Toros de Dolores Aguirre sin los isidros, el regocijo de la (escasa) afici¨®n
Lamelas, Escribano y Del Pilar saludan una ovaci¨®n cada uno ante una desigual corrida
Una semana despu¨¦s del final de la Feria de San Isidro, la plaza de Las Ventas volvi¨® a abrir sus puertas para el primer festejo del verano. Como principal atractivo del cartel se anunciaban los ¡°toros-toros¡± de Dolores Aguirre, una de las ganader¨ªas predilectas de la afici¨®n m¨¢s exigente.
Pero la afici¨®n (?a¨²n queda ¡°afici¨®n¡±?) no respondi¨®. Tras la marcha de los isidros -tanta paz lleven como descanso dejan-, en la plaza de Madrid se dieron cita los cuatro aficionados de siempre, los familiares y amigos de los toreros, y un buen n¨²mero de turistas, la mayor¨ªa ordenados, curiosos y respetuosos asi¨¢ticos.
All¨ª ya no hab¨ªa aglomeraciones a la entrada de la plaza ni en el acceso a los tendidos; all¨ª ya no se escuchaban gritos contra el tendido siete ni infinitos y rid¨ªculos ¡®vivas a Espa?a¡¯ cada dos minutos; all¨ª -a pesar del acusado calor- ya no corr¨ªan los gintonics como en una discoteca a las tres de la ma?ana. Con la desbandada de los isidros, la plaza de Madrid recuper¨® la sobriedad. Hasta la Feria de Oto?o.
Y as¨ª, en paz, uno a uno fueron saliendo por chiqueros los seis toros de la temida divisa sevillana, en tipo la mayor¨ªa, aunque de desigual trap¨ªo y comportamiento. Dos destacaron sobre el resto, segundo y tercero. El segundo, al igual que varios de sus hermanos, se emple¨® en el peto, aunque acus¨® el castigo y, a partir de entonces, perdi¨® las manos de forma intermitente. Blando, s¨ª, pero sin abrir la boca.
AGUIRRE/LAMELAS, ESCRIBANO, DEL PILAR
Toros de Dolores Aguirre, desiguales de presentaci¨®n -de mayor seriedad y cuajo 1?, 4? y 6?- y juego. Destacaron por su nobleza y buen fondo 2? y 3?. El 1?, muy manso y rajado, con poder; el 4?, con movilidad, pero a la defensiva; el 5? noble, pero muy blando y justo de casta; y el 6?, con m¨¢s genio que casta, deslucido.
Alberto Lamelas: estocada corta, delantera y muy perpendicular y atravesada (saludos con protestas); estocada suelta delantera y perpendicular (silencio).
Cristian Escribano: pinchazo y media estocada tendida, desprendida y algo trasera (saludos); cinco pinchazos _aviso_ (silencio).
G¨®mez del Pilar: pinchazo _aviso_ y bajonazo (saludos); tres pinchazos _aviso_, otro pinchazo y dos descabellos (silencio).
Plaza de toros de Las Ventas. Domingo, 23 de junio. Menos de un cuarto de entrada (7.242 espectadores, seg¨²n la empresa).
Cristian Escribano, que ejecut¨® los mejores muletazos -tres templados y largos doblones- justo al principio de la faena, firm¨® una labor que fue de m¨¢s a menos y que no termin¨® de romper ante un animal de encastada nobleza. Frente al quinto, de poca casta y fuerza, lo intent¨® en vano.
El otro toro con posibilidades fue el tercero, que manse¨® en la primera vara y tambi¨¦n en banderillas, pero que repiti¨® con casta y buen fondo en el ¨²ltimo tercio. G¨®mez del Pilar, que al igual que al sexto lo recibi¨® a portagayola, comenz¨® la faena de rodillas, en el centro del ruedo, y despu¨¦s dej¨® detalles de gusto por bajo, pero no convenci¨® en el toreo fundamental. Adem¨¢s, tras un infame bajonazo, no tuvo reparos en salir a saludar una ovaci¨®n.
Tres veces acudi¨® al caballo el que cerr¨® plaza, de gran seriedad por delante. Cumpli¨®, aunque luego acab¨® cantando la gallina y se raj¨® tras moverse con m¨¢s genio que casta y poner en aprietos a G¨®mez del Pilar, especialmente por el pit¨®n izquierdo.
Rajad¨ªsimo y aculado en tablas acab¨® el primero, un ejemplar duro y poderoso que, pese al terrible castigo infligido en varas, no abri¨® la boca ni dobl¨® una mano durante la lidia. Pican as¨ª a uno de esos toritos criados para uso y disfrute de las figuras y antes del tercio de banderillas hay que cantarle el gorigori. Alberto Lamelas lo persigui¨®, pero no logr¨® sujetarlo en la muleta. Ante el cuarto, que se movi¨® a la defensiva y con la cara suelta, tampoco pudo lucirse.
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