Arquitectura de aire
Una exposici¨®n en Sevilla repasa la trayectoria de una 'rara avis' en la arquitectura espa?ola: Jos¨¦ Miguel de Prada Poole, pionero entre la vanguardia art¨ªstica, la tecnolog¨ªa y la utop¨ªa
El 20 de abril de 1976, el Abc de Sevilla titulaba: ¡°Una pista espacial sobre hielo¡±. El Hielotr¨®n ¡ªque tambi¨¦n fue portada de la revista Domus¡ª fue concebido como una m¨¢quina t¨¦rmica. Estaba cubierto por c¨²pulas neum¨¢ticas sujetas por aire, y en el secarral de la Espa?a posfranquista pocas cosas se pod¨ªan parecer m¨¢s al futuro que aquella burbuja de hielo y aire. Su autor, Jos¨¦ Miguel de Prada Poole (Valladolid, 1938), es uno de los arquitectos m¨¢s singulares del siglo XX espa?ol. Pionero de la arquitectura neum¨¢tica, lleg¨® a las construcciones pop ¡ªque caracterizaron el trabajo m¨®vil y desplegable de la vanguardia internacional, representada por Archigram o Archizoom¡ª a trav¨¦s de su inter¨¦s por las estructuras de respuesta variable (soportes cambiantes). Pero adem¨¢s fue un precursor de la sostenibilidad: todas sus obras minimizaron el consumo energ¨¦tico o crearon microclimas.
?Por qu¨¦ es entonces una figura que redescubrir en la exposici¨®n La arquitectura perecedera de las pompas de jab¨®n, que puede verse en el Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo y que luego viajar¨¢ al Musac de Le¨®n? Puede que haya tres respuestas. La primera es un cl¨¢sico: muchos pioneros son inoportunos, llegan demasiado pronto. La segunda es que el hambre de conocimiento que caracteriza a Prada Poole lo convirti¨® a la vez en matem¨¢tico ¡ªide¨® un estet¨®metro para medir la belleza de las obras de arte cuando trabaj¨® en el Centro Nacional de C¨¢lculo¡ª y en artista ¡ªsus proyectos forman parte de la colecci¨®n permanente del Reina Sof¨ªa o el Macba¡ª. La tercera es la incapacidad del ser humano para aceptar lo diferente: el debate entre tecnolog¨ªa y revisi¨®n hist¨®rica que caracteriz¨® la posmodernidad enterr¨® la invenci¨®n por ut¨®pica o exc¨¦ntrica.
Con todo, Prada tuvo dos momentos de reconocimiento. El primero le lleg¨® cuando Fernando Bendito y Carlos Ferrater lo llamaron para que dise?ara en Ibiza la Instant City, una ciudad autoconstruida que los asistentes al VII Congreso de la Sociedad Internacional de Dise?o Industrial levantaron f¨ªsicamente. ¡°Los j¨®venes de la Nueva Cultura nos reuniremos en Ibiza para estar juntos, o¨ªr m¨²sica, danzar y construir el espacio en que habitaremos¡±, escribi¨® Luis Racionero, autor del manifiesto. Aquellas burbujas desencadenaron posteriores encargos, como las c¨²pulas para los Encuentros de Pamplona o el del propio Hielotr¨®n sevillano. La fuerza de esas construcciones es que dibujaban un futuro de edificios m¨®viles, incrementales, econ¨®micos y r¨¢pidamente autoconstruibles perfectamente vigente hoy. ¡°Los arquitectos siempre sobredimensionamos la estructura porque debe ser capaz de aguantar el peso m¨ªnimo o un caso hipot¨¦tico de m¨¢xima ocupaci¨®n. Prada Poole utilizaba la presi¨®n del aire para variar la rigidez de las estructuras, es decir, para que pudieran ejercer m¨¢s o menos fuerza seg¨²n fuera necesario¡±, explica el arquitecto Antonio Cobo, comisario de la exposici¨®n, que toma prestado su t¨ªtulo de un escrito que el propio Prada Poole public¨® en la revista El Urogallo. De esa flexibilidad y de su preocupaci¨®n por levantar microclimas sin recurrir al aire acondicionado surgi¨® su segunda oportunidad profesional: el Palenque de la Expo 92 sevillana, un zoco con jaimas de cimentaci¨®n trasladable previsto para poder reutilizarse dando sombra en diversos barrios de la ciudad. ?Puede haber algo m¨¢s actual?
A la investigaci¨®n tecnol¨®gica, Prada Poole ¡ªque fue profesor invitado en el MIT¡ª uni¨® su relaci¨®n con el mundo del arte ¡ªsu primera esposa fue la pintora Soledad Sevilla¡ª y su insaciable sed de conocimiento y juego. As¨ª, la suya es una infatigable producci¨®n transversal, a medio camino entre el invento, el land art y un posible sea art, que ¨¦l mismo invent¨® con el proyecto Sea Colony, una colonia flotante ideada para construirse sobre el agua en 1986.
Prada defend¨ªa las premisas situacionistas del juego y la temporalidad de las intervenciones urbanas. Consideraba que un edificio no deb¨ªa ser ef¨ªmero, sino perecedero (destruirse cuando desapareciera su material), y sosten¨ªa que una m¨ªnima inversi¨®n energ¨¦tica y material deb¨ªa ir encaminada a dejar una m¨ªnima huella. Eso s¨ª, tanto el Hielotr¨®n ¡ªpor el que recibi¨® un pol¨¦mico Premio Nacional de Arquitectura en 1975, antes de que fuera inaugurado y cuyo vac¨ªo permanece junto al barrio de Montequinto¡ª como muchos otros proyectos podr¨ªan seguir en pie. Por eso hoy, cuando pl¨¢sticos en versiones sofisticadas, duraderas, reciclables, resistentes, muy transparentes y muy ligeras ¡ªcomo el ETFE¡ª dibujan una nueva arquitectura con vocaci¨®n de permanencia, est¨¢ bien reconocer al pionero Prada Poole. Los pol¨ªmeros, que hoy tambi¨¦n reducen el precio y los plazos de construcci¨®n, emparejan sus trabajos con proyectos permanentes como el Eden Project de Nicholas Grimshaw o los auditorios de SelgasCano en Plasencia o Badajoz. Por eso, por mucha incomprensi¨®n y oposici¨®n que Prada Poole encontrara ¡ª?la hemeroteca atestigua de la falta de atenci¨®n y de la inquina despertada entre algunos compa?eros de la Escuela de Arquitectura de Madrid, poco dados a dudar¡ª, justo es reconocer que fue un precursor y dejar por escrito qui¨¦n abre puertas y qui¨¦n las cierra.
La arquitectura perecedera de las pompas de jab¨®n. CAAC. Sevilla. Hasta el 1 de septiembre.
Burbujas constructivas
Al globo de aire caliente que los hermanos Montgolfier crearon en 1782 remonta la arquitecta Sharon Francis la primera estructura inflable. Luego llegar¨ªa la del conde Ferdinand von Zeppelin (1784) o las que Walter Bird ide¨® para proteger radares en la II Guerra Mundial. La autora de Bubbletecture: Inflatable Architecture and Design (Phaidon) recuerda que entre 1944 y 1945 un ej¨¦rcito de ¨¦lite conocido como The Ghost Army utiliz¨® tanques hinchables para dar la impresi¨®n de que los Aliados eran m¨¢s poderosos de lo que eran. Pero fueron los sesenta la d¨¦cada en la que la arquitectura y el dise?o hinchables reflejaron el esp¨ªritu rupturista de la ¨¦poca, la celebraci¨®n del pl¨¢stico y la posibilidad de una arquitectura instant¨¢nea, barata y transportable capaz de cuestionar la naturaleza est¨¢tica de la arquitectura monumental. Hoy, los hinchables de doble membrana forman parte de edificios permanentes como el estadio muniqu¨¦s Allianz Arena, de Herzog & de Meuron, o The Shed, el centro para la innovaci¨®n art¨ªstica capaz de encogerse o crecer que Diller Scofidio + Renfro acaban de inaugurar en Nueva York.
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