La literatura se pone a dieta y pierde p¨¢ginas
Los informes desvelan un recorte significativo en la extensi¨®n de las novelas durante la ¨²ltima d¨¦cada, por los nuevos h¨¢bitos de lectura
Una mesilla abarrotada de libros a la espera de un poco de atenci¨®n. El mont¨®n se ha convertido en columna que no cesa de crecer en n¨²mero y en angustia. Quiz¨¢ sea la habitaci¨®n de un lector, pero tambi¨¦n es la imagen que ilustra la portada del nuevo n¨²mero de la revista?The New Yorker. La asfixia de esa pareja, en su cama, parece tener explicaci¨®n en la sobreproducci¨®n de novedades, la falta de tiempo para leerlas y la aparici¨®n de nuevos enemigos que compiten por quedarse con el escaso tiempo libre.
PAGINACI?N MEDIA
En Espa?a, el ISBN (la agencia que cataloga los libros que est¨¢ gestionada por Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a) descubre una tendencia que podr¨ªa estar vinculada con esa tormenta perfecta contra el h¨¢bito de la lectura. Las editoriales cada vez producen libros m¨¢s cortos. En la ¨²ltima d¨¦cada ha crecido el n¨²mero de t¨ªtulos en la calle, pero con menos p¨¢ginas: la media fue, en 2017, de 243 p¨¢ginas en la categor¨ªa ¡°creaci¨®n literaria¡±. En 2009 la extensi¨®n media del mismo cap¨ªtulo fue de 265 p¨¢ginas. M¨¢s de 20 p¨¢ginas de recorte, seg¨²n las estad¨ªsticas del registro que audita al sector editorial. Y un crecimiento en la oferta breve: el 50,8% de la creaci¨®n literaria son libros de menos de 200 p¨¢ginas. Hace una d¨¦cada eran menos, el 46,3%. Ampliamos detalle y vemos que en 2017 se publicaran 6.573 t¨ªtulos con una extensi¨®n entre 101 y 200 p¨¢ginas; 3.740, entre 201 a 300 p¨¢ginas; 3.816, de 301 a 500; y 1.078 con 501 a 1.000 p¨¢ginas. En 2011 hubo un repunte de t¨ªtulos, debido a la sobreproducci¨®n de novedades y digitalizaci¨®n (ver gr¨¢fico).
Casi el 70% de los t¨ªtulos de literatura los publican editoriales peque?as y medianas. Luis Solano es el editor de Libros del Asteroide y reconoce que hab¨ªa detectado la tendencia a los libros m¨¢s cortos. ¡°Me parece que las razones son claras. Por un lado, que el tiempo disponible de los lectores es m¨¢s escaso que hace diez a?os y que, por lo tanto, la lectura es un pasatiempo m¨¢s caro. Es evidente que el entretenimiento digital (de la tele a las redes sociales, pasando por el Whatsapp, Skype u otras herramientas de comunicaci¨®n) nos resta tiempo de lectura, por lo tanto, los libros que proponemos tienen que ser o mejores o m¨¢s cortos¡±, apunta Solano.
T?TULOS DE CREACI?N LITERARIA PUBLICADOS EN ESPA?A
El tama?o importa
El mundo off line y la lectura off line adaptan sus formas a la movilidad constate de las personas, a la fragmentaci¨®n de los tiempos cotidianos y a la multiplicaci¨®n de las ofertas. Por eso a la hora de elegir libros, reconoce Solano, los editores tienen en cuenta que la proliferaci¨®n de lo digital ha disminuido la capacidad de atenci¨®n de los lectores. ¡°No quiero decir que descartemos libros grandes, pero el tama?o es un factor que tiene algo m¨¢s de peso que hace unos a?os¡±, sostiene. Cree que los autores no quedan al margen de la nueva lectura y deben esforzarse en libros que capten la atenci¨®n del lector, que les compensen el tiempo de lectura. ¡°Lo importante es publicar libros a los que no les sobren p¨¢ginas¡±, aclara.
17 minutos de lectura al d¨ªa
El ¨²nico estudio que apunta el tiempo que le dedican los espa?oles a la lectura es de la Comunidad de Madrid y acaba de publicarse, asegura que los madrile?os leen 10 horas a la semana. Cada vez se lee m¨¢s fuera del hogar, en el Metro, un 33% (en trayectos de unos 40 minutos). El ¨²ltimo CIS que pregunt¨® a sus encuestados cu¨¢nto le¨ªan, contestaron que de dos a cuatro libros al a?o. Otros estudios, como el de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, aseguran que son una decena. Los lectores diarios espa?oles apenas son el 32%. El 40% de los espa?oles que no leen nada es porque no tienen tiempo. Los informes que llegan desde EEUU son m¨¢s desalentadores, porque hablan de una ca¨ªda de un 19% del tiempo de lectura al d¨ªa, en 15 a?os, hasta quedarse en 17 minutos.
Raquel Vicedo, editora de Pepitas de Calabaza y socia propietaria de la librer¨ªa Cervantes y Compa?¨ªa (Madrid), reconoce que le cuesta dedicar tiempo a libros de m¨¢s de 250 p¨¢ginas. ¡°Si no es una obra maestra, no vale la pena. Hay muchos libros buenos que leer¡±, explica. Describe un panorama abrumador, un mercado saturado para libreros y lectores, incapaces de asumir el lanzamiento incesante de novedades. ¡°En estos tiempos de producci¨®n y publicaci¨®n, los escritores quiz¨¢s nos animemos m¨¢s a los proyectos cortos. Para las novelas largas se necesita mucha voluntad. M¨¢s voluntad que dinero, para dejarlo todo y escribirla¡±, habla la autora Lara Moreno, que acaba de publicar el poemario?Tuve una jaula (La Bella Varsovia). Se?ala otro dato importante: el tiempo de lectura de los editores. Ella lo fue de Caballo de Troya durante un a?o y se?ala la atenci¨®n hay que invertir en m¨¢s de 500 p¨¢ginas, para saber si la novela es buena.
La escritora Elvira Navarro -tambi¨¦n exeditora de Caballo de Troya- coincide con Lara Moreno. ¡°Tal vez el factor m¨¢s importante sea el cambio de percepci¨®n de la temporalidad que vivimos. Afecta tanto a la lectura como a la escritura. Los tiempos se han acelerado, y aunque en la novela de entretenimiento el n¨²mero de p¨¢ginas haya crecido, hay que tener en cuenta que sus ritmos internos son r¨¢pidos. Se leen de un tir¨®n (o de unos pocos)¡±, dice Navarro. La reducci¨®n de p¨¢ginas tambi¨¦n sucede en libros de ciencias sociales y humanidades, quiz¨¢, como dice la autora de La isla de los conejos (Random House), porque nos hemos acostumbrado a ¡°un saber parcial, superficial¡±. Remedios Zafra lo identifica en el informe??C¨®mo leemos en la sociedad digital?, de la Fundaci¨®n Telef¨®nica, como la precarizaci¨®n de la lectura. En la Red se fluye entre la abundancia, donde la lectura sucede m¨¢s por impresi¨®n que por concentraci¨®n.
El editor de Impedimenta, Enrique Redel, constata que ¡°los lectores son cada vez m¨¢s reacios a los libros voluminosos¡±. Eso no marca su selecci¨®n, aclara. ¡°Pero la tendencia est¨¢ ah¨ª¡±. ¡°Creo que forma parte de un cambio estructural gradual en el consumo cultural, nada nuevo, que afecta al tiempo que se dedica a ese consumo y en qu¨¦ contenidos se consumen¡±, mantiene. Como Solano, Redel se?ala que el tiempo es limitado y que la competencia es ¡°potente¡±, entre series, redes sociales, contenidos en l¨ªnea, m¨²sica o juegos. ¡°El libro te marca los tiempos, te exige total atenci¨®n y mayor implicaci¨®n. Esto no est¨¢ de moda as¨ª que los contenidos se adelgazan para resultar m¨¢s digeribles¡±, a?ade Redel, que no cree que un lector ¡°hecho¡± sufra este mal de lectura, sino a uno m¨¢s amplio, que elija entre un tipo de contenido y otro.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.