Este ingl¨¦s ha definido buena parte del pop del siglo XX sin tocar ni un instrumento
Brian Eno fund¨® Roxy Music, fue el c¨®mplice de Bowie en Berl¨ªn e hizo de U2 estrellas
Cuenta Brian Eno que entre su estudio y su piso en Londres hay un kil¨®metro de distancia. Lo ha dividido en tramos que se pueden combinar de 69 formas distintas. Ni 68 ni 70. Son, asegura, exactamente 69 rutas posibles que ha numerado. ¡°Cada ma?ana elijo un n¨²mero al azar y hago el camino que le corresponde. As¨ª me obligo a estar alerta y evito los h¨¢bitos. Las rutinas est¨¢n bien para algunas cosas, pero estar alerta es lo m¨¢s importante en la vida. Siempre se trabaja mejor cuando est¨¢s alerta¡±. Desde luego controla cada detalle: el volumen de la m¨²sica en la galer¨ªa Ivory Press de Madrid, la disposici¨®n de las sillas o cu¨¢l de los cuatro periodistas convocados para hablar con ¨¦l graba sus palabras y qui¨¦n las escribe. Interrumpe una de sus largas respuestas para se?alar una de las obras de Light, la exposici¨®n que trajo a Madrid el pasado mes de julio. Se trata de una serie de cuadros geom¨¦tricos de luces LED controladas por ordenador que var¨ªan lentamente, y dice: ¡°Es la primera vez que veo esa combinaci¨®n de colores. Y posiblemente nunca la vuelva a ver¡±. Poco despu¨¦s, vuelve a detenerse, para comentar el leve movimiento de un jarr¨®n sobre la mesa. ¡°?Lo hab¨¦is visto? Es muy interesante el efecto¡±. Parece fascinado.
Con 68 a?os desprende la seguridad en s¨ª mismo de alguien que siempre ha hecho lo que ha querido y le ha salido bien. ¡°Yo soy un artista pop. Siempre he sido popular. La prueba es que he hecho de mi trabajo mi forma de vida. Sinceramente, si hago algo y no gusta a nadie creo que me he equivocado. Y eso se considera populista en el mundo del arte, donde pervive la idea de ¡®haz lo que quieras, cree en ti mismo aunque nadie m¨¢s lo haga¡¯. No quiero decir que espere gustar a todo el mundo ¨Cnada de lo que he hecho ha gustado a todo el mundo, no soy tan popular ni he buscado la aprobaci¨®n del p¨²blico¨C, pero siempre he pensado que no soy tan especial y si algo me gusta a m¨ª, lo m¨¢s probable es que le guste a alguien m¨¢s¡±.
?Soy un artista pop. Sinceramente, si hago algo y no gusta a nadie creo que me he equivocado. No es que busque la aprobaci¨®n del p¨²blico, pero siempre he pensado que no soy tan especial y si algo me gusta lo m¨¢s probable es que le guste a alguien m¨¢s?
Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno, que a pesar de su aristocr¨¢tico nombre es el hijo de un cartero de Essex, es uno de los creadores m¨¢s influyentes del pop de los ¨²ltimos 50 a?os. Ha desarrollado tantos conceptos que a la larga han resultado decisivos que se puede afirmar que la m¨²sica hoy ser¨ªa distinta si ¨¦l se hubiera dedicado a otra cosa. Con 20 a?os, como fundador de Roxy Music, ¨¦l, que se define como ¡°un no m¨²sico¡± por su falta de educaci¨®n acad¨¦mica, fue uno de los pioneros en la introducci¨®n de la electr¨®nica en el pop. ¡°Fue una combinaci¨®n de factores. En los setenta empez¨® a verse que la electr¨®nica pod¨ªa aplicarse a la m¨²sica y eso nos abri¨® el camino a gentes que no sab¨ªamos tocar. Cosas que no eran posibles de repente lo eran. En Inglaterra muchos chavales que estudi¨¢bamos en escuelas de arte y ten¨ªamos una perspectiva visual nos dimos cuenta de que la m¨²sica era pintar con sonidos. Por ejemplo, yo no s¨¦ tocar el piano, pero puedo componer maravillosas piezas de piano con nodos midi. Puedo crear, pero no interpretar. Eso es lo que hizo la electr¨®nica: liberar al m¨²sico del cors¨¦ de ser un int¨¦rprete¡±.
De hecho, no empez¨® como m¨²sico, sino como t¨¦cnico. Era un mago alterando los sonidos de los otros instrumentos. Ahora parece un profesor em¨¦rito universitario, pero en 1971 era el ep¨ªtome del glam. Larga melena de pre-calvo, pintado como una puerta, vestido con monos de lentejuelas, boas de plumas y zapatos de plataforma, su popularidad entre los fans de Roxy Music era tanta que despert¨® los celos del cantante, Bryan Ferry. Una noche tras un concierto, Ferry dio un ultim¨¢tum al resto del grupo: ten¨ªan que elegir a uno de los dos. No fue necesario que lo hicieran, Eno se retir¨® voluntariamente con tremenda elegancia y sin aspavientos. Nunca volvi¨® a formar parte de una banda. Durante el siguiente par de a?os vivi¨® como un dios del rock. A pesar de cultivar una imagen ambigua, era un obsesivo depredador sexual. En 1974 tuvo que suspender una presentaci¨®n por un neumot¨®rax. ¡°Seis chicas durante 30 horas, colega, supongo que eso tuvo la culpa¡±, alarde¨® despu¨¦s frente a un periodista. En 1975 acab¨® con todo aquello. Se afeit¨® la cabeza y decidi¨® que lo suyo no era tocar en directo. Siempre hab¨ªa estado m¨¢s interesado en las infinitas posibilidades de los estudios de grabaci¨®n. Eso era exactamente lo que un David Bowie residente en Berl¨ªn estaba buscando. Juntos hicieron la ¡°trilog¨ªa de Berl¨ªn¡±: Low, Lodger y Heroes. Aunque no era oficialmente el productor ¨Cejerc¨ªa de asesor art¨ªstico¨C, su contribuci¨®n es tan importante que firma Heroes a medias con Bowie.
Eno prob¨® en esos ¨¢lbumes un mont¨®n de trucos in¨¦ditos que inmediatamente despu¨¦s aplic¨® a uno de los discos m¨¢s influyentes de todos los tiempos. Ambient 1: Music for airports. ¡°Me di cuenta de que lo que yo quer¨ªa era hacer m¨²sica que no cambiara mucho, que fuera como una pintura m¨¢s que como una obra de teatro, algo que se mantuviera est¨¢tico. As¨ª que empec¨¦ a hacer una forma de m¨²sica inm¨®vil, m¨¢s parecida a un cuadro. Al principio lo llame still music, luego ambient. Lo m¨¢s importante del ambient era esa cualidad pict¨®rica, los colores del sonido, no la historia. Mucha m¨²sica es una progresi¨®n narrativa. Yo quer¨ªa huir de la narrativa¡±.
Pocas personas pueden presumir de haber creado ellos solitos un g¨¦nero entero, pero all¨ª por donde pasa Eno, las cosas cambian. A finales de los setenta se mud¨® a Nueva York. Comisari¨® el recopilatorio No New York, sin el que el rock de vanguardia no ser¨ªa el mismo, y produjo los cuatro primeros ¨¢lbumes de Talking Heads. No solo cre¨® su sonido, su influencia en la carrera de David Byrne, el l¨ªder del grupo y otro de los grandes nombres del pop del siglo XX, es evidente. Como Eno, Byrne no ha vuelto a ser parte de un grupo estable. Ha copiado el m¨¦todo del ingl¨¦s de unir temporalmente gentes distintas y esperar a ver qu¨¦ ocurre. Eno, tan met¨®dico, tan cartesiano, es un firme partidario del azar, de lo que ¨¦l llama ¡°errores afortunados¡±, y de ponerse l¨ªmites. ¡°Un instrumento como la guitarra es muy limitado: son seis cuerdas, las combinaciones son las que hay. Sin embargo, con un sintetizador puedes pasar a?os solo para saber qu¨¦ sonidos eres capaz de extraerle; pero la mayor parte de la m¨²sica m¨¢s interesante se realiza con guitarras. Porque lo importante no es el instrumento, sino tu relaci¨®n con ¨¦l, y es m¨¢s f¨¢cil establecer una relaci¨®n con algo limitado. No mires al objeto. M¨ªrate a ti. Interact¨²a¡±. Con estas reglas Eno lleva 25 discos en solitario (su ¨²ltimo ¨¢lbum, The ship, publicado en 2016, ha sido sorprendentemente el que m¨¢s ha vendido de toda su carrera) y ha producido casi un centenar de ¨¢lbumes ajenos. ?l fue el responsable de transformar a U2 en la banda de rock m¨¢s grande del mundo con The unforgettable fire y The Joshua tree, y de reinventarlos con Achtung baby.
?Descubrimos que la m¨²sica es pintar con sonidos. Yo no s¨¦ tocar el piano, pero puedo componer maravillosas piezas para piano usando nodos midi. Puedo crear pero no interpretar. Eso logr¨® la electr¨®nica: liberar al m¨²sico del cors¨¦ de ser un int¨¦rprete?
Pero en casi hora y media de conversaci¨®n no aparece ninguno de esos nombres. ?l asegura que no quiere hablar ni del futuro (¡°te arriesgas a matarlo¡±) ni del pasado (¡°son cosas de las que ya he hablado mil veces. No lo evito si sale de forma natural en una conversaci¨®n, pero no tengo inter¨¦s en las an¨¦cdotas con famosos), solo del presente, de su visi¨®n del arte como un oficio. ¡°El arte contempor¨¢neo se parece a la jardiner¨ªa, mientras el cl¨¢sico es como la arquitectura; Beethoven ten¨ªa la sinfon¨ªa terminada en su cabeza, la escrib¨ªa y se interpretaba. Lo que me gusta es la idea de hacer algo que crezca, como un jardinero. Un jardinero no especifica el jard¨ªn, solo siembra las semillas y espera. De alg¨²n modo, pierde el control sobre la creaci¨®n. Empieza algo y, entonces, retrocede y observa c¨®mo ocurre. Nosotros no terminamos las cosas¡±.
Light, que se pudo visitar en la galer¨ªa Ivory Press hasta el 15 de julio, naci¨® cuando un cirujano le pidi¨® que dise?ara una pieza para habilitar una zona del hospital que permitiera a los pacientes de oncolog¨ªa relajarse. ¡°No pod¨ªa trabajar con im¨¢genes, pueden activar recuerdos dolorosos, y termin¨¦ con piezas muy geom¨¦tricas de color puro, que es una fuerza muy poderosa. Mi intenci¨®n es que se olviden durante un rato de su situaci¨®n. Fue un poco como Music for airports, una respuesta pragm¨¢tica a algo, una idea funcional que termin¨® gust¨¢ndome mucho¡±.
Brian Eno quiso que la m¨²sica fuera est¨¢tica y la pintura se moviera. ¡°Y al final he llegado a esto, el punto intermedio en el que se cruzan¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.