Dentro del plat¨® de ¡®Supervivientes¡¯ durante la gala final: ?sobrevivir¨¢ el ¡®reality¡¯ a su propio ¨¦xito?
Un periodista de EL PA?S pas¨® en el 'set' de Telecinco las ¨²ltimas horas del programa con m¨¢s audiencia de la temporada

No se f¨ªen de las redes. Ni de la frescura andaluza que casi todo lo puede. Mientras la l¨®gica del buen rollo nos llevaba a pensar que esta edici¨®n Pantoja de Supervivientes la ganar¨ªa Mahi, el televoto dict¨® su propia ley. Unos suspiraban porque no se la llevara Albert, el llor¨®n. Otros rezaban porque no ganara Fabio: al fin y al cabo este ya hab¨ªa mojado en la isla con la m¨¢s guapa. Omar, por otra parte, hab¨ªa sido bendecido por la reina Isabel y aunque mostraba su tatuaje collar fiel a su pr¨¦dica de iluminado con ese ¡°Solo Dios puede juzgarme¡±, in English, agradeci¨® cada euro de llamada a su favor en nombre de su hijo¡
Para desentra?ar el nudo, esta vez, decidimos entrar en el plat¨® libreta en mano para alucinar con el show. La pe?a aplaud¨ªa entusiasta a cada se?al: a unas y a algunos m¨¢s que a otras. De un lado, los perdedores de un bando; de otro, el resto y familia. Jorge Javier, fresco y vacil¨®n, traspasaba con toda naturalidad la barrera de los focos y las bambalinas. Era siempre el mismo. Ante cualquiera que le saque la cabeza delante del p¨²blico, ¨¦l siempre queda por encima. Como fact¨®tum activo en el escenario se mostraba igual de suelto que bajo las gr¨²as que sosten¨ªan las c¨¢maras Scorpio 45. Ni un ¨¢pice de nervios: sereno y locuaz. Deslenguado y en pleno dominio de la situaci¨®n.
En los sillones, Colate se repantingaba con la excusa de sentirse c¨®modo con su brazo en cabestrillo. Carlos Lozano, callaba quiz¨¢s consciente de que ya se hab¨ªa pasado de la raya tir¨¢ndose el rollo. Violeta Mangri?¨¢n esperaba la llegada de su h¨¦roe argentino y admiraba la nueva figura estilizada de Fabio a juego con los amuletos. Hacia el final, tuvieron su momento calent¨®n. Daba igual, dec¨ªa ella: ¡°Si nos ha visto toda Espa?a follando¡¡±. Oto Vans, altivo y desde?oso, luchaba con que no se le metiera maquillaje en el ojo. Estos youtubers de pitimin¨ª confirman cada d¨ªa su fiasco al jugar en ligas mayores. M¨®nica Hoyos apareci¨® descalza como contrapunto a la exhibici¨®n de plataformas, y todas compet¨ªan por el m¨¢s efectivo cruce de piernas. Pero hasta en eso tambi¨¦n gan¨® Isabel Pantoja, como en todo lo dem¨¢s.
Los cuatro ¨²ltimos supervivientes aterrizaron con nervios y disimulando su esp¨ªritu competitivo delante de los curiosos y fans que se acercaron a las vallas de Telecinco. Todos fing¨ªan muy bien no querer ganar y que quien m¨¢s m¨¦ritos hab¨ªa hecho era el contrario. Pero empezaron a caer. Primero Mahi. Despu¨¦s Fabio tras la prueba de la apnea. Por ¨²ltimo, lagrima f¨¢cil Albert: de nada le sirvi¨® la escenita con mam¨¢. Su confesi¨®n p¨²blica de que Pantoja era la que peor le ca¨ªa, le cost¨® cara.
Mientras, en cambio, Omar se llevaba al p¨²blico de calle con ese arte que ha demostrado en parecer un pato mareao. Gan¨® el rapero de Carabanchel. El buenazo que rob¨® los corazones de la audiencia y gran parte de sus competidores con la m¨¢s contundente de todas las estrategias, aparte de su buena forma: dejarse querer. Sab¨ªa tambi¨¦n que conquistando de pleno a la que hab¨ªa sido su medio suegra llegar¨ªa por medio de ella al p¨²blico.
Solo deb¨ªa salvar un escollo final. No eran Albert ni Fabio. Era Mahi, la alegr¨ªa de la casa. Maravillosa con su shorts y sus plataformas, ansiosa del pan con chorizo que le dejaron encima de la mesa para que Jorge Javier la entrevistara. Pero a la Espa?a que ve Supervivientes se la refanfinfla lo paritario. No quiso dejar a una mujer entre las tres finalistas. Quer¨ªa pechos lobo. Y ella qued¨® fuera nada m¨¢s bajarse del helic¨®ptero.
La blandenguer¨ªa del rubio y la labia argentina de Fabio, el m¨¢s desconocido a priori de la audiencia, no pudieron contra ¨¦l. Omar¡ Ese chavalillo que rapea pero apenas pareciera ser capaz de hablar, aunque s¨ª sabe muy bien lo que dice y cu¨¢ndo lo dice, que suelta lo que le sale del alma sin c¨¢lculo. Se llev¨® los 200.000 euros de mano de la anterior ganadora: la rompe y rasga, Sof¨ªa Suescun. Y ante los gritos de ¨¢nimo indisimulados de la gran estrella del concurso: Isabel Pantoja.
Ella ha sido la bendici¨®n de la productora Bulldog y Telecinco, dispuesta ahora a subirle a los altares de su universo, decididos a exponerla a una serie de confesiones y apariciones por entregas que promete. Pero lo mismo que gracias a la cantaora de copla eran conscientes de haber batido marcas y acercarse al 40% de share algunos d¨ªas, cierta preocupaci¨®n entre los fabricantes de h¨¦roes y santos de pantalla invad¨ªa el plat¨®¡ Para la pr¨®xima edici¨®n, ?a qui¨¦n nos inventamos?
Los cerebros ya andan d¨¢ndole vueltas a los casting. Lo tienen dif¨ªcil. Pero alguien iluminar¨¢ el complejo camino con incierto futuro para la televisi¨®n de siempre para que Supervivientes sobreviva a su propio ¨¦xito. ?O pueden haber alcanzado con este bombazo de audiencias sucesivas y desesperaci¨®n de la competencia su propia capacidad de resistencia frente a los aud¨ªmetros?
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