El nuevo Gobierno

El presidente del Gobierno tendr¨¢ que ser Miguel de Cervantes, que es un escritor de estado, atento al universo. No estar¨ªa mal que se viera auxiliado en las fatigosas tareas del buen gobierno por don Antonio Machado, hombre cabal y reflexivo, hombre en el que la prudencia se transforma en un arte de vida. Bien, ya tenemos presidente y vicepresidente. El Ministerio de Asuntos Exteriores no ofrece duda. Nuestro poeta m¨¢s internacional ocupar¨¢ esta cartera: Federico Garc¨ªa Lorca. Vaya, ya van dos poetas en el Gobierno. El ministro de Ciencia ser¨¢ Juan Benet, hombre con un pie en la ingenier¨ªa y otro en el humanismo, perfecto. Claro, la cartera de Sanidad la bordar¨¢ nuestro ilustre m¨¦dico P¨ªo Baroja, un esc¨¦ptico necesario, un buen anarquista del alma para entender la salud de todos los espa?oles.

Para ministra Portavoz nadie mejor que do?a Emilia Pardo Baz¨¢n, porque en ella se da un compendio de ilustraci¨®n, feminismo y cultura.

Se nos est¨¢ pasando una cartera importante, nada menos que la del Ministerio del Interior, que ser¨¢ ocupada por una mujer. En Interior ser¨¢ nombrada ministra Teresa de Cepeda, m¨¢s conocida como santa Teresa de Jes¨²s. Aqu¨ª se dud¨® entre Teresa y san Juan de la Cruz, porque el presidente Cervantes prefer¨ªa a San Juan, pero el vice Machado presion¨® para que fuera Teresa, y gan¨®. Volvamos a Justicia, que recaer¨¢ en un hombre progresista e ilustrado, es decir, en Gaspar Melchor de Jovellanos.

Ministro de Defensa ser¨¢ Garcilaso de la Vega, poeta y militar, hombre de acci¨®n y de pensamiento. De Pol¨ªtica Territorial ser¨¢ ministra nuestra poeta gallega Rosal¨ªa de Castro, ella es la dama de los territorios del esp¨ªritu. Para ministro de Trabajo otra vez hubo pugna entre el presi y el vice, porque el presi quer¨ªa que fuese Benito P¨¦rez Gald¨®s y el vice Lope de Vega, el m¨¢s trabajador de cuantos escritores ha visto nacer la pen¨ªnsula ib¨¦rica. En este caso cedi¨® el vice, y acceder¨¢ a la cartera de Trabajo el escritor m¨¢s laborioso de Espa?a, es decir, Gald¨®s. En el Ministerio de Cultura estaba claro, una mujer como Mar¨ªa Zambrano elevar¨ªa el asombro de los espa?oles ante el pensamiento y la reflexi¨®n. Y en Educaci¨®n se impuso Gloria Fuertes, una mujer para la que pedagog¨ªa y poes¨ªa se convierten en las ¨²nicas puertas giratorias leg¨ªtimas.

Medio Ambiente ser¨¢ para Gustavo Adolfo B¨¦cquer, que hablaba con las golondrinas y amaba la primavera. Ministro de Transporte ser¨¢ Josep Pla, hombre bregado en los viajes en autob¨²s. Ministro de Turismo, Jos¨¦ Ortega y Gasset, que estuvo una par de veces en Alemania y le cundi¨®. Y ministra Portavoz nadie mejor que do?a Emilia Pardo Baz¨¢n, porque en ella se da un compendio de ilustraci¨®n, feminismo y cultura. Y a Cervantes le pareci¨® bien, pues al fin y al cabo tambi¨¦n Pardo Baz¨¢n es novelista, como ¨¦l. A propuesta del vice, se nombra ministro sin Cartera a don Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n, esp¨ªritu libre que rondar¨¢ los consejos de ministros ayudando aqu¨ª y all¨¢. No queda mal este Gobierno, dijo Cervantes. Es un buen gobierno, lo mejor que ha dado Espa?a, sentenci¨® Machado.