El fin de los mejores tiempos

La ¨²ltima noche de los mejores tiempos. Y el inicio del resto de una vida. La existencia, a veces, viene marcada por jornadas como ¨¦sta, simbolizada en un ingente n¨²mero de cajas que se?alizan el traslado f¨ªsico, de hogar, de compa?eros, de amigos, de emociones, de trabajo, de amor, de sexo, de coraz¨®n, quiz¨¢ de cabeza, y expuesta a trav¨¦s de una catarsis que nace de forma espont¨¢nea pero que, vista en perspectiva, era poco menos que imprescindible. Es la muy intensa y cercana ?A qui¨¦n te llevar¨ªas a una isla desierta?, segunda pel¨ªcula de Jota Linares, basada en una obra de teatro del propio director y de Paco Anaya, que estos d¨ªas se ha estrenado en exclusiva en la plataforma televisiva Netflix.

Como todo lo importante en la vida, para lo bueno y para lo malo, ocurre en septiembre. ¡°Yo iba a ser un gran t¨ªo, todo un ganador¡±, cantaban Los Enemigos en Septiembre, marcando el paso del fracaso. Linares, en cambio, prefiere otro tema hist¨®rico de la m¨²sica espa?ola para definir su amargo relato: Insurrecci¨®n, de El ?ltimo de la Fila. ¡°Barras de bar, vertederos de amor¡±. Es el tiempo de la rebeli¨®n juvenil, contra el mundo, en forma de sue?o cumplido, de carta con la frase ¡°admitido¡±. Pero tambi¨¦n el de las dudas: ¡°Ese es el problema, que en mi vida no pasa nada¡±, dice una de las chicas, uno de los cuatro personajes de la historia, notablemente trazados por Linares, y poderosamente interpretados por Pol Monen, Jaime Lorente, Andrea Ros y Mar¨ªa Pedraza, todos con una verdad apabullante.

Probablemente con toques autobiogr¨¢ficos (uno de los j¨®venes aspira a ser director de cine y ha obtenido una beca en el extranjero), Linares habla de lo que sabe y de lo que ha vivido. Y se nota. Es el marco de una generaci¨®n muy reconocible, que podr¨ªa ser la de muchos en los ¨²ltimos 25 a?os, y que quiz¨¢ ha sido m¨¢s retratada por el teatro que por el cine espa?ol. Un origen que lleva a que Linares no tenga miedo a resultar po¨¦tico en sus di¨¢logos, y eso es bueno en este cine espa?ol de desdichada obligaci¨®n de verosimilitud coloquial, en la que no caben apuntes de l¨ªrica en los di¨¢logos, algo que s¨ª parece permitido en las tablas de un teatro (o, maldici¨®n, en el cine franc¨¦s).

Tras un notable debut, Animales sin collar (2018), Linares vuelve a demostrar que mueve la c¨¢mara con sentido, que sabe cu¨¢ndo acercarse nerviosamente a los rostros destrozados de sus criaturas y cu¨¢ndo imponer el plano general calmado. Su texto quiz¨¢ no sea el m¨¢s original del mundo (el juego que provoca la implosi¨®n quiz¨¢ sea lo m¨¢s discutible del relato), pero s¨ª manifiesta el poder de lo vivido, de lo disfrutado y de lo sufrido. Una suplencia como profesora de un colegio, el MIR, una beca de cine en Londres o un trabajo basura en un local de pollo frito est¨¢n esperando. Es el estr¨¦pito del amor y del deseo, el extra?o poder de la amistad, capaz de salvar y de hundir, y esa extra?a crueldad que a veces se expulsa casi sin querer. Es la noche que da paso al resto de cualquier vida.