Pienso, luego... ¡®Futurama¡¯
Un libro repasa debates filos¨®ficos cl¨¢sicos aprovechando las tramas y los personajes de la serie de Matt Groening
Philip J. Fry cae en una c¨¢mara criogenizadora la Nochevieja de 1999 y no despierta hasta el a?o 3000. As¨ª arrancan las siete temporadas de Futurama, serie de Matt Groening que se atrevi¨® con casi todos los grandes temas de la ciencia ficci¨®n.
Los seguidores de la serie la siguen echando de menos seis a?os despu¨¦s de su (segunda) cancelaci¨®n, por lo que no es de extra?ar que se acabe de publicar en Espa?a Futurama y la filosof¨ªa (Blackie Books), un libro de 23 ensayos editados por Courtland Lewis en el que sus tramas y personajes se aprovechan para hablar de asuntos ¨¦ticos, existenciales y pol¨ªticos. El texto sigue la estela de Los Simpson y la filosof¨ªa (y de otro centenar de t¨ªtulos similares de la editorial estadounidense Open Court).
Presentamos a continuaci¨®n una ¡°antolog¨ªa de inter¨¦s¡± con algunos de los temas que recoge este volumen:
1. ?Puedo comerme la bandera de Espa?a?
El doctor Zoidberg celebra el D¨ªa de la Libertad comi¨¦ndose la bandera de la Tierra, un acto con el que este alien¨ªgena quiere agradecer la libertad de la que disfruta. Sin embargo, la reacci¨®n de muchos terr¨ªcolas es la ira. Incluso la cabeza de Nixon (presidente del planeta) grita: ¡°?Muerte al traidor!¡±, antes de llevar a Zoidberg a juicio.
Este episodio est¨¢ inspirado por la sentencia del caso Texas contra Johnson (1989), en la que el Tribunal Supremo consider¨® que Gregory Lee Johnson hab¨ªa ejercido su libertad de expresi¨®n al quemar una bandera estadounidense. Es decir, los jueces se mostraron cercanos al llamado ¡°principio del da?o¡±: seg¨²n el fil¨®sofo John Stuart Mill, cualquier forma de expresi¨®n p¨²blica debe permitirse siempre que no cause un da?o lo suficientemente grande. Y que algo ofenda no lo es. Para Mill, el debate p¨²blico de ideas es indispensable. Y eso incluye quemar banderas, com¨¦rselas o, qu¨¦ se yo, simular que uno se suena con ellas.
2. S¨¦ t¨² mismo (si puedes)
Seg¨²n relata Plutarco, durante sus a?os de servicio se fueron reemplazando todas las piezas da?adas del barco de Teseo, hasta el punto de que ya no quedaba ni un solo tabl¨®n del barco original. ?Este barco segu¨ªa siendo el mismo barco?
Algo as¨ª (m¨¢s o menos) se pregunta Fry en Par¨¢sitos perdidos. En este episodio, unas lombrices se cuelan en su cerebro y hacen sorprendentes mejoras en su inteligencia. Gracias a ellas est¨¢ a punto de conquistar, finalmente, a Leela. Pero Fry se da cuenta de que todo es culpa de los par¨¢sitos y decide eliminarlos: quiere que su amiga se enamore de ¨¦l y no de la persona que han moldeado las lombrices.
En realidad, todos cambiamos a lo largo de nuestras vidas. En el caso de Fry, la diferencia viene de que ¨¦l es consciente de este proceso, de modo que afronta ¡°la paradoja existente entre nuestra idea de ser un cuerpo permanente y la de ser un cuerpo que, en realidad, est¨¢ constantemente cambiando¡±. ?Y si Fry no se hubiera enterado de la existencia de las lombrices? ?Seguir¨ªa siendo Fry?
3. ?Los viajes en el tiempo son l¨®gicamente posibles?
En Bien est¨¢ lo que Roswell, la nave de Planet Express viaja al a?o 1947, lo que sirve para presentar la paradoja del abuelo: Fry no le debe hacer ning¨²n da?o al suyo porque podr¨ªa dejar de existir.
?Ser¨ªa l¨®gicamente posible que Fry matara a su abuelo? Si lo hiciera, Fry no llegar¨ªa a nacer, por lo que nunca viajar¨ªa en el tiempo, por lo que nunca habr¨ªa matado a su abuelo, pero entonces s¨ª nacer¨ªa porque su abuelo seguir¨ªa vivo¡ Etc¨¦tera. Quiz¨¢s no podr¨ªa matar a su abuelo por mucho que se esforzara: por ejemplo, la pistola se encasquillar¨ªa o no acertar¨ªa ni un solo disparo. Es decir, ser¨ªa l¨®gicamente imposible y fracasar¨ªa siempre, del mismo modo que no podr¨ªa dibujar un cuadrado de tres lados por mucho que lo intentara.
Pero Fry mata a su abuelo (sin querer). Y luego se acuesta con su abuela (queriendo). Y se da cuenta de que en realidad ¨¦l es su propio abuelo. ?Esto es l¨®gicamente posible? Pues s¨ª: es un ejemplo de ¡°bucle causal¡±. Fry es la causa de su padre y su padre es la causa de Fry. Los bucles causales son raros, pero ¡°no son l¨®gicamente imposibles y, por tanto, no representan un problema al hecho de viajar al pasado¡±, explica el libro.
4. ?Est¨¢ mal comer popplers?
Leela descubre en otro planeta lo que parecen gambas rebozadas. Est¨¢n tan ricas que se las lleva a la Tierra, donde se convierten en una moda gastron¨®mica. Pero en realidad son cr¨ªas de omicronianos, unos extraterrestres que en cuanto se enteran de la masacre acuden a la Tierra a buscar venganza: quieren comerse a Leela.
El cap¨ªtulo se convierte en un disparatado debate sobre si est¨¢ bien comer animales. Si nos parece bien criar a una vaca para asarla, ?por qu¨¦ nos parece regular que los omicronianos se coman a Leela? Como recoge el libro, la serie ¡°incita a los espectadores a considerar la perspectiva de las especies inferiores (o, al menos m¨¢s d¨¦biles)¡±. Todo cambia cuando t¨² eres el men¨².
5. ?Bender siente de verdad o solo est¨¢ programado para sentir?
Como es el a?o 3000, en Futurama hay robots inteligentes. Casi todos, como Bender, tienen su propia personalidad. En este caso se trata de una personalidad ego¨ªsta y aficionada al robo, entre otras malas (e hilarantes) costumbres.
?Pero Bender es as¨ª solo porque le han programado? ?Entonces no es responsable de sus actos? ?Eso no nos ocurre a todos? ?Nuestros actos no son a fin de cuentas consecuencia de nuestra predisposici¨®n gen¨¦tica y del ambiente en el que hemos vivido?
Igual que los humanos, los robots de Futurama ¡°pueden superar sus funciones¡± y ¡°perseguir otros fines si as¨ª lo desean¡±. Nuestros impulsos y necesidades no determinan nuestro comportamiento y, por eso, igual que Bender, somos agentes morales responsables de nuestras acciones.
Al menos, que sepamos. Quiz¨¢s todo esto no sea m¨¢s que otra serie de Matt Groening y nosotros solo seamos dibujos que siguen un guion.
Babelia
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