Hipnosis f¨ªlmica
V¨ªctor Moreno ha creado un estilo ins¨®lito e identificable, de una solidez y una belleza extremas
Con apenas dos pel¨ªculas, V¨ªctor Moreno ha creado un estilo ins¨®lito e identificable, de una solidez y una belleza extremas, que, partiendo del documental y sobre todo de la b¨²squeda, a partir de un rodaje que nunca sabe hacia d¨®nde se dirigir¨¢ y ad¨®nde llegar¨¢, alcanza algunas de las esencias del cine de g¨¦nero. Edificio Espa?a (2012) pod¨ªa nacer del cine de denuncia, pero se iba convirtiendo en una historia de terror sonoro habitada por espectros sociales. La ciudad oculta, su siguiente trabajo, es una pel¨ªcula conceptual, de formidable labor fotogr¨¢fica y de sonido, que emergiendo de la filmaci¨®n de los diversos trabajos en los t¨²neles del metro de Madrid termina conform¨¢ndose como una odisea de ciencia ficci¨®n de la cotidianidad.
LA CIUDAD OCULTA
Direcci¨®n: V¨ªctor Moreno.
G¨¦nero: documental. Espa?a, 2018.
Duraci¨®n: 80 minutos.
M¨¢s que a un documental informativo, que tambi¨¦n, la obra de Moreno se acerca a la poes¨ªa visual desde sus primeros minutos. Sonidos e im¨¢genes confluyen, como una suerte de ficci¨®n posapocal¨ªptica, en un viaje a lo desconocido. En La ciudad oculta no hay una sola l¨ªnea de di¨¢logo directa: apenas unas cuantas ¨®rdenes de sonido met¨¢lico, provenientes de comunicadores port¨¢tiles, y en instantes donde el ser humano que refleja la imagen siempre escucha y nunca habla, como zombis de la noche en las catacumbas de la desolaci¨®n.
Con una fabulosa cadencia de ciencia ficci¨®n de autor (no es dif¨ªcil el entronque con 2001: una odisea del espacio, Solaris e Ikarie XB 1), amparada en la repetici¨®n continua, en la linealidad de las luces de apoyo de los trabajos, y en el hipn¨®tico y parsimonioso movimiento de la c¨¢mara de Moreno, la pel¨ªcula se aferra a su concepto hasta casi el final, cuando en la parte m¨¢s discutible, aunque no descartable, el relato se acerca tambi¨¦n a los t¨²neles del tr¨¢fico y a la mendicidad en los pasajes subterr¨¢neos.
Que d¨ªa tras d¨ªa haya seres humanos trabajando ocho horas en ese ambiente los vincula con los exploradores, con los astronautas de las estaciones espaciales. Son los habitantes de un mundo en el que quiz¨¢ nunca hubi¨¦ramos pensado y que est¨¢ bajo nuestros pies. Unos operarios del presente que, en la secuencia m¨¢s brillante de la pel¨ªcula, establecen una conexi¨®n casi m¨¢gica con los del futuro, y con el cine de g¨¦nero. As¨ª, cuando la voz met¨¢lica de mujer les avisa de que hay un animal en uno de los t¨²neles, es inevitable pensar en los personajes de Harry Dean Stanton y Yaphet Kotto en busca del gato Jonesy en Alien, el octavo pasajero. Su mirada y la de la rata que escruta al espectador como diciendo ¡°?Qu¨¦ demonios haces t¨² en mi casa y a qu¨¦ has venido?¡± son dos de los inolvidables momentos de una obra surgida del trabajo y del talento.
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