La mu?equita de franquicia
El corpus de pel¨ªculas creado por James Wan, ide¨®logo y productor de la saga de terror 'El conjuro', amenaza con llegar a ser un caos
Secuela de la precuela del spin-off: as¨ª se las gasta hoy en d¨ªa la producci¨®n cinematogr¨¢fica en serie.
ANNABELLE VUELVE A CASA
Direcci¨®n: Gary Dauberman.
Int¨¦rpretes: Madison Iseman, Mckenna Grace, Katie Sarife, Vera Farmiga.
G¨¦nero: terror. EE UU, 2019.
Duraci¨®n: 106 minutos.
El corpus de pel¨ªculas creado por James Wan, ide¨®logo y productor de la saga de terror El conjuro, a partir del gran ¨¦xito de Expediente Warren: The conjuring (2013), amenaza con llegar a ser un caos pero, de momento, como tambi¨¦n le ocurre en muchos sentidos a las producciones de Marvel y sus Vengadores, se juega tanto a las relaciones dram¨¢ticas y a los gui?os cin¨¦filos como, sobre todo, a otorgar distintos tonos a cada una de las entregas dentro de un armaz¨®n dram¨¢tico com¨²n. Y, en este sentido, Annabelle vuelve a casa, s¨¦ptima pel¨ªcula de la serie, viene a ser algo as¨ª como los Spider-Man para Marvel: la versi¨®n m¨¢s juvenil, intrascendente y deliberadamente menor de la franquicia.
Estamos ante una historia peque?a; rodada (casi) en un escenario ¨²nico, la casa de la pareja de investigadores paranormales que interpretan Vera Farmiga y Patrick Wilson, pero sin su presencia; en un tiempo muy limitado, apenas una noche, y con solo cuatro personajes humanos (la mu?eca va aparte): la hija de los demon¨®logos, su canguro, una amiga de esta y un vecino adolescente. De modo que, por tono, sencillez, minimalismo tem¨¢tico y roles hay que acabar emparentando Annabelle vuelve a casa con ciertos slashers juveniles de los a?os ochenta creados a partir de La noche de Halloween.
Gary Dauberman, director debutante, pero con experiencia y curr¨ªculo de cierto fuste en el guion de terror, tanto en la saga (Annabelle, La monja) como fuera de ella (It), demuestra buen pulso a lo largo de la primera hora de metraje: en el pr¨®logo, donde aparecen Farmiga y Wilson; en la presentaci¨®n de personajes y del conflicto, y en las primeras secuencias de terror. Sin estallidos de m¨²sica y nutri¨¦ndose ¨²nicamente de puesta en escena, silencios y efectos sonoros a partir del realismo de la acci¨®n. Sin embargo, con la llegada del cl¨ªmax terror¨ªfico, la pel¨ªcula cojea demasiado y, junto a alg¨²n buen momento, se suceden los instantes y los elementos con nulo miedo cerca de lo pedestre: el hombre lobo, el samur¨¢i, y el poco aprovechamiento de la mu?eca.
As¨ª que lo que finalmente provoca m¨¢s p¨¢nico son los dos ¨²nicos subtextos del relato, interesantes en su esencia, aunque no tanto en su indolente desarrollo: las terribles primeras visiones de una ni?a que, como su madre, parece llevar en la sangre el poder de la videncia paranormal; y el inasumible complejo de culpa de una adolescente que, por accidente, caus¨® la muerte de su padre.
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