Rom¨¢n sufre una impresionante cornada en la pierna en Las Ventas
El diestro valenciano ha sido intervenido y el pron¨®stico es "muy grave" seg¨²n los m¨¦dicos
IB?N/D?AZ, MORAL, ROM?N
Toros de Baltasar Ib¨¢n, ¡ªel primero, devuelto¡ª, bien presentados, serios y muy astifinos, mansos, broncos, deslucidos, muy complicados. Noble el cuarto. El sobrero, de Montealto, manso y noble.
Curro D¨ªaz: metisaca en los bajos y estocada (silencio); estocada (oreja).
Pepe Moral: dos pinchazos y descabello (silencio); cuatro pinchazos, estocada atravesada, casi entera tendida ¡ªaviso¡ª y seis descabellos (pitos).
Rom¨¢n: Estocada (oreja). Result¨® cogido al entrar a matar. El parte m¨¦dico indica que sufri¨® una herida en el 1/3 medio de la cara interna del muslo derecho, con una trayectoria de 30 cm hacia fuera y abajo, que causa destrozos en vasto interno, musculatura aductora, contusi¨®n con vaso espasmo de arteria femoral, rodea f¨¦mur por su cara posterior produciendo contusi¨®n del nervio ci¨¢tico, y presenta orificio de salida por cara externa inferior del muslo. Pron¨®stico: muy grave.
Plaza de Las Ventas. 9 de junio. Vig¨¦simo s¨¦ptima corrida de feria. M¨¢s de tres cuartos de entrada (19.103 espectadores, seg¨²n la empresa).
La corrida qued¨® hecha a?icos cuando el reloj marcaba las ocho y veinticinco de la tarde. Rom¨¢n, el vivaracho torero valenciano, se perfil¨® para matar, la plaza guard¨® un silencio expectante, y en el momento del encuentro, con la espada ya enterrada en el morrillo del toro, el joven diestro fue prendido por el muslo derecho, y qued¨® colgado del astifino pit¨®n durante unos instantes que parecieron verdaderamente eternos. Cuando Rom¨¢n cay¨® a la arena se le vio totalmente conmocionado, se ech¨® mano al muslo, y fue trasladado con urgencia a la enfermer¨ªa en la certeza de que el cornal¨®n era de caballo. Si hab¨ªa alguna duda, el pit¨®n derecho del toro ya moribundo aparec¨ªa ensangrentado, prueba evidente de los graves destrozos que hab¨ªa producido en la pierna de torero.
Hasta entonces, Rom¨¢n hab¨ªa conmovido a la plaza con una faena ¨¦pica, propia de un torero heroico, que hizo frente a la adversidad con una hombr¨ªa admirable.
El toro, Santanero I de nombre y 559 kilos de peso, de cinco a?os y medio de edad, y casta?o de capa, se hab¨ªa comportado como un aut¨¦ntico marrajo, dur¨ªsimo, bronco, violento y agresivo. Derrib¨® al picador en la primera vara y empuj¨® con bravura en la segunda, pero protagoniz¨® despu¨¦s un tercio de banderillas sencillamente pavoroso. Se doli¨® sin verg¨¹enza cuando los primeros garapullos se clavaron en sus carnes, y se enfad¨® de lo lindo; tanto, que decidi¨® hacerle la vida imposible a la cuadrilla. Ra¨²l Mart¨ª, con el capote, y C¨¦sar Fern¨¢ndez y El Sirio, con las banderillas, pasaron un verdadero quinario para dejar los palos. Incluso, el subalterno llegado de Oriente Medio sufri¨® un revolc¨®n y not¨® el sonido de los pitones en sus hombreras.
La plaza estaba ya conmovida por la dificultad manifiesta del animal. Rom¨¢n, que hab¨ªa tratado en todo momento de calmar a sus hombres, tom¨® la muleta y se dispuso a ser tal cual es: un valiente sin cuento. Y lo demostr¨®, y de qu¨¦ manera, ante un toro que lo miraba con detenimiento antes de iniciar cada arre¨®n con la cara por las nubes a la b¨²squeda obsesiva del corbat¨ªn de su oponente. Cruzado, firme, bien plantado, Rom¨¢n hizo gala de una lucha (lidia) sin cuartel ante un enemigo muy, muy dif¨ªcil.
Cuando Rom¨¢n se perfil¨® para matar, la plaza entera guard¨® un absoluto silencio, porque todos sab¨ªan que el verdadero peligro estaba presente. Y as¨ª fue. A veces, los h¨¦roes pagan con sangre su osad¨ªa. Y Rom¨¢n la pag¨® a un alto precio. ?Qu¨¦ dura es la fiesta para algunos toreros¡!
La corrida qued¨® rota, y ya nada fue igual. Curro D¨ªaz brind¨® la muerte del cuarto al torero herido y aprovech¨® las cualidades del ¨²nico toro noble de la tarde. Entre la conmoci¨®n general, el linarense brill¨® a gran altura con varias tandas de muy templados derechazos y alg¨²n que otro natural que fueron un b¨¢lsamo tras los duros momentos vividos. Pura elegancia, hondura, toreo caro, propio de un artista que se prodiga poco, pero que guarda un tarro de esencias. Y pase¨® una oreja de peso. Molesto fue su primero y otro regalo envenenado el sexto, (otro tercio de banderillas para no olvidar por su enorme dificultad para los hombres de plata), que mat¨® en lugar de Rom¨¢n. Muy dispuesto y asentado, Curro D¨ªaz le rob¨® suaves y hondos naturales tan inesperados como hermosos.
Pepe Moral no tuvo su d¨ªa. En su haber, una buena tanda de derechazos ante su primero, que tuvo una vida noble pero cort¨ªsima. El animal se par¨® tan pronto que no hubo lugar a paladear nada. Y se mostr¨® Moral muy desconfiado ante el deslucido y descompuesto quinto. Adem¨¢s, dio un mitin con la espada y la plaza se lo recrimin¨® con raz¨®n.
Dur¨ªsima corrida de Baltasar Ib¨¢n, toros serios, con cuajo y astifinos pitones, mansos, broncos y violentos. Pero el tercero se llev¨® el premio a la dificultad y la sangre de Rom¨¢n en su pit¨®n derecho.
La corrida del lunes
Toros de El Ventorrillo para Eugenio de Mora, Ritter y Francisc Jos¨¦ Espada.
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