La eterna b¨²squeda de la ingravidez
Suso Saiz, el gur¨² espa?ol de la m¨²sica ambient, regresa con un ambicioso ¨¢lbum doble sobre los fantasmas de la enfermedad mientras su obra de los a?os ochenta goza de un prestigio renovado
Hace tres a?os, el mismo d¨ªa que afrontaba un ingreso hospitalario bajo unos dolores insoportables, el compositor y productor Suso Saiz (C¨¢diz, 1957) recibi¨® una admonici¨®n inequ¨ªvoca por parte de su doctora. ¡°Lo suyo es una pancreatitis cr¨®nica. Tendr¨¢ que cuidarse mucho a partir de ahora. De lo contrario, en cosa de a?o y medio ya no andar¨¢ usted entre nosotros¡¡±.
Desde aquella, la vida le ha cambiado mucho al gran patriarca espa?ol de la m¨²sica ambient. Para bien, parad¨®jicamente. Haciendo bueno el pron¨®stico m¨¦dico, varios de los compa?eros de Saiz en su unidad hospitalaria han fallecido. ?l, por el contrario, pesa 30 kilos menos, presenta un envidiable aire jovial, dice encontrarse ¡°en el mejor momento de la vida¡±, se ha habituado a pensar serenamente en ¡°el desastre de la muerte¡± como una ¡°aceptaci¨®n de la ruina¡± y acaba de publicar un abrumador ¨¢lbum doble en vinilo, Nothing Is Objective, que ¨¦l, siempre tan al¨¦rgico a pompas y solemnidades, accede a calificar como ¡°lo mejor¡± que ha hecho jam¨¢s.
Lo asegura un hombre con cuatro d¨¦cadas de trayectoria a las espaldas, tres docenas de obras propias y ¡°entre 200 y 300¡± producciones discogr¨¢ficas, de las que ¡°quiz¨¢ no recuerde el 80%¡±. Las m¨¢s decisivas (Esclarecidos, Los Piratas, Duncan Dhu, Javier ?lvarez, Diego Vasallo, Pablo Guerrero¡), evidentemente, s¨ª cuentan. Lo que sigue es el resultado de dos horas de conversaci¨®n apasionada en una cafeter¨ªa a la vera del Retiro, durante las que Saiz apenas dio cuenta de un botell¨ªn de agua mineral con gas y ni se asom¨® al platito de los frutos secos.
Los hispanos somos obedientes, unos esclavos culturales: consumimos lo que nos dicen que debemos consumir
¡°A m¨ª no me importa que mis discos se utilicen como m¨²sica de fondo¡±, avisa, por aquello de ahuyentar los sacrilegios. ¡°Brian Eno ya admiti¨® el uso del ambient como un acompa?amiento agradable. La clave pasa por llenar a quien d¨¦ un paso m¨¢s all¨¢ y afronte la escucha¡±. Y especifica: ¡°Busco un oyente activo, que sea capaz de crearse a partir de estos sonidos su propio microcosmos. He creado dos horas de m¨²sica sin propiedad, una obra libre que no cumple ning¨²n requisito ni satisface ning¨²n objetivo. Solo el de que el cerebro de cada cual viaje hacia donde le d¨¦ la gana¡±.
?Se filtr¨® la angustia de la enfermedad durante el proceso de grabaci¨®n? ¡°No¡±, responde el interpelado tras una larga pausa. ¡°Durante este tiempo he reflexionado sobre el abandono y todas esas mierdas, los pensamientos m¨¢s recurrentes de la humanidad. Pero no creo que en el disco aparezcan esas vibraciones, sino, en todo caso, la idea de la reconstrucci¨®n. De ah¨ª que la pieza inaugural se denomine ¡®Meccano¡±. Bueno, algo del desbarajuste gastrointestinal pueda quiz¨¢ intuirse a partir de un corte como ¡®Healthy Digestion¡¯, punto cumbre de este universo planeante. ¡°Tengo la certeza de que mi m¨²sica resulta sanadora¡±, asume, ¡°pero, como buen mel¨®mano, creo que lo son todas¡±. ?Tambi¨¦n el reguet¨®n, pongamos por caso? ¡°Todas sin excepci¨®n. En mi fuero interno pienso que existen m¨²sicas nocivas, da?inas como la peste, pero prefiero respetarlas y neutralizar cualquier reacci¨®n negativa. La m¨²sica es la mejor p¨ªldora que he probado en mi vida¡±.
Y la generosa p¨ªldora que representa Nothing Is Objective tampoco est¨¢ exenta de efectos; ninguno de ellos indeseado, si nos atenemos a la reputaci¨®n del ilustre alquimista. ¡°Es un disco ante el que sugiero no hacer nada. Neutralizarse. Escuchar esta m¨²sica implica ser tambi¨¦n autor de ella. Experimentar ese punto de ingravidez que siempre busco; alcanzar un ecosistema envolvente¡±.
En un contexto exento de reglas arm¨®nicas o mel¨®dicas convencionales, en esa tierra de nadie donde no existen f¨®rmulas ni asideros, la ¨²nica ¨¦tica art¨ªstica posible, asegura Suso, es la del esfuerzo. A destajo. Hasta que duela. ¡°Cada d¨ªa invierto horas en sesiones libres de improvisaci¨®n¡±, revela. ¡°Es m¨²sica sin automatismos, de concentraci¨®n m¨¢xima, y quiero tener la musculatura bien activa para no soltar ning¨²n ladrillazo vacuo¡±. Oy¨¦ndole hablar, cualquiera dir¨ªa que Saiz no se ve como un creador de larga trayectoria y conocimientos enciclop¨¦dicos, sino como un mero perseverante. Y algo de ello hay. ¡°En Espa?a es muy clara la ausencia de una cultura del esfuerzo. Lo fiamos todo al talento o el duende, a la gen¨¦tica. Mi ¨²nico talento es el trabajo. O dicho de otro modo: carezco de talento, pero soy un trabajador a saco, un currante. Puedo considerarme una persona de gusto refinado y muy culto musicalmente, pero solo desde el trabajo se desarrolla el gusto¡±.
Su desapego hacia los valores que ¨¦l considera ¡°cl¨¢sicos¡± de la cultura espa?ola explicar¨ªa que Saiz solo venda en Espa?a el 1% de sus vinilos y que los tres ¨²ltimos lanzamientos con su firma provengan de una refinad¨ªsima discogr¨¢fica holandesa, Music from Memory, que le ha adoptado como m¨¢ximo referente de su cat¨¢logo. ¡°El olvido es muy caracter¨ªstico de los espa?oles¡±, resopla nuestro personaje, que a estas alturas ha abandonado a medias su botellita de agua con gas. ¡°Yo me apart¨¦ de la liturgia del consumo, pero este pa¨ªs es muy refractario a quienes permanecen fuera de las normas. Los hispanos somos demasiado obedientes, unos esclavos culturales: consumimos lo que nos dicen que debemos consumir¡¡±.
Nothing Is Objective. Suso Saiz. Music from Memory.
Padre de artista y admirador de Rosal¨ªa
Suso Saiz considera "poco probable" que retome su faceta m¨¢s popular, la de productor, a la vista de que la tendencia preponderante es ahora la de "producir basurillas a bajo coste, deprisa y corriendo" y de que el pop espa?ol actual "no es de una riqueza, digamos, incre¨ªble". Pero establece una excepci¨®n clamorosa con el caso de Rosal¨ªa, de la que se declara "fan absoluto". "Es una mujer de creatividad apabullante, pero tambi¨¦n una persona muy inteligente y esforzada. Una obra como El mal querer solo puede ser fruto de much¨ªsimas horas de reflexi¨®n", diagnostica. Por eso intuye que con una artista de sus dimensiones s¨ª que acceder¨ªa a colocarse otra vez ante la mesa de grabaci¨®n. Con ella y con su hijo, Emilio Saiz, al que est¨¢ ayudando a dar "los ¨²ltimos toques, se supone" a la tercera entrega de su proyecto solista, Nothing Places. "Emilio es otro como yo, un neur¨®tico del perfeccionismo. Por eso lleva meses y meses a punto de acabar el ¨¢lbum. Y por eso hay muchas noches que se le hace tarde y no vuelve a casa: termina qued¨¢ndose a dormir en el propio estudio¡".
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