Ver¨®nica Forqu¨¦ es la muerte en ¡®El ¨²ltimo rinoceronte blanco¡¯
La actriz protagoniza en los Teatros del Canal una obra inspirada en ¡®El peque?o Eyolf¡¯, de Henrik Ibsen
Ver¨®nica Forqu¨¦ no hab¨ªa le¨ªdo nunca El peque?o Eyolf, de Henrik Ibsen, un drama de la etapa final del autor noruego, fechado en 1894, apenas representado en Espa?a. Una historia inquietante en torno a un matrimonio con un hijo de corta edad al que le ronda la muerte tras un accidente dom¨¦stico que le deja en un precario estado de salud. Est¨¢ la actriz madrile?a doblemente fascinada por la lectura de esta obra ¡ª¡°es tr¨¢gica y bella a la vez¡±¡ª y por el personaje que interpreta en este nuevo montaje basado en el texto de Ibsen y que lleva por t¨ªtulo El ¨²ltimo rinoceronte blanco. Forqu¨¦ encarna la muerte ¡ª¡°la mujer de las ratas¡±, en la obra original, ¡°la madre de las l¨¢grimas¡±, en este texto¡ª, un personaje, muy po¨¦tico entre mitol¨®gico y espiritual, que pasea por la casa familiar y habla con el ni?o. Es un personaje que ha crecido en la funci¨®n, escrita por Jos¨¦ Manuel Mora y dirigida por Carlota Ferrer y que se ha estrenado en los Teatros del Canal, donde se representar¨¢ hasta el 12 de mayo. Junto a Forqu¨¦ intervienen Crist¨®bal Su¨¢rez y Julia de Castro, entre otros.
Un canto al amor, a la naturaleza, a la religi¨®n y al medioambiente. As¨ª define Ver¨®nica Forqu¨¦ a sus 63 a?os esta funci¨®n, que mezcla teatro, danza e im¨¢genes. En el mon¨®logo que realiza la actriz en El ¨²ltimo rinoceronte blanco, confiesa que es la muerte que acecha la vida del ni?o, pero pide que no se le juzgue. ¡°Como personaje de la muerte no tengo m¨¢s remedio que cumplir ese encargo que me han hecho y explico porque he venido a llevarme a esta criatura, antes de contar mi vida entera, una vida marcada por la tragedia¡±, asegura Forqu¨¦, en una de las salas de ensayo de los Teatros del Canal.
Con m¨¢s de 80 personajes en una carrera en cine, televisi¨®n y teatro, la int¨¦rprete, hija del cineasta Jos¨¦ Mar¨ªa Forqu¨¦, est¨¢ centrada ¨²ltimamente en la escena. ¡°Es una realidad que cuando las actrices vamos cumpliendo a?os desaparecemos del cine. Hay muchos menos personajes interesantes que te puedan ofrecer. Es verdad, que algo parece que est¨¢ cambiando, sobre todo por la aparici¨®n de mujeres guionistas¡±, afirma Forqu¨¦, que se muestra feliz tras finalizar recientemente una pel¨ªcula, rodada en Lanzarote y Oporto. Se trata de Salir del ropero, primer largometraje de ?ngeles Rein¨¦, en la que la actriz interpreta a una abuela que decide anunciar su boda gay con una amiga del alma, personaje que interpreta Rosa Mar¨ªa Sard¨¢. Tambi¨¦n ha grabado una serie de Netflix, D¨ªas de Navidad, sobre la vida de cuatro hermanas, desde que son unas ni?as hasta la madurez. En esta serie, trabaja junto a Charo L¨®pez, ?ngela Molina y Victoria Abril.
Pero quien de verdad le ha salvado la vida siempre ha sido el teatro. ¡°Yo pas¨¦ una depresi¨®n muy dura hace cuatro a?os y la pas¨¦ en el escenario. Fue el teatro lo que me dio la vida. Eran las dos ¨²nicas horas del d¨ªa en las que me olvidaba de todo. He sido m¨¢s feliz en el escenario que fuera de ¨¦l. El teatro te obliga a evadirte de tu propia realidad porque te exige una enorme concentraci¨®n y eso es maravilloso. Es algo muy liberador¡±.
Forqu¨¦ es clara como el agua, natural hasta el infinito. Comunicadora nata, mujer abierta, a ella no le cuesta establecer relaciones ni en la vida ni en la profesi¨®n. ¡°Soy consciente de que la gente me quiere. Es algo que valoro mucho, que cuido porque es un precioso regalo. No soy una persona complicada y creo que tengo buen car¨¢cter. Es algo que he ido trabajando y eso la gente lo nota¡±, a?ade esta mujer orgullosa de haber ganado con los a?os algo muy preciado: la libertad. ¡°No he descubierto la libertad hasta los 59 a?os. Yo sal¨ª de casa de mis padres con 21 a?os, y siempre he vivido con alguien, los ¨²ltimos con el padre de mi hija hasta que me separ¨¦. Nunca hab¨ªa probado la libertad. Yo, seguramente no lo he sabido hacer bien y me he pasado la vida pidiendo permiso, que es algo que hablo mucho con mi psicoanalista. Ahora, tengo la vida hecha, no tengo que descubrir la p¨®lvora y hago lo que quiero. Estoy feliz. No pido m¨¢s¡±.
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