Las donaciones dan nueva vida a los museos
Las contribuciones privadas compensan la escasez de fondos de los centros p¨²blicos para nuevas compras. El Reina Sof¨ªa solo dispone de un mill¨®n de euros (en 2010 eran 15 millones), y el Prado no cuenta con nada
Cuando Manuel Borja-Villel se hizo cargo del Reina Sof¨ªa en enero de 2008, el museo ten¨ªa un presupuesto de ocho millones de euros para compras destinadas a enriquecer la colecci¨®n permanente, una cantidad que creci¨® hasta los 15 millones en 2010. Han pasado los a?os y la crisis, con sus temidos ajustes, le han dejado con un solo mill¨®n para adquisiciones.
Peor lo tienen en el Museo del Prado, donde el presupuesto para compras tiene una cifra lamentablemente redonda: cero euros. Sin embargo, pese a esa ca¨ªda en picado del dinero disponible y pese a que los precios del mercado aumentan de manera enloquecida, lo cierto es que ambos museos nacionales siguen ampliando sus fondos gracias a las donaciones privadas. Se trata de un mecenazgo que, en su mayor parte, no exige contrapartidas y que ha aumentado de manera muy llamativa durante los ¨²ltimos a?os; m¨¢s del 60% de las obras que entraron en los museos vinieron de manos privadas y, en su mayor parte, prefirieron no acogerse a la ley de mecenazgo.
Es un fen¨®meno similar al que se vive en los grandes museos parisienses, aunque all¨ª las arcas p¨²blicas sean algo m¨¢s generosas. En 2018, el Pompidou dispuso de dos millones de euros y el Louvre, de cinco. En el Museo del Prado, las donaciones privadas eran pr¨¢cticamente inexistentes hasta hace poco tiempo. Andr¨¦s ?beda, director adjunto de Conservaci¨®n e Investigaci¨®n de la pinacoteca, asegura que durante mucho tiempo los ciudadanos no sent¨ªan ning¨²n respeto por el museo.
Es un sentimiento que se empez¨® a transformar a partir de la llegada a la direcci¨®n en 1996 de Fernando Checa, se consolid¨® con Miguel Zugaza y prosigue actualmente con Miguel Falomir. ¡°La estabilidad y el cambio de talante han logrado la confianza y el cari?o de los ciudadanos. Creo sinceramente que la gente percibe este museo como algo propio. Es de todos. No del Gobierno ni de Madrid. Ese nuevo sentimiento, patriotismo bien entendido, hace que todos quieran colaborar en la medida de sus posibilidades tal como se demostr¨® con la campa?a de micromecenazgo para adquirir Retrato de ni?a con paloma, del pintor franc¨¦s Simon Vouet. El coste fue de 200.000 euros y los conseguimos antes de lo previsto¡±, se?ala Falomir.
Otro ejemplo de ese afecto popular por el museo qued¨® plasmado en el testamento de la profesora Carmen S¨¢nchez Garc¨ªa. Miembro de la Fundaci¨®n de Amigos del Museo del Prado desde 2003, leg¨® al museo 800.000 euros y una casa en Toledo (140.000 euros) ¡°para la adquisici¨®n y restauraci¨®n de cuadros¡±. Con ese dinero han adquirido ya varias piezas: Alegor¨ªa de la templanza (1513-1516), de Alonso Berruguete (170.000 euros), un autorretrato del pintor flamenco del Renacimiento Pedro de Campa?a (175.000 euros) y la primera obra atribuida a la pintora Mariana de la Cueva Benavides y Barradas, San Francisco arrodillado en meditaci¨®n,?firmado y fechado (1664) en un papel al pie del santo (1.300 euros). Esta ¨²ltima obra ¡ªadquirida en subasta, sobre la que el Estado ha ejercido el derecho de tanteo y retracto¡ª permite al museo incrementar la presencia de obras de mujeres y reconstruir la biograf¨ªa de una pintora del siglo XVII de la que muy poca cosa se sabe. En el taller de restauraci¨®n, los expertos encontrar¨¢n seguro las claves de su pintura.
Todo lo que entra en el Prado es v¨ªa donaci¨®n porque, asegura el director adjunto, por extra?o que pueda sonar, su presupuesto es cero euros. Nada. El centro, por s¨ª mismo, tampoco se puede personar en subastas porque los tiempos de la burocracia no coinciden con los de las ventas. La Fundaci¨®n de Amigos del Museo del Prado (FAMP, con 38.000 socios) y la de los Amigos Americanos desempe?an un papel determinante en la entrada de donaciones y en las subastas.
Un afecto que vale 2,4 millones en Bilbao
Sin Ley de Mecenazgo que incentive fiscalmente la generosidad de los donantes, los responsables de varios museos consultados por este diario coinciden en afirmar que hay un sentimiento de puro afecto hacia el centro beneficiado. Miguel Zugaza, director del Bellas Artes de Bilbao, una instituci¨®n creada a base de donaciones, insiste en esa idea. ¡°Tenemos coleccionistas orgullosos de regalar a este museo obras muy importantes para ellos y que no les cuesta desprenderse de ellas porque prefieren beneficiar al que consideran que es su museo¡±.
Con 300.000 euros anuales para compras, Miguel Zugaza ha recibido el pasado a?o donaciones por valor de 2.419.935. Una de ellas es la imponente escultura
Bilbao
(1983), de Richard Serra, valorada en dos millones de euros y entregada por los nietos de Mart¨ªn Garc¨ªa-Urtiaga y Mercedes Torrontegui.
Una de las obras m¨¢s espectaculares reci¨¦n llegadas por la v¨ªa de la FAMP es un bell¨ªsimo altar port¨¢til de cuatro tablas, Oratorio de san Jer¨®nimo penitente (hacia 1560), de Juan de Juanes, conseguido por 31.348 euros en la casa de subastas Segre. De los Amigos Americanos, el ¨²ltimo regalo fue Retrato de Felipe III (1634-1635), de Vel¨¢zquez, obra donada por William B. Jordan.Andr¨¦s ?beda explica que todo el equipo del Prado est¨¢ muy atento a las oportunidades que puedan salir al mercado. ¡°Nuestra obligaci¨®n es saber d¨®nde est¨¢n las obras que nos puedan interesar y hacer seguimiento por si podemos participar en cualquier operaci¨®n¡±.
A veces les basta con hacer llegar sus deseos a los o¨ªdos de un generoso coleccionista. As¨ª ocurri¨® con el lienzo de La marquesa de Espeja (1854), de Madrazo, adquirido por 300.000 euros y regalado al museo por la empresaria y coleccionista Alicia Koplowitz a comienzos del a?o pasado. Las donaciones a veces van m¨¢s all¨¢ de las puras obras. Una de las ¨²ltimas, v¨ªa FAMP, ha sido una m¨¢quina de refractograf¨ªa infrarroja (55.000 euros), imprescindible para un taller de restauraci¨®n considerado como el mejor del mundo.
El director adjunto asegura que las donaciones llegan sin exigir m¨¢s contrapartida que la exposici¨®n de la obra. Solo en una ocasi¨®n, que ¨¦l recuerde, la familia del coleccionista pidi¨® que su nombre apareciera en la sala: Jos¨¦ Luis V¨¢rez Fisa. Hab¨ªa donado en 2013 un conjunto de obras valoradas en 22.780.000 euros.
La donaci¨®n tiene que ser aceptada por el Patronato del Prado y, por el momento, carecen de un protocolo de aceptaci¨®n, como en cambio s¨ª tienen otros museos. ¡°Somos una colecci¨®n hist¨®rica y es dif¨ªcil que entre material dudoso. No me consta ninguna reclamaci¨®n por problemas de propiedad. De todas formas, el pr¨®ximo a?o celebraremos un congreso sobre restituciones¡±, a?ade ?beda.
En el Reina Sof¨ªa, durante el pasado a?o, pudieron comprar 192 obras y recibieron 555 como donaciones privadas, a las que hay que a?adir 162 piezas en dep¨®sito llegadas a trav¨¦s del patronato del museo, la Asociaci¨®n de Amigos y la Fundaci¨®n Museo Reina Sof¨ªa, creada en 2012 para suavizar los efectos de la crisis en las arcas del centro. Manuel Borja-Villel, su director, consigui¨® que los pesos pesados del Ibex estuvieran en el ¨®rgano de direcci¨®n del museo y que la venezolana Patricia Phelps de Cisneros arrastrara a la fundaci¨®n a grandes fortunas latinoamericanas coleccionistas de arte contempor¨¢neo.
?Existe el peligro de que los donantes marquen las l¨ªneas de las colecciones p¨²blicas? Borja-Villel asegura, tajante, que no, ya que a trav¨¦s de la direcci¨®n y de su equipo asesor, la fundaci¨®n tiene unas directrices claras: obra gr¨¢fica latinoamericana, fotograf¨ªa, fotolibros y performances. Aunque les llegan ofertas, no tienen inter¨¦s en repetir con piezas de colecciones mainstream. ¡°En un museo como este no queremos nombres de moda que todo el mundo tiene. Buscamos piezas muy espec¨ªficas y puedo asegurar que, gracias a la fundaci¨®n, en arte latinoamericano contempor¨¢neo hemos logrado un conjunto de primera¡±, asegura.
El perfil de los donantes del Reina tiene mucho que ver con dos mujeres que son imprescindibles para la vida del museo, seg¨²n su director: Patricia Phelps de Cisneros y Helga de Alvear. Phelps ha hecho dos grandes donaciones al centro, pero es responsable como mediadora de muchas otras. La galerista Helga de Alvear, prestadora habitual, no duda en responder a las necesidades del museo tirando de su propio talonario. Dos ejemplos recientes son una pieza del artista conceptual alem¨¢n Franz Erhard Walther (300.000 euros), y otra del suizo R¨¦my Zaugg (100.000 euros).
El director se?ala a otras mujeres que han sido muy generosas con el Reina Sof¨ªa: la coleccionista Marga S¨¢nchez, la galerista Soledad Lorenzo y Elena Asins, que dej¨® en herencia m¨¢s un millar de obras.En el Reina, solo en un caso los donantes pidieron algo m¨¢s que exponer las obras. Como los V¨¢rez Fisa en el Prado, la familia Autric-Tamayo, que entreg¨® alrededor de 650 fotograf¨ªas de 13 fot¨®grafos del grupo AFAL, pidi¨® que su nombre figurase en una sala. ¡°El Estado no acepta condiciones en las donaciones¡±, explica Borja-Villel, ¡°pero puede asumir alguna petici¨®n razonable, como era el caso¡±. ?Hay donaciones calificables de t¨®xicas en el museo?
Borja-Villel asegura que no le consta, y a?ade que tampoco ha sufrido reclamaciones por cuestiones de propiedad. ¡°La ¨²nica reclamaci¨®n fue la del mural Guernica por parte del Prado. Que yo sepa, la ¨²nica pieza conflictiva es el picasso [Cabeza de mujer joven] que la polic¨ªa judicial requis¨® a Jaime Bot¨ªn en 2015. Lo depositaron, sellado y precintado, en nuestros almacenes hace un a?o, y ah¨ª sigue tal cual¡±.
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