Nueve horas en un bus camino del Arenal Sound
EL PA?S se suma a la expedici¨®n, de Santander a Burriana, en uno de los 200 autocares que han partido de toda Espa?a para asistir al festival m¨¢s joven y concurrido


"Mi hija es una chavala muy responsable y tengo mucha confianza. Adem¨¢s, tiene que ir solt¨¢ndose y tener experiencias". A unos metros, Mague, estudiante de ?ptica de 21 a?os, sonr¨ªe en silencio ante las palabras de su padre. Su gesto parece m¨¢s de asentimiento que de perdonavidas. "Vamos a ver qu¨¦ pasa", dice. Est¨¢ a punto de subirse a un autob¨²s que le llevar¨¢ de Santander al festival con la fama de ser el m¨¢s fiestero y desmadrado de Espa?a, el Arenal Sound. Son casi las 10 de la noche del lunes y los primeros conciertos empiezan el martes. El viaje dura nueve horas y atraviesa 680 kil¨®metros de la Pen¨ªnsula de Norte a Este.
Los veintea?eros van pertrechados con maletas, mochilas, sillas y mesas plegables, neveras port¨¢tiles, almohadas, sombrillas, sacos de dormir y esterillas. Muchas de ellas visten pantalones casi sin perneras; entre ellos predomina la nuca pelada y el uso de la ri?onera a modo de bandolera. Y todos pegados al m¨®vil. "?D¨®nde lo tengo?". "No tengo datos". "Hay para enchufarlo dentro". Son algunos de los 10.000 j¨®venes que se han subido a los 200 autobuses fletados desde numerosas ciudades del pa¨ªs hacia la localidad castellonense, para asistir hasta el domingo al certamen. El pasado a?o, los seis d¨ªas de festival sumaron 300.000 espectadores. Este a?o, se espera superar la cifra.
"La m¨²sica no es tan importante como el buen rollo que hay. Me da igual el cartel. No hay peleas, la gente se desfasa tranquilamente", comenta Kevin, de 25 a?os, que trabaja en una f¨¢brica y repite por tercer a?o. "Yo s¨ª que voy por la m¨²sica. Este a?o por Vetusta Morla, Farruko, Karol G", interviene a su lado David, que va por su quinta edici¨®n. "Hombre, Martin Garrix y Don Diablo tambi¨¦n molan", apunta un tercero sobre los dj holandeses, entre los cinco mejores seg¨²n la revista D3. Pop, rock, reguet¨®n, rap, trap, electr¨®nica, todos los estilos tienen cabida en el Arenal Sound. "Yo no tengo ni idea de lo que escucha mi hijo. Para m¨ª, Don Diablo es aquella canci¨®n de Miguel Bos¨¦ de 'Don Diablo se ha escapado, t¨² no sabes la que ha armado¡", comenta con humor una madre, justo antes de que aparque el autob¨²s en el and¨¦n.

El bullicio crece, las despedidas se aceleran, se ve alg¨²n llanto ahogado, los maleteros se tragan los m¨²ltiples enseres, la gente va subiendo por la escalera. Al conductor se le nota curtido. "?No llevar¨¢s bebidas alcoh¨®licas ah¨ª, no?", repite. "No, no", le contestan. "Yo solo llevo drogas, pero no se notan", afirma uno poco antes de desmentirse. V¨ªctor, paraguayo que lleva 15 a?os viviendo en Santander, pone orden, accede a esperar un poquito a la que falta, explica el itinerario, con paradas incluidas, y arranca su autob¨²s.
Llovizna por Bilbao. El pasaje est¨¢ tranquilo. Se oye m¨²sica, pero la mayor¨ªa lleva sus cascos. Apenas hay gritos. Tan solo se produce un debate entre varios pasajeros sobre si el cartel se ha quedado corto en celebrities, trat¨¢ndose de la d¨¦cima edici¨®n. "Dicen que el bombazo es 30? Seconds to Mars y tampoco lo veo para tanto", apunta una chica sobre la banda estadounidense liderada por el oscarizado actor Jared Leto. "Pues s¨ª la verdad, pero Don Patricio mola mucho", responde otra, en alusi¨®n al rapero canario.
A la altura de Logro?o, llega la primera parada. M¨¢s autobuses del frente cant¨¢brico coinciden. La ¨²nica persona que atiende el ¨¢rea de servicio 24 horas no da abasto. No se esperaba tal afluencia. Algunos amagan con llevarse algo, dada la falta de control. Otros se?alan las c¨¢maras. Unos sacan sus bocatas. Una pareja se enrolla en los columpios. Un grupito se l¨ªa un porro discretamente. Los conductores hacen su corrillo, tomando caf¨¦. Cuando lleguen a Burriana, aparcar¨¢n sus autobuses hasta el final del festival y los del frente norte volver¨¢n solo en uno hacia su destino de origen. Hace rasca. Mejor volver al autob¨²s.

En la recta que parece interminable y une Zaragoza y Teruel, bajo el cielo limpio y estrellado de esta parte despoblada de la llamada Laponia espa?ola, unas peque?as luces resaltan en la oscuridad. Marcan el precio del gasoil en una lejana gasolinera. Casi todo el pasaje est¨¢ dormido o adormilado. Se reacomoda, se mueve. Se oye a uno cuchichear por su m¨®vil. Habla con un colega que ya est¨¢ en el Arenal y ha podido pillar sitio en el camping.
El autob¨²s enfila ya la carretera hacia Castell¨®n. El conductor comenta que suele haber controles de la Guardia Civil en las cercan¨ªas de los grandes festivales en busca de drogas. Nadie dice nada. Amanece. Los perros no aparecen. La gente empieza a desperezarse. Los campos de naranjos se alternan con las f¨¢bricas de cer¨¢mica. El bus gira hacia Burriana. Huele a mar. Los accesos al festival est¨¢n controlados por numerosos auxiliares y polic¨ªas locales. Ya se ven los esqueletos de los enormes escenarios y un mar de pl¨¢stico que se asemeja a los invernaderos bajo el cual se cobijan del sol tiendas de campa?a. El autob¨²s se detiene definitivamente. Caras de expectaci¨®n y cansancio. Kevin sale disparado: "Llamo a mi madre y ya no vuelvo a coger el m¨®vil hasta el final. Es mi momento de desconectar".
Un festival que no deja de crecer: ahora con el FIB
M¨¢s de 10.000 metros cuadrados de espacio ha ganado el Arenal Sound en esta edici¨®n, si bien el aforo diario se mantiene en 60.000 personas. Se han incrementado las medidas de seguridad. Adem¨¢s, crece el n¨²mero de festivales que organizan los responsables del certamen de Burriana, los hermanos David y To?o S¨¢nchez Sotillos, que desembarcaron en la localidad castellonense con dos socios locales.
Ambos, trav¨¦s de su empresa The Music Republic, controlan festivales como el Interestelar Sevilla, el Vi?a Rock, el Granada Rock, el Festival de Les Arts y Madrid Salvaje. Y ahora van a comprar el festival pionero de las citas multitudinarias en verano en Espa?a, el de Benic¨¤ssim (FIB). Hoy, no obstante, la organizaci¨®n no quiere hablar de otra cosa que del Arenal Sound. Tiempo habr¨¢ para el FIB.
La alcaldesa de Burriana, Maria Josep Safont, visit¨® el recinto el lunes y ponder¨® las mejoras del espacio para el tr¨¢nsito de personas. Hace dos a?os, hubo un problema de saturaci¨®n del aforo que se pudo resolver. Las intensas protestas vecinales de hace unos a?os, traducidas en denuncias por el ruido y las molestias ocasionadas por un festival de tal envergadura, se han frenado con un acuerdo alcanzado con la organizaci¨®n.
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