La Caja de f¨®sforos, antorcha del teatro venezolano
La compa?¨ªa, a las ¨®rdenes de Orlando Arocha, ilumina la escena de un pa¨ªs azotado por la crisis y viaja a Espa?a y Reino Unido
La Caja de f¨®sforos es una compa?¨ªa teatral que resiste en el complejo torbellino cotidiano de Venezuela. Con ocasi¨®n de su sexto aniversario estren¨® el montaje de Hay que tirar las vacas por el barranco, del catal¨¢n Ricard Ruiz Garz¨®n, un texto compuesto por cuatro mon¨®logos que navega y reflexiona sobre los ciclos de la esquizofrenia como dolencia personal y familiar a trav¨¦s de testimonios literarios de personas afectadas.
Dirigida por Orlando Arocha, uno de los directores m¨¢s vigorosos y activos de Venezuela en este momento, la compa?¨ªa desembarca en Espa?a. Tras presentarse en Valencia del 14 al 16 de junio, en la sede de la M¨¢quina Teatro, este domingo culmina su paso por Madrid en la sala Margarita Xirgu del Teatro Espa?ol. Tras su paso por Espa?a, Diana Volpe, una de las actrices del elenco, viajar¨¢ a Londres para presentarse con la misma obra en el Cervantes Theatre.
¡°Sabemos que la situaci¨®n del pa¨ªs no es f¨¢cil, que hacer teatro en Venezuela es muy cuesta arriba y el aislamiento en el que tendemos a estar es dram¨¢tico, por eso la trascendencia de esta gira que nos permitir¨¢ mostrar lo que hacemos all¨¢ y traer algo de lo que se hace fuera de nuestras fronteras a nuestra gente, al regreso¡±, declar¨® Arocha.
El cierre de Radio Caracas Televisi¨®n, la televisora m¨¢s antigua y prol¨ªfica del pa¨ªs, ordenado por Hugo Ch¨¢vez en mayo de 2007, le produjo un enorme da?o a la otrora pujante industria del espect¨¢culo nacional, que conoci¨® entonces la progresiva decadencia de contenidos televisivos, dram¨¢ticos y telenovelas que hab¨ªan sido exportados exitosamente a todo el mundo en los a?os setenta, ochenta y noventa. Muchos actores, directores, creativos y t¨¦cnicos se quedaron sin trabajo y encararon, por primera vez, la perspectiva de emigrar del pa¨ªs.
La decadencia de la televisi¨®n venezolana hab¨ªa producido un efecto colateral positivo: el fortalecimiento de las opciones teatrales urbanas ¨Cmon¨®logos humor¨ªsticos, teatro de texto y adaptaciones- , que hab¨ªan florecido, entre otras razones, a partir de la iniciativa de actores, promotores y directores que dejaron de depender de la televisi¨®n
Esta ola de creatividad conoci¨® tambi¨¦n su ocaso hace unos cuatro a?os, una vez que las disfunciones del Gobierno de Nicol¨¢s Maduro se convirtieron en un problema sist¨¦mico, la crisis econ¨®mica asfixi¨® las propuestas culturales nocturnas y se acrecent¨® el flujo de personas que decidieron abandonar el pa¨ªs. Con montajes muy exitosos en taquilla, pero complejos y nada complacientes, Arocha ¨Cjunto a otros exponentes, como H¨¦ctor Manrique, Jos¨¦ Tom¨¢s Angola, Javier Vidal, o la propia Diana Volpe- forma parte de un tenaz grupo de directores art¨ªsticos que siguen metidos en la escena teatral, y que conciben su trabajo y su rol en la crisis venezolana como un ejercicio de resistencia cultural para colocar luz en medio de la oscuridad.
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