El poder de las protestas
Una ambiciosa investigaci¨®n cartograf¨ªa en la Europa de hoy las huellas de los movimientos sociales que han moldeado culturalmente nuestras sociedades
Una imagen del 15-M. Y con ella una frase, una idea que se haya quedado grabada de aquellos d¨ªas de 2011. Cualquier lector tendr¨¢ un rastro en su memoria de esas jornadas. Lo mismo con las protestas antiglobalizaci¨®n en G¨¦nova en 2001, con Mayo del 68 y con cualquier otra protesta social hasta, si le suena, la Comuna de Par¨ªs de 1871. La profesora de Humanidades y Literatura Comparada de la Universidad de Utrecht (Holanda), Ann Rigney est¨¢ convencida de que los movimientos sociales, conectados a trav¨¦s de ideas, s¨ªmbolos e im¨¢genes, van dejando una huella cultural que llega hasta hoy. Y ha convencido a la Comisi¨®n Europea para concederle 2,5 millones de euros para investigarlo entre 2019 y 2023 (dentro de la convocatoria del Consejo Europeo de Investigaci¨®n).
¡°B¨¢sicamente, la idea es examinar c¨®mo se recuerdan los movimientos de protesta en palabra e imagen (la vida despu¨¦s de la muerte de un movimiento); c¨®mo los propios manifestantes recuerdan movimientos anteriores (paisaje de memoria); y el papel de los medios de comunicaci¨®n y las artes en la conformaci¨®n de estos procesos¡±, explica Rigney, que estar¨¢ en Madrid de ma?ana al 28 de junio para asistir a la tercera conferencia anual de la Asociaci¨®n de Estudios de Memoria, que reunir¨¢ a 1.600 especialistas de todo el mundo.
El proyecto de Rigney se titula Recordando el activismo, la memoria cultural del la protesta en Europa. Su grupo de trabajo ya ha empezado a estudiar temas como la Liga Socialista brit¨¢nica ¡ªuna ecl¨¦ctica agrupaci¨®n que inclu¨ªa anarquistas y que alcanz¨® gran notoriedad en los a?os ochenta del siglo XIX gracias a su intenso programa de conferencias, reuniones al aire libre y publicaciones¡ª, la huella cultural del feminismo de aquel periodo y a comparar los movimientos estudiantiles de Grecia y Alemania y las muertes de activistas en los a?os sesenta del siglo XX. El an¨¢lisis del 15-M espa?ol y las protestas contra los recortes presupuestarios en toda Europa durante la crisis llegar¨¢ en una segunda fase.
Tambi¨¦n trabajan en la conexi¨®n de los movimientos a trav¨¦s de las im¨¢genes (buscando patrones de composici¨®n y reproducci¨®n) y en la construcci¨®n de una ¡°red de visualizaci¨®n de conceptos¡±. Esto significa producir mapas conceptuales (como nubes de palabras), a trav¨¦s de un software que cruza una gigantesca cantidad de informaci¨®n para ¡°ver qu¨¦ eventos y cifras se repiten y qu¨¦ per¨ªodos se mencionan con mayor frecuencia¡±.
Las sociedades se han ido modelando en torno a sucesivos traumas ¡ªcomo el siglo XX europeo, por ejemplo¡ª, pero tambi¨¦n lo han hecho a partir de momentos m¨¢s positivos, explica la profesora Rigney, de origen irland¨¦s. ¡°Crear las condiciones para que haya justicia hist¨®rica, sacar a la luz los actos de violencia e identificar a los perpetradores y a las v¨ªctimas, sigue siendo extremadamente importante; desafortunadamente, todav¨ªa hay demasiadas guerras (civiles) cuyos legados deben ser tratados, incluido el espa?ol. Sin embargo, nosotros, como acad¨¦micos, tenemos que ofrecer formas alternativas de pensar sobre lo que es constitutivo de la historia¡±, explica. Se tratar¨ªa de ¡°capturar la transmisi¨®n cultural de la esperanza¡±, seg¨²n la descripci¨®n del proyecto que enviaron a la Comisi¨®n Europea en busca de fondos. ¡°Espero poder poner el tema de la esperanza en la agenda de una manera cr¨ªtica, sin ser demasiado rom¨¢ntico¡±, a?ade.
Madrid, capital mundial de los estudios de memoria
Espa?a sabe mucho de memoria hist¨®rica, sobre la que se lleva a?os discutiendo de forma casi encarnizada. Pero el campo acad¨¦mico en que se circunscribe va mucho m¨¢s all¨¢. Combinando numerosas disciplinas ¡ªpsicolog¨ªa, sociolog¨ªa, historia, ciencias pol¨ªticas, antropolog¨ªa, arqueolog¨ªa, filosof¨ªa, literatura¡¡ª, se trata de intentar comprender c¨®mo lidian las sociedades con su pasado, qu¨¦ recuerdan y qu¨¦ prefieren olvidar, desde qu¨¦ perspectivas, c¨®mo les afecta y moldea, y cu¨¢les son las manifestaciones art¨ªsticas que generan.
Unos 1.600 especialistas de todo el mundo se reunir¨¢n en Madrid esta semana para discutir todas estas cuestiones en la tercera Conferencia Internacional de la Memory Studies Association. Se hablar¨¢, por supuesto, de memoria hist¨®rica (en el 80? aniversario del final de la Guerra Civil), pero tambi¨¦n de asuntos como la memoria digital (c¨®mo est¨¢n cambiando la tecnolog¨ªas la forma de recordar), de los desastres clim¨¢ticos o sobre unas expresiones art¨ªsticas que alimentan esas huellas del pasado en el arte, la literatura, el teatro e, incluso, los videojuegos.
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