Las compositoras rompen el silencio
Desde Casia de Constantinopla en el siglo IX, muchas mujeres superaron el rechazo de la m¨²sica cl¨¢sica hacia las creadoras. Sus obras empiezan a emerger en un mundo a¨²n masculino
?Puede una obra musical cl¨¢sica revelar el sexo de su compositor? Esta pregunta, que hoy podr¨ªamos tildar de rid¨ªcula, obtuvo en el pasado rotundas aseveraciones. Seg¨²n el inconsciente androc¨¦ntrico, una mujer no pod¨ªa componer m¨²sica con la misma hondura e individualidad que un hombre. Cualquier f¨¦mina con inquietudes musicales creativas se vio sometida a un severo escrutinio social. La composici¨®n se convirti¨® en un club exclusivamente masculino y ellas vieron cerradas las v¨ªas de formaci¨®n y ejercicio profesional. De esta forma, la compositora se convirti¨® en una monja apartada del mundo, como Casia de Constantinopla en el siglo IX. Una joven sabia e ingeniosa, rechazada como esposa por el emperador Te¨®filo, que es la primera compositora con obras conservadas, como su Troparion de Mar¨ªa Magdalena, incluido en el oficio ortodoxo del mi¨¦rcoles santo.
Dejando a un lado a otra monja, la espa?ola Gracia Baptista, que fue la primera mujer en ver publicada su m¨²sica, en 1557, otro prototipo de compositora fue la esposa sacrificada, como Maddalena Casulana. Su Primer libro de madrigales fue, en 1568, la primera publicaci¨®n en solitario de una compositora que incluye, adem¨¢s, una reivindicativa dedicatoria en contra del ¡°vano error de los hombres, que se creen patronos de los altos dones del intelecto, que seg¨²n ellos no pueden ser compartidos en igual medida por las mujeres¡±. El breve Morir non puo il mio cuore (No puede morir mi coraz¨®n) es un perfecto corolario de esas palabras. Public¨® un segundo libro, en 1570, pero su posterior matrimonio la oblig¨® a cambiar de apellido y dejar de escribir m¨²sica.
Son dos ejemplos de las m¨²ltiples vidas de compositoras que salpican el libro de Anna Beer, titulado Armon¨ªas y suaves cantos. Las mujeres olvidadas de la m¨²sica cl¨¢sica, de 2016, que ahora publica Acantilado en una cuidada traducci¨®n espa?ola de Francisco L¨®pez Mart¨ªn y Vicent Minguet. Cuatro siglos de prejuicios, desigualdad y superaci¨®n, tambi¨¦n de supervivencia y renuncias, que abarcan desde la Florencia del siglo XVII hasta el Londres del siglo XX. La historiadora cultural brit¨¢nica Anna Beer (Londres, 1964), autora de una importante biograf¨ªa del poeta John Milton, centra su libro en las ocho compositoras europeas m¨¢s relevantes durante ese periodo. Una secuencia cronol¨®gica que parte de las italianas Francesca Caccini y Barbara Strozzi y desemboca en la angloirlandesa Elisabeth Maconchy, pasando por la francesa Elisabeth Jacques de la Guerre, la austriaca Marianna Martines, las alemanas Fanny Hensel y Clara Schumann, y la parisina Lili Boulanger.
Maddalena Casulana: ¡°Vano error de los hombres, que se creen patronos de los altos dones del intelecto¡±
Beer no elude esbozar otras historias similares de compositoras truncadas en la introducci¨®n, que titula con elocuencia ¡®Notas desde el silencio¡¯. Caso de Johanna Kinkel, cuyos Seis Lieder op. 7, de 1838, fueron admirados por el c¨ªrculo de Schumann; el poeta y cr¨ªtico Ludwig Rellstab alab¨® la originalidad del ¨²ltimo, Die Zigeuner (Los c¨ªngaros), que ubic¨® a medio camino entre Spohr y Weber. Poco despu¨¦s, Kinkel abandon¨® a un marido maltratador junto a sus cuatro hijos, y se cas¨® con un revolucionario. Termin¨® afincada en Londres, sin poder componer y sumida en la desesperaci¨®n que le condujo al suicidio. Tambi¨¦n se comenta el caso de Rebecca Clarke, cuya Sonata para viola y piano (y no para viol¨ªn como se afirma en el libro) desconcert¨®, en 1919, al jurado de un premio de composici¨®n. La calidad de la composici¨®n hizo pensar que se trataba, en realidad, de una obra firmada con seud¨®nimo por un hombre. Clarke compagin¨® su labor compositiva con la de instrumentista de viola, hasta 1944, a?o en que se cas¨® y opt¨® por abandonar la creaci¨®n musical.
Pero surgen tambi¨¦n otras biograf¨ªas donde los logros de una compositora trascienden el ¨¢mbito privado de la m¨²sica de c¨¢mara y el mundo conventual para alcanzar la dimensi¨®n p¨²blica de la sala de conciertos y el teatro de ¨®pera. Quiz¨¢ el caso m¨¢s significativo sea la norteamericana Amy Beach, que nunca recibi¨® formaci¨®n reglada por temor a alterar su talento excepcional. Y cuya producci¨®n incluye, aparte de m¨²sica de c¨¢mara y abundantes canciones, la Sinfon¨ªa Ga¨¦lica, de 1896, la primera escrita por una compositora estadounidense. Est¨¢ claro que no estamos ante un cat¨¢logo exhaustivo de compositoras, si bien sorprende la omisi¨®n de la doctora eclesi¨¢stica del siglo XII Hildegarda de Binden, quiz¨¢ la compositora hoy m¨¢s famosa, y la hermana ursulina Isabella Leonarda, una de las m¨¢s prol¨ªficas, con 20 libros de m¨²sica religiosa e instrumental publicados durante el ¨²ltimo tercio del siglo XVII, que suman casi dos centenares de composiciones.
La asimilaci¨®n de la m¨²sica cl¨¢sica escrita por mujeres pasa por valorarla por su propia calidad
Para escribir este libro, Beer se apoya en cuatro d¨¦cadas de estudios de musicolog¨ªa feminista. Un movimiento cr¨ªtico y acad¨¦mico surgido en los setenta para rescatar del olvido a las compositoras y sus obras, y reivindicar su presencia en la programaci¨®n de conciertos de m¨²sica cl¨¢sica. La autora cita los estudios pioneros de Marcia Citron junto a la International Encyclopedia of Women Composers (1981). Pero tambi¨¦n reconoce el desconcierto de estos estudios, que, a pesar de todo, no han conseguido alterar la programaci¨®n habitual de cl¨¢sica formada exclusivamente por compositores masculinos. ¡°Del entusiasmo que hab¨ªa entre historiadoras y music¨®logas feministas a principios de los noventa hemos pasado a una cierta decepci¨®n ante la realidad que vivimos hoy, aunque dudo que estemos ante una regresi¨®n¡±, asegura Pilar Ramos L¨®pez, profesora del m¨¢ster en Musicolog¨ªa de la Universidad de La Rioja y autora del libro Feminismo y m¨²sica (Narcea). Para esta music¨®loga persisten sombras, como la discriminaci¨®n actual de la mujer en ciertas profesiones musicales, tambi¨¦n el peso marginal de la etiqueta ¡°m¨²sica de mujeres¡± junto al habitual juicio comparativo con los compositores varones. Pero vislumbra luces importantes, como la cantidad de obras musicales recuperadas, que est¨¢n ejerciendo una poderosa influencia sobre la creaci¨®n actual, y la consideraci¨®n de m¨²sicas vinculadas a espacios olvidados, ya sean ambientes dom¨¦sticos o conventuales. ¡°Creo que la cr¨ªtica feminista sigue aportando interdisciplinariedad e innovaci¨®n a los estudios musicales¡±, concluye esta profesora en una conversaci¨®n con EL PA?S.
Estos dos ingredientes tambi¨¦n han sido determinantes en este libro, junto a una brillante labor divulgativa. Beer perfila ocho fascinantes retratos de compositoras e incide en breves y amenos comentarios de sus principales composiciones. Esto ¨²ltimo es tambi¨¦n decisivo. La asimilaci¨®n de la m¨²sica cl¨¢sica escrita por mujeres no pasa por buscar paralelismos con sus colegas masculinos, sino por valorar esta m¨²sica por su propia calidad. Y las ocho compositoras aqu¨ª estudiadas redactaron obras francamente fabulosas que todo mel¨®mano deber¨ªa conocer. Para cada una de ellas se utilizan las referencias bibliogr¨¢ficas m¨¢s autorizadas y actuales, como la monograf¨ªa de Suzanne Cusick sobre Francesca Caccini, de R. Larry Todd sobre Fanny Hensel o de Caroline Potter sobre Boulanger, aunque se echa en falta un aparato cr¨ªtico un poco m¨¢s detallado para identificar con precisi¨®n muchas de las citas utilizadas. En todo caso, la autora compensa esa carencia agregando a su relato peque?os travelogues acerca de la situaci¨®n actual de los principales lugares asociados a cada compositora.
Johanna Kinkel acab¨® en?Londres, sin componer y sumida en la desesperaci¨®n que le llev¨® al suicidio
Abundan las consideraciones sociales y culturales en cada una de las biograf¨ªas. Francesca Caccini, hija del compositor y cantante Giulio Caccini, desarroll¨® una s¨®lida carrera en la corte de los Medici controlada por mujeres regentes. Ello le facilit¨® convertirse en la primera compositora de la que conservamos una ¨®pera, La liberazione di Ruggiero dall¡¯isola d¡¯Alcina (La liberaci¨®n de Ruggiero de la isla de Alcina), de 1625. Caccini se cas¨® con un hombre que la apoyaba, aunque pospuso todo lo posible su maternidad. Beer propone escuchar como muestra de su expresividad Rendi alle mie speranze (Devolvedme mis esperanzas), una arieta de 1618. Con Barbara Strozzi pasa de Florencia a Venecia, para relatar la trayectoria de una mujer valiente en una ciudad libertina. Hija ileg¨ªtima que su mentor entreg¨® a un influyente conde ya casado con el que tuvo varios hijos. Una prol¨ªfica compositora que sorte¨® la difamaci¨®n social y termin¨® viviendo como inversora y prestamista. Public¨® abundantes composiciones durante toda su vida y, en 2019, celebra su 400? aniversario. De ella destaca Beer su intensa cantata Che si pu¨° fare (Qu¨¦ se puede hacer), de 1664. Con Elisabeth Jacques de la Guerre introduce el angelical arquetipo de la ni?a prodigio, a finales del siglo XVII y en la corte del Rey Sol. Una superviviente del opresivo Versalles posterior a Lully, cuyo matrimonio le permiti¨® desarrollar una prol¨ªfica carrera como compositora que combin¨® la tradici¨®n francesa sin desde?ar el estilo italiano, tal como escuchamos en su cantata Le Sommeil d¡¯Ulisse (El sue?o de Ulises), de 1715.
De Par¨ªs pasamos a Viena para ahondar en Marianna Martines, una joven sin familia de m¨²sicos, pero asentada en un emblem¨¢tico edificio de la plaza de San Miguel con los compositores P¨®rpora y Haydn, junto al libretista Metastasio, como vecinos y maestros. Beer destaca su ¨²nica composici¨®n orquestal, una Obertura en do mayor (1770), que es una sinfon¨ªa en tres movimientos. Pero el libro gana mucho en los cap¨ªtulos dedicados a la hermana de Felix Mendelssohn, Fanny Hensel, y Clara, la esposa de Robert Schumann. La primera fue una compositora de desbordante creatividad, quiz¨¢ superior a su hermano en el cultivo del Lied y las composiciones pian¨ªsticas, como atestigua Das Jahr (El a?o), un ciclo de piezas caracter¨ªsticas para piano posterior a 1840. Estaba casada con un pintor que la apoyaba, a pesar de que su hermano trat¨® de evitarle el incomprensible trance de publicar sus composiciones. De Clara Schumann, que en 2019 tambi¨¦n celebra su bicentenario, muestra esa sumisi¨®n como artista a la condici¨®n de esposa de un compositor y madre de ocho hijos. Destaca la pianista, pero tambi¨¦n una compositora completamente diferente a su marido, que se desdobla y revela, precisamente, en las Variaciones sobre un tema de Schumann, op. 20 (1853), su mejor obra. Pero Clara termin¨® renunciando a la composici¨®n tras quedarse viuda. Lo hab¨ªa anunciado por escrito, poco despu¨¦s de su boda: ¡°Una mujer no debe tener el deseo de componer: si ninguna ha podido hacerlo, ?por qu¨¦ iba a poder yo?¡±.
Los dos retratos del siglo XX son quiz¨¢ los m¨¢s personales de todo el libro. Beer relata la sucesi¨®n creativa de las hermanas Boulanger, desde los fracasos de Nadia hasta los logros de la joven Lili en el prestigioso Prix de Rome. Pero tambi¨¦n profundiza en la penosa enfermedad de Crohn de la ¨²ltima, que falleci¨® prematuramente a los 24 a?os. No vivi¨® para terminar una ¨®pera basada en La princesse Maleine, de Maeterlinck, pero s¨ª algunas m¨¦lodies que quiz¨¢ retraten su desesperaci¨®n como Dans l¡¯immense tristesse (Con inmensa tristeza), de 1916. Y el libro termina en Londres durante el siglo pasado en que vivi¨® Elisabeth Maconchy, una compositora de vanguardia que no renunci¨® a la labor de esposa y madre ejemplar; por el d¨ªa preparaba conservas y cuidaba de su marido e hijos, y escrib¨ªa m¨²sica por la noche. Tan s¨®lo su impresionante colecci¨®n de 13 cuartetos de cuerda, desde 1933 hasta 1985, donde parte desde Bart¨®k e Hindemith hacia una versi¨®n muy personal del dodecafonismo, deber¨ªa colocarla en una posici¨®n privilegiada dentro de la m¨²sica brit¨¢nica. Una etapa en la que los compositores m¨¢s famosos fueron Britten y Tippett, pero donde las m¨¢s avanzadas fueron ellas: no s¨®lo Maconchy, sino tambi¨¦n sus amigas Grace Williams y Elisabeth Lutyens.
Uno se queda con ganas de m¨¢s al terminar esta monograf¨ªa. Faltar¨ªa alg¨²n retrato de compositoras de otras latitudes como la checa Vitezslava Kapr¨¢lov¨¢, la polaca Grazyna Bacewicz o la rusa Galina Ustv¨®lskaya, cuyo centenario tambi¨¦n se celebra en 2019. Y, por supuesto, tambi¨¦n de alguna espa?ola, como Rosa Garc¨ªa Ascot. Pero quiz¨¢ el siguiente reto de la cr¨ªtica feminista pase por reivindicar tambi¨¦n compositoras cl¨¢sicas afroamericanas, como Florence Price, que falleci¨® completamente olvidada en 1953, y que cultiv¨® una asombrosa mezcla sinf¨®nica de Dvor¨¢k, los espirituales negros y el jazz. Vivimos en un mundo extra?o donde alguien podr¨ªa pasar por mel¨®mano bien informado sin haber escuchado una sola nota musical escrita por una mujer. Lo siento por ellos, pues no saben lo que se pierden.
Armon¨ªas y suaves cantos. Las mujeres olvidadas de la m¨²sica cl¨¢sica. Anna Beer. Acantilado, 2019. 432 p¨¢ginas. 24 euros.
Playlist:
DISCOS RECOMENDADOS
Francesca Caccini
Francesca Caccini. O Viva Rosa.
Analekta, 2010.
Shannon Mercer (soprano) / Luc Beaus¨¦jour (clavec¨ªn, ¨®rgano) / Sylvain Bergeron (guitarra) / Amanda Keesmaat (violonchelo).
Barbara Strozzi
Voglio cantar.
Erato, 2019.
Em?ke Bar¨¢th (soprano) / Il Pomo d¡¯Oro / Francesco Corti
?lisabeth Jacquet de La Guerre
Prot¨¦g¨¦e of the Sun King.
Centaur, 2005.
Lydia Knutson / Na¡¯ama Lion / Dana Maiben / Jane Hershey / Peter Sykes / Frances Conover Fitch,
Marianna Martines
Il Primo Amore.
Deutsche HM, 2012.
La Floridiana / Nicoleta Paraschivescu (clavec¨ªn)
Fanny Mendelssohn-Hensel
The Year.
Sony, 2007.
Lauma Skride (piano).
Clara Schumann
Complete Piano Works.
CPO, 2001.
Jozef de Beenhouwer (piano).
Lili Boulanger
Les M¨¦lodies.
Timpani, 2007.
Jean-Paul Fouch¨¦court (tenor) / Sonia de Beaufort (mezzo) / Alain Jacquon (piano).
Elizabeth Maconchy
String Quartets Vol. 2.
Treasure Island, 2010.
Bingham String Quartet.
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