?Periodismo?

Tuve (y mantengo) una relaci¨®n educada y cordial con Ferreras cuando ¨¦l dirig¨ªa los informativos de la SER. En m¨¢s de 30 a?os colaborando en la radio jam¨¢s he sufrido ning¨²n tipo de censura, a pesar de la irreverencia con la que puede moverse en ocasiones mi lengua. Algo que, por supuesto, no me ha ocurrido en la prensa escrita. Imagino que en nombre de que las palabras vuelan y lo escrito queda. Y creo que su intuici¨®n y su inteligencia han encontrado un hueco tan goloso como necesario con la invenci¨®n de La Sexta. Tambi¨¦n mogoll¨®n de clientela. Sintiendo alergia ancestral hacia la tele, la antigua y la actual, intento seguir con m¨¢xima frecuencia Salvados y El intermedio. Cada uno se divierte como quiere.

Creo que Ferreras, adem¨¢s de su reiterado amor por el periodismo y el rigor que debe acompa?arle, est¨¢ convencido de que puede estar acompa?ado por el espect¨¢culo, que esa combinaci¨®n tan eficaz como peligrosa genera audiencia y dinero. Todo me provoca grima (hablo tambi¨¦n de su voz, su tono, su expresividad) en un tal Inda, pero funciona en el concepto del negocio que posee La Sexta. Y, por supuesto, que su libertad de expresi¨®n, como la de cualquiera, deber¨ªa de ser sagrada. Incluso que se le pague haciendo promoci¨®n mareante y exhaustiva de su peri¨®dico digital, pero tambi¨¦n Iglesias tiene derecho a protestarle a Ferreras por publicitar hasta el hartazgo estrat¨¦gicas mentiras o medias verdades sobre su persona y su intimidad.

Fue cruento el combate del martes entre Iglesias y Ferreras. Y ambos poseen sus razones. Como fue suicida para el segundo, tan calculador ¨¦l, entrevistar (o retarse) hace tiempo a una bomba, sincera y disparatada, como la que alberga Willy Toledo. Todo sea por el periodismo y el espect¨¢culo.