Richard Powers: ¡°Nuestra manera de vivir carece de sentido¡±
Ganador del Pulitzer por 'El clamor de los bosques', el autor estadounidense alerta del error de creer que la tecnolog¨ªa resolver¨¢ los problemas, cuando es causa de cat¨¢strofes
Desde sus comienzos como escritor, Richard Powers (Illinois, 1957) se ha caracterizado por figurar siempre entre los primeros que han explorado las posibilidades de la ciencia desde el ¨¢mbito de la ficci¨®n. Sus narraciones se ocupan de cuestiones como la ingenier¨ªa gen¨¦tica, la f¨ªsica nuclear, la industria qu¨ªmica o la inteligencia artificial, como trasfondo de situaciones de inter¨¦s profundamente humano. F¨ªsico de formaci¨®n, la necesidad de especializaci¨®n inherente a la ciencia le llev¨® a interesarse por la literatura. Powers es autor de 12 novelas que integran un corpus narrativo fascinante. En The Gold Bug Variations (1991), su tercer t¨ªtulo, los hilos de la historia se mueven con agilidad sobre un trasfondo que conjuga elementos tan dispares como la m¨²sica, la gen¨¦tica y la inform¨¢tica. En Galatea 2.2 (1995), reescritura de la historia de Pigmali¨®n, un neur¨®logo exc¨¦ntrico introduce en los placeres de la lectura a una computadora llamada Helen. El protagonista de El eco de la memoria (2006), novela con la que Powers se alz¨® con el National Book Award, es un neur¨®logo inspirado en la figura de Oliver Sacks, sobre quien lanza una visi¨®n cr¨ªtica. El clamor de los bosques, su t¨ªtulo m¨¢s reciente, obtuvo el Premio Pulitzer el pasado mes de abril. El encuentro tiene lugar en una caba?a en pleno coraz¨®n de las Smoky Mountains, al pie de la cordillera de los Apalaches, donde Richard Powers vive en la m¨¢s estricta soledad desde hace cuatro a?os. La novela le da un giro radical a su obra. En ella, Powers se aleja de los temas cient¨ªficos y tecnol¨®gicos para centrarse de lleno en el da?o que la humanidad le est¨¢ infligiendo al mundo natural. El autor explica as¨ª la g¨¦nesis del libro:
¡°Hace seis a?os impart¨ªa clases de escritura creativa en Stanford, uno de los lugares m¨¢s importantes del mundo dedicado a la ciencia y a la tecnolog¨ªa, cuya existencia dio lugar a la revoluci¨®n digital de Silicon Valley en los sesenta y setenta, cuando se crearon las compa?¨ªas que han determinado el presente y el futuro. Desde mi casa de Palo Alto pod¨ªa ver los cuarteles generales de Google, Apple, Intel, Facebook, eBay, HP, Netflix, Cisco, Tesla, Oracle, Adobe¡ Se trata de una cultura muy extra?a, que cree en la trascendencia tecnol¨®gica. Su fe en el humanismo individualista es absoluta. La revoluci¨®n digital le ha dado la espalda al mundo viviente, creando la alternativa del mundo virtual que es la Red. Nuestros tel¨¦fonos rigen nuestras vidas. Es una visi¨®n angustiosa, de la que buscaba refugio en las monta?as de Santa Cruz, entre Silicon Valley y el Pac¨ªfico. Las monta?as estaban cubiertas por un bosque de secuoyas centenarias. Su presencia majestuosa me hizo abrirme al mundo de lo no humano. Empec¨¦ a estudiarlo y decid¨ª escribir una novela sobre ¨¦l¡±.
Tenemos m¨¢s miedo que nunca a la muerte. El desarrollo material que hemos alcanzado nos deja m¨¢s insatisfechos que antes
Inmediatamente, Richard Powers inici¨® un exhaustivo proceso de investigaci¨®n y documentaci¨®n sobre la misteriosa organizaci¨®n de los ecosistemas del bosque, ¡°donde no es necesario introducir ninguna mejora porque todo es perfecto¡±. Llevaba dos a?os escribiendo cuando el curso de sus investigaciones le exigi¨® trasladarse a un lugar donde pudiera estudiar en directo el tema de su libro. Se decidi¨® por las Smoky Mountains, una de las regiones forestales mejor conservadas del planeta. Ocho meses despu¨¦s de aquella visita, regres¨® con intenci¨®n de instalarse all¨ª con car¨¢cter permanente. Sentado en la terraza de su casa, bajo un palio de ¨¢rboles que impiden ver el cielo, el primer nombre que surge en la conversaci¨®n, inevitablemente, es el de Henry David Thoreau, el autor de Walden, a quien Powers considera esencial para entender la conciencia y la imaginaci¨®n norteamericanas. ¡°Hay un punto particularmente importante en el que no se ha insistido lo suficiente y es su deuda con Darwin, cuya lectura le hizo comprender que no podemos olvidarnos de nuestra continuidad con el mundo viviente no humano. En El clamor de los bosques mi intenci¨®n es sacudir al lector, haci¨¦ndole entender que la vida es algo que est¨¢ por encima del destino individual. Hemos hipotecado nuestra relaci¨®n con el mundo natural. Hemos devastado la pr¨¢ctica totalidad de la naturaleza, pero todav¨ªa queda algo que se puede recuperar. La idea central del libro es que hay una forma de vida m¨¢s rica, diversa, longeva y eficaz que la humana, y o nos sumamos a ella, o estamos abocados a la extinci¨®n¡±.
Considerado uno de los escritores m¨¢s importantes de Estados Unidos, desde los comienzos mismos de su carrera Powers ha gozado de la estimaci¨®n de la cr¨ªtica y de los lectores. Galardonado con premios importantes, nada es comparable al eco formidable que est¨¢ teniendo tanto en su pa¨ªs como internacionalmente su ¨²ltima novela. La clave quiz¨¢s est¨¦ en que se trata de una obra que aborda problemas cruciales de nuestro tiempo desde la perspectiva de alguien cuya formaci¨®n cient¨ªfica es irreprochable. Ello le confiere particular relevancia a cuestiones tan decisivas como el papel de la tecnolog¨ªa en nuestras vidas: ¡°La tecnolog¨ªa nos da la falsa impresi¨®n de que podemos controlar el mundo f¨ªsico y dictar los t¨¦rminos de nuestra propia vida. Todo, incluso la inmortalidad, parece estar a nuestro alcance, pero es falso. La realidad es que en lugar de aplacar nuestros deseos y temores, la tecnolog¨ªa los exacerba. Tenemos m¨¢s miedo que nunca a la muerte. El desarrollo material que hemos alcanzado nos deja m¨¢s insatisfechos que antes. Todos somos v¨ªctimas de una terrible sensaci¨®n de soledad y alienaci¨®n. Nuestra manera de vivir carece de sentido. Lo terrible del capitalismo tard¨ªo es que conduce a la impotencia. Rockefeller describi¨® la situaci¨®n mejor que nadie cuando le preguntaron: ¡®?Cu¨¢nto es suficiente?¡¯ y respondi¨®: ¡®Un poco m¨¢s¡¯. ?se es el mundo en el que vivimos. No hay satisfacci¨®n posible y no somos conscientes del enga?o. Seguimos convencidos de que la tecnolog¨ªa resolver¨¢ nuestros problemas, cuando es la causa directa de cat¨¢strofes como el cambio clim¨¢tico y el agotamiento de los recursos naturales¡±.
El clamor de los bosques cuenta la historia de nueve personajes que un d¨ªa descubren que la sociedad en la que viven est¨¢ profundamente enferma, lo cual los lleva a rebelarse. Las 11 novelas que la precedieron son un pre¨¢mbulo a este logro magistral. Al comentar las voces que inciden en su obra, Powers habla de las fuerzas divergentes de poetas como Whitman y Dickinson; de narradores como Melville, con su desconfianza de Dios, y Twain, que recupera la visi¨®n del paisaje, aunque subraya que el hilo conductor de este libro es el linaje de grandes autores que se han ocupado de la naturaleza, como John Muir, Aldo Leopold, o Donald Culross Peattie: ¡°En El clamor de los bosques, la genealog¨ªa de la no ficci¨®n es m¨¢s importante que la de la ficci¨®n. Le¨ª 120 libros para documentarme¡±. Adelant¨¢ndose a la previsible acusaci¨®n de animismo, precisa: ¡°No propugno en modo alguno un regreso a una era pretecnol¨®gica, algo que por lo dem¨¢s no puede suceder. No soy un monje. No soy Thoreau ni esto es Walden. Mi actitud no es religiosa ni militante. Creo que hemos logrado tener una comprensi¨®n del mundo muy profunda gracias a la tecnolog¨ªa, pero tenemos que encontrar la manera de usarla de modo que est¨¦ en sinton¨ªa con la tierra, no en guerra contra ella¡±.
¡®El clamor de los bosques¡¯. Richard Powers. Traducci¨®n de Teresa Lanero Ladr¨®n de Guevara. AdN, 2019. 608 p¨¢ginas. 19 euros.
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