Arrebato f¨ªsico, compasi¨®n moral
Se adentra, en principio, en semejantes subtextos que 'Alemania, a?o cero', pero pronto vira hacia el romance, hasta la encrucijada personal m¨¢s all¨¢ de lo razonable
Como bien dice Martin Scorsese en Il mio viaggio in Italia, documental sobre la historia del cine transalpino, cuando Roberto Rossellini compuso Alemania, a?o cero (1947), el director estaba poco menos que pidiendo a las potencias aliadas cierta piedad con el pa¨ªs derrotado y con sus supervivientes; clemencia para intentar seguir avanzando codo con codo, a partir de una pel¨ªcula eminentemente ¡°compasiva¡±.
EL D?A QUE VENDR?
Direcci¨®n: James Kent.
Int¨¦rpretes: Keira Knightley, Jason Clarke, Alexander Skarsg?rd, Flora Thiemann.
G¨¦nero: melodrama. Reino Unido, 2019.
Duraci¨®n: 109 minutos.
El d¨ªa que vendr¨¢, producci¨®n brit¨¢nica de lujo dirigida por el novel James Kent, hasta ahora realizador de miniseries y documentales televisivos, se adentra en el mismo tiempo que la m¨ªtica pel¨ªcula de Rossellini, los meses posteriores al fin de la contienda, Las derruidas calles de Berl¨ªn, entonces escenario real sin necesidad de afeites, son aqu¨ª las a¨²n m¨¢s destruidas de Hamburgo, la ciudad que sufri¨® en julio de 1943 el mayor bombardeo urbano hasta entonces, con 40.000 v¨ªctimas civiles, recreada a la perfecci¨®n gracias a las m¨¢s modernas t¨¦cnicas digitales. Sin embargo, a Kent no le interesa el neorrealismo y s¨ª el melodrama.
Basada en una novela del escritor gal¨¦s Rhidian Brook, que adem¨¢s ha participado en la adaptaci¨®n, El d¨ªa que vendr¨¢ se adentra, en principio, en semejantes subtextos que la obra de Rossellini, pero pronto vira hacia el romance, hasta la encrucijada personal, hasta las pasiones m¨¢s all¨¢ de lo razonable. Pero, ?qu¨¦ es lo razonable en tiempos de guerra y posguerra, cuando por un lado se ha perdido a una esposa en el inclemente bombardeo de Hamburgo, cuando por el otro se ha perdido a un hijo durante la batalla de Londres, cuando los ideales son superados por los padecimientos f¨ªsicos y sentimentales, y cuando todo ello acaba chocando con las certezas morales hasta resquebrajarlas?
Con la vista puesta en el esp¨ªritu cl¨¢sico de Casablanca m¨¢s que en la dureza a pie de calle de Alemania, a?o cero, Kent se adentra as¨ª en un tri¨¢ngulo sentimental formado por un oficial ingl¨¦s y su esposa, y el rico viudo alem¨¢n que los aloja en su casa. La parte militar y pol¨ªtica, con sus distintas visiones, tanto en el bando ganador como en los supervivientes perdedores, es muy interesante. La parte rom¨¢ntica, no tanto, sobre todo porque los dos aspectos m¨¢s sugestivos de la relaci¨®n no acaban de estar bien desarrollados: la insatisfacci¨®n de la mujer y la imposibilidad de avanzar como pareja cuando la muerte de un hijo ha roto buena parte de los v¨ªnculos f¨ªsicos. Y la dicotom¨ªa entre la humillaci¨®n y la piedad, que deber¨ªa haber sido fundamental, acaba perdiendo terreno con unas tramas colaterales que solo parecen servir para aderezar la esencia final de la pel¨ªcula: el arrebato f¨ªsico entre dos cuerpos bellos y enemigos, en los que, sin embargo, no termina de observarse el sufrimiento ni la congoja.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.