Negros en la Espa?a vac¨ªa

Los primeros minutos de una comedia suelen marcar el tono, la cadencia y el estilo. Y hay algunos inicios imposibles de remontar, como el de Lo nunca visto, segundo largometraje de la argentina afincada en Espa?a Marina Seresesky.

Dos acciones narradas en paralelo. En la primera, una decena larga de vecinos de una villa de la Espa?a vac¨ªa dirime en asamblea una serie de medidas para no tener que depender del pueblo de al lado, algo m¨¢s grande y enemigo ancestral; el problema es que no son suficientes habitantes, les falta personal. Costumbrismo Cr¨®nicas de un pueblo, humor Villaviciosa de al lado. En la segunda de las acciones, acompa?ada de m¨²sica con mucha percusi¨®n y tono casi de thriller, cuatro negros, tres hombres y una mujer, con ropas de tribu africana (o de su estereotipo), taparrabos, plumas, flecos y marfiles, huyen por un bosque nevado y acaban llegando a las inmediaciones de la aldea. Es la presentaci¨®n de personajes; tambi¨¦n del conflicto. Pero la segunda de las vertientes es complicad¨ªsima de justificar, aunque m¨¢s tarde se haga de un modo m¨¢s bien peregrino. La pel¨ªcula comienza fatal.

Como ya se ve venir desde esos minutos iniciales, la base de la ¨²ltima comedia del cine espa?ol reside en lo de casi siempre en los ¨²ltimos tiempos: en el contraste entre grupos sociales o de ciudadanos en las ant¨ªpodas, esta vez entre los pueblerinos y la inmigraci¨®n africana. Llegados a este punto de la comedia regionalista comercial espa?ola (y sus alrededores), y visto el nivel de sus ¨²ltimas aportaciones, con Los Jap¨®n como paradigma del punto m¨¢s bajo, casi nos conformamos con que las situaciones creadas por el guion no den verg¨¹enza ajena. Y aqu¨ª, con escritura de Seresesky en solitario, aun siendo discret¨ªsimas, apenas se llega a ese extremo. Quiz¨¢ solo uno: el de uno de los africanos, desnudo ante una de las mujeres del pueblo, ofreci¨¦ndole sus favores sexuales como respuesta a la ayuda que le est¨¢ prestando. Una situaci¨®n, rematada m¨¢s tarde con un buen gag de corte f¨ªsico, con la que surge una pregunta inevitable: ?qu¨¦ pasar¨ªa si el g¨¦nero de ambos estuviera cambiado, y fuera una negra desnuda ante un hombre mayor del pueblo, y hubiese sido filmado por un director?

Como casi siempre en estos casos, son los c¨®micos los que salvan del desastre buena parte de las tesituras, aunque no lo logren con el conjunto al completo. Aqu¨ª, tres cl¨¢sicos como Pep¨®n Nieto, Paco Tous y Kiti Manver, adem¨¢s de la soberbia Enriqueta Carballeira, que da un curso acelerado de registros c¨®micos y dram¨¢ticos en apenas unas frases, y la extraordinaria Carmen Machi, que sale indemne de los pasajes m¨¢s dudosos, y aprovecha como nadie los contados momentos inspirados de Seresesky.