Siempre ellos, The Beatles

Suger¨ªa Lucio Dalla en una preciosa canci¨®n: ¡°Si quieres escuchar no solo por juego el paso de mil pensamientos, pregunta qui¨¦nes eran The Beatles¡±. Ignoro si Richard Curtis, reconocible guionista de comedias de grato recuerdo y que rompieron taquillas como Cuatro bodas y un funeral, Notting Hill y Love Actually, conoce la canci¨®n de Dalla, pero su idea para crear el argumento de Yesterday me parece muy original, extraordinaria, rozando el surrealismo. Puede ocurrir en esta f¨¢bula en la que despu¨¦s de un apag¨®n de 12 segundos en toda la Tierra, al retornar la normalidad, la gente haya borrado de su memoria que existi¨® un grupo llamado The Beatles. Tambi¨¦n han desaparecido una famosa bebida y esas cosas que se fuman que formaron parte adictiva de la vida cotidiana.

El arranque es impagable. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ en el universo si la gente escucha por primera vez, interpretadas por un m¨²sico callejero cuyo ¨¦xito ha sido nulo, canciones tan hermosas, con capacidad para remover todas las fibras ¨ªntimas, sentimentales y l¨²dicas del personal, como Yesterday, The Long And Winding Road, A Hard Day¡¯s Night, Let It Be, Something, Help!, Hey Jude y otras inagotables obras de arte? Pues que todo Dios flipar¨¢ y se emocionar¨¢ al o¨ªr uno de esos milagros que ocurren cada mucho tiempo.

Durante gran parte del metraje de esta pel¨ªcula me aparece una sonrisa en la boca y en los ojos, tambi¨¦n alguna carcajada, algo cada vez m¨¢s infrecuente y muy agradecible. Est¨¢ descrito con gracia el estupor del impostor, su obsesi¨®n con la muy dif¨ªcil tarea de recordar todas las letras de los Beatles, la voracidad de las discogr¨¢ficas y su manejo del marketing ante un fil¨®n que parece inagotable, la complicada elecci¨®n del perdedor convertido en estrella entre vivir en ese trono de oro o contar la demoledora verdad y aceptar el eterno amor con la colega desde la adolescencia.

Con el desarrollo del ¨²ltimo tema intuyes que puede llegar el pastel¨®n, algo que los productores consideran imprescindible para que el gran p¨²blico se vaya con gesto feliz a su casa y que su inversi¨®n multiplique las ganancias. El desenlace, lamentablemente, es previsible. Pero la f¨®rmula sigue funcionando. E incluso gana el Oscar a la mejor pel¨ªcula, como ocurri¨® con la agradable pero tambi¨¦n sabida Green Book.

La dirige Danny Boyle. Desde la devastadora y c¨ªnica Trainspotting no recuerdo nada de ¨¦l que me haya dejado huella. Bueno, durante mucho rato Slumdog Millionaire era tensa y aterradora, sufr¨ªa con el acorralamiento de aquellos ni?os de Bombay, pero la verbena final despu¨¦s de tragedia tan cre¨ªble era oportunista y facilona. Aqu¨ª se limitar a ilustrar con profesionalidad un guion sabroso. No la protagonizan estrellas, pero s¨ª actores y actrices muy normalitos que funcionan. Tambi¨¦n han conseguido que el m¨²sico Ed Sheeran se interprete a s¨ª mismo. Y resulta gracioso su reconocimiento de que las canciones que ¨¦l compone se difuminan en la nada al lado de las que canta su telonero. Y qu¨¦ inmenso placer empaparse una vez m¨¢s de aquellas canciones geniales que se inventaron Lennon y McCartney. S¨ª, McCartney. No molaba como Lennon. Ni falta que le hace. Mozart le hubiera admirado.