El misterio de las 88 teclas blancas y negras
Teddy Bautista, inmerso en un proceso judicial por su gesti¨®n en la SGAE, vuelve a la m¨²sica con un disco para septiembre
Llega de blanco. Sobre el sill¨®n rojo del hotel abandona el sombrero, el iPad. Ahora acaba de terminar un disco que resume su coraz¨®n, atravesado por estos versos del Dante: "El amor que tranquiliza este cielo acoge, siempre con semejante saludo, al que entra en ¨¦l a fin de disponer al cirio para recibir su llama". Se impone, pues, preguntarle c¨®mo lo ha salvado el arte durante los ocho a?os que han pasado desde que, un d¨ªa de julio como este, se abri¨® causa contra ¨¦l por su trabajo en la SGAE [est¨¢ acusado de un presunto desv¨ªo de fondos de 20 millones por el que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n le pide siete a?os de c¨¢rcel, en un caso pendiente de juicio en la Audiencia Nacional].
¡°El arte¡±, dice Teddy Bautista (Las Palmas de Gran Canaria, de 76 a?os), ya confundido el rojo con el blanco de su ropa, "nos salva de la muerte prematura". A ¨¦l el arte lo ha salvado ¡°de la depresi¨®n y sobre todo de mirarme el ombligo¡±. Es un nutriente. "Si cada d¨ªa no tengo una raci¨®n voy, como los coches, con la gasolina en reserva y me puedo quedar parado en la carretera en cualquier momento".?
Pero resurgi¨®, como pas¨® en aquel Jesucristo Superstar del que ¨¦l fue Judas cuando a¨²n se manten¨ªa el rescoldo de Los Canarios. Sergiu Celibidache dijo, y ¨¦l lo oy¨®, que ¡°un arte es hacer un buen par de zapatos, pero la m¨²sica es m¨¢s que un arte¡±. Es, dec¨ªa el maestro, ¡°el ¨²nico arte que te permite hablar con los dioses¡±. Teddy es agn¨®stico, no entiende la Sant¨ªsima Trinidad, cree que la geometr¨ªa es la perfecci¨®n, ¡°no hay nada m¨¢s perfecto que un tri¨¢ngulo equil¨¢tero, as¨ª que me interesa m¨¢s la simbolog¨ªa mas¨®nica que la cristiana¡±.
La soluci¨®n a la depresi¨®n volvieron a ser ¡°las 88 teclas blancas y negras¡±. Son un misterio: ¡°El piano es el ¨²nico instrumento en el que est¨¢n absolutamente todos los sonidos; te sientas, tocas y surge la selva amaz¨®nica¡±. Es el arte, la defensa que le quita el nudo a la soga del ahorcado. ¡°Tengo amigos que han sucumbido y eran m¨¢s inteligentes e ilustrados que yo¡±. El 1 de julio de 2011, entr¨® la polic¨ªa por ¨¦l a la SGAE. A esas horas, ¡°desgraciadamente¡±, no cabe el arte. Pero luego fue cuando redescubri¨® las 88 teclas y naci¨® Ciclos 4.0, que es el disco que saldr¨¢ en septiembre y que es con el que m¨²sico canario resurge.
Quiso fijar, por escrito, lo que hab¨ªa pasado; en un momento determinado entr¨® en bucle su escritura, vio cerca el piano abierto, acarici¨® las teclas como si les quitara el polvo: ¡°Y, ?co?o!, vi que escribir y hacer m¨²sica se pod¨ªan compaginar. Hasta que la m¨²sica gan¨®". En ese momento, dice, "me di cuenta de que estaba resucitando el alter ego que aparqu¨¦".
El alter ego ¡°era un m¨²sico por decreto maternal¡±, que organiz¨® Los Canarios y produjo, hace recuento, ¡°a Aute, a Miguel R¨ªos, a Ana Bel¨¦n, a Le?o, a Nacha Pop, canciones para Camilo Sesto y para un mont¨®n de gente, y m¨¢s musicales que nadie en este pa¨ªs, que hab¨ªa dirigido orquestas y hecho arreglos para todo el mundo, y que ya me parec¨ªa muy dif¨ªcil de recuperar". ?Estaba muerto?, le pregunto. ?Estaba de parranda?, pues, le digo de broma. Y ¨¦l se r¨ªe. ¡°Era una parranda fuera de control. Tuve que inventarme a otro, el que soy ahora, un nativo de la m¨²sica contempor¨¢nea, que bebe de la fuente de donde viene todo lo que hoy constituye la m¨²sica contempor¨¢nea¡±.
En las 88 teclas busc¨® el equilibro, ¡°entre armon¨ªa, melod¨ªa y ritmo¡±. La m¨²sica transporta y a ¨¦l lo ha llevado a ser otro, ¡°que ahora tiene completamente sometidas las deudas pendientes, no tengo ninguna con nadie y no quiero despreciar ni un minuto de mi vida haciendo otra cosa que creando¡±.
En este tiempo, ocho a?os ya que desembocan en su reencuentro con las 88 teclas, algunos libros lo ayudaron a centrar el foco. Gay Talese, por ejemplo, y sus historias lo ayudaron a salir de s¨ª mismo. ¡°Y gracias a Mater Dolorosa, de ?lvarez Junco, supe interpretar las claves de mi pa¨ªs y de mi tiempo¡±. Hubo otros libros que ahora est¨¢n en el iPad que reposa sobre su chaqueta blanca. Est¨¢ La divina comedia, del Dante, ¡°ese viaje al inframundo, esa panor¨¢mica a la que te da miedo acudir si eres malo y que me caus¨® tanto pavor en la adolescencia¡±. Y est¨¢n El Quijote y los Episodios de su paisano Don Benito. ¡°Tienes los datos de este pa¨ªs, los perfiles de la gente con la que convives. Pero cuando lees a Don Benito [P¨¦rez Gald¨®s] es cuando te das cuenta de que queda mucho recorrido para saber qui¨¦n eres¡±. Con el sombrero blanco se diluye en el calor como un indiano que vuelve a su tierra.
Babelia
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