Asesinos con alma

He perdido la cuenta de los m¨²ltiples a?os en los que los agoreros certificaron que el w¨¦stern hab¨ªa entrado en irreversible agon¨ªa. Y, por supuesto, todos ellos eran calificados de crepusculares, adjetivo que debido a su abuso lleg¨® a parecerme estomagante, otro fatigoso lugar com¨²n. Y si, efectivamente, ese g¨¦nero al que le debo tanto entretenimiento y emociones la hubiera palmado, creo que su despedida m¨¢s grandiosa hubiera sido con la imagen de William Munny, aquel asesino profesional de Sin perd¨®n, a lomos de su caballo en ese pueblo embarrado y en medio de la inmisericorde tormenta, grit¨¢ndoles a los lugare?os que le acechan en las sombras: ¡°Os juro que si volv¨¦is a hacer da?o a una puta volver¨¦ para incendiar vuestras casas y mataros a vosotros y a vuestras familias, hijos de puta¡±. Iba en serio, la amenaza es heavy.

Han pasado m¨¢s de dos d¨¦cadas desde la obra maestra de Eastwood y constatas que el w¨¦stern no solo sigue vivo, sino que lo abordan los escasos pesos pesados que le quedan al cine estadounidense. Ah¨ª est¨¢n los hermanos Coen con la irregular pero tambi¨¦n fascinante La balada de Buster Scruggs, Quentin Tarantino con Los odiosos ocho y Gonz¨¢lez I?¨¢rritu con El renacido.

De Los hermanos Sisters te sorprenden muchas cosas, empezando por su estramb¨®tico t¨ªtulo. Tambi¨¦n saber que los espectaculares paisajes en los que se mueven los personajes no pertenecen a Utah, Arizona, Oreg¨®n, California o Texas, sino algo mucho m¨¢s cercano y menos ex¨®tico para nosotros como Huesca y Almer¨ªa. Y, c¨®mo no, que est¨¦ dirigida por el franc¨¦s Jacques Audiard, especializado en retorcidos y perturbadores dramas urbanos y autor de Un profeta, una de las mejores y m¨¢s duras pel¨ªculas carcelarias que he visto.

Y me siento despistado y a la expectativa durante el arranque de Los hermanos Sisters. Parece un w¨¦stern con vocaci¨®n de rarito. Pero me va sorprendiendo y enganchando, los personajes, que inicialmente podr¨ªan parecer t¨®picos, escapan pronto del clich¨¦, nos van revelando que pueden existir alma, anhelos frustrados, sue?os, catarsis, ansia de redenci¨®n en gente inmersa durante toda su vida en la violencia. Son dos hermanos de profesi¨®n exterminadores. Trabajan para un magnate y?cumplen sus ¨®rdenes sin hacer preguntas. Consisten fundamentalmente en perseguir y ejecutar a la gente se?alada. Les van a ocurrir muchas cosas, van a encontrarse con una fauna pintoresca, se van a pelear entre ellos, se van a cuestionar su existencia, yendo a la caza de un buscador de oro, un sabio de la qu¨ªmica, que tambi¨¦n ejerce de humanista. Nada resulta previsible en este relato aventurero e ins¨®lito en el que a veces aparece el lirismo, oscuro y luminoso, con un tono muy atractivo, con un desenlace precioso.

La protagoniza John C. Reilly, un actor que adoro, tan vers¨¢til como cre¨ªble, al que identificamos como interprete de reparto. Y a su lado est¨¢ Joaquin Phoenix, un tipo que siempre me pone muy nervioso, que me carga. Ya saben que siempre soy de extremos. Audiard consigue que en esta pel¨ªcula Phoenix me resulte soportable, incluso digno. Y Jake Gyllenhaal siempre es un valor seguro. Es una pel¨ªcula que veo y escucho tan bien como la recuerdo.