podr¨ªa decir que a trav¨¦s de su desacomplejada faceta de artistas-marca se anticipan y reconfiguran un negocio cada vez m¨¢s volcado en el capital publicitario que en el discogr¨¢fico.
El padre del dise?o industrial, Raymond Loewry, creador de logos como Coca-Cola o Lucky Strike, sintetiz¨® su filosof¨ªa de trabajo en el acr¨®nimo MAYA: Most Advanced Yet Acceptable. Es decir, lo m¨¢s avanzado dentro de lo aceptable. Una l¨®gica de m¨¢rquetin basada en un equilibiro milimetrado entre lo que en el mercado se puede y no se puede. Es decir, flamenco sin raza, reguet¨®n sin sexo, trap sin droga.
Rosal¨ªa ya ha pasado como un vendaval por las tres ciudades fuera de Espa?a donde tiene m¨¢s visitas en Spotify: Santiago de Chile, Ciudad de M¨¦xico y Buenos Aires. La catalana se despide de Latinoam¨¦rica con otra muesca en su revolver millenial. La pen¨²ltima prueba del algod¨®n ser¨¢n sus cinco fechas en EE UU, todo vendido, incluyendo el festival Coachella, la hoguera h¨ªpster de las vanidades.
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