La fortaleza de una tele p¨²blica
En noches como la del domingo es donde se mide la fortaleza de una cadena, y TVE pudo alardear de profesionalidad y precisi¨®n
No soy un tertuliano ¡ªlas pocas veces que lo soy¡ª beligerante ni bronco, por lo que me cuesta mucho encontrar mi sitio en el debate cuando este es numeroso y est¨¢ formado por profesionales de la pol¨¦mica. Cuando la ¨²nica forma de intervenir e imponer la palabra es bramar como un ciervo para abrirse paso entre las cornamentas ajenas, suelo inhibirme y dejar que se peguen los dem¨¢s, lo cual hace de m¨ª un polemista enclenque, un poca cosa indeseable sin chicha ni limon¨¢. Nadie dir¨ªa que crec¨ª en un barrio de futbolines y macarras.
A pesar de todo eso, y sabiendo como sab¨ªa que no iba a entrar en peleas, disfrut¨¦ mucho de la noche electoral. A las buenas gentes de TVE se les ocurri¨® invitarme y yo acept¨¦, sobre todo, por vicio cotilla: me apetec¨ªa mucho ver c¨®mo se montaba un despliegue tan bestial. Aunque, en realidad, prefer¨ªa vivirla en casa, para llorar y maldecir a gusto si el escrutinio se torc¨ªa.
Es en noches como la del domingo donde se mide la fortaleza de una tele, y TVE, con Ana Blanco y Carlos Franganillo dando la cara, pudo alardear de profesionalidad y precisi¨®n: tal vez no sean los m¨¢s gritones ni los m¨¢s enrollados, pero cuando se trata de montar un directo complejo y exigente, no tienen igual. Se ha hablado mucho del plat¨®, reci¨¦n estrenado, con sus efectos de realidad aumentada, pero la puesta en escena y el dise?o de decorados, por s¨ª solos, no valen nada. Fue el desempe?o impoluto de algunos de los mejores periodistas y profesionales televisivos de Espa?a lo que dio solidez a la noche, de tal forma que ni la biso?ez de un tertulianito como yo pod¨ªa estropearla. El despliegue del domingo demuestra que la ¨²nica decisi¨®n digna que pueden tomar los pol¨ªticos es dejar a los profesionales de TVE trabajar en paz.
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