El elegido
"Tu maridito ser¨¢ el responsable de retrasar el Apocalipsis. Como lo oyes, chulona m¨ªa"
Santa Rita Rita, lo que se da no se quita. Aqu¨ª Judas Tadeo, tu esposo ad eternum por la gracia de Dios. ?Cuchufleta? ?Est¨¢s ah¨ª? Veo que ya te has enterado. ?Est¨¢s enfadada, mi amor? Por eso no me respondes ni cuando te rezo, ?no es eso, reina mora? La comunicaci¨®n telep¨¢tica es lo que tiene, que el tema de la intimidad todav¨ªa no lo ha terminado de perfilar: al final, aunque no busques percibir las cosas, las percibes. Mira, quer¨ªa cont¨¢rtelo en persona, pero no me dejas m¨¢s remedio que mandarte recado: ya he salido de la entrevista con Su Alt¨ªsimo Mandam¨¢s. Que por cierto, no te lo pierdas, ha llegado tarde. Pero bueno, churrita m¨ªa, tampoco est¨¢ la cosa como para echarle cuentas: es normal que uno descuide el minutero cuando es un ser atemporal. Ay, Rita, no seas as¨ª, va, dime algo... No te puedo contar nada, florecilla, todo lo que hemos hablado Su Alt¨ªsimo y yo tiene car¨¢cter confidencial. T¨² sabes mejor que nadie que as¨ª funcionan las cosas en estos c¨ªrculos, pero... ?c¨®mo le voy a ocultar algo tan fuerte a mi Santa?
?Me han ascendido! Yo, Judas Tadeo, Patr¨®n de las Causas Perdidas, por fin voy a tener mi oportunidad. En el fondo sab¨ªa que, aunque tuvieran que pasar dos milenios, todas esas horas de estudio intensivo dedicadas a aprobar asignaturas de universitarios en apuros acabar¨ªan por dar sus frutos. ?No te alegras, cari?o? Venga, Rita, no me seas rencorosa. Sabes de sobra que el Mandam¨¢s tambi¨¦n ten¨ªa sobre la mesa tu curr¨ªculum: t¨² misma se lo hiciste llegar v¨ªa querub¨ªn. Mira que te he dicho un mill¨®n de veces que deber¨ªas modernizarte, pichoncito, que hoy en d¨ªa lo anal¨®gico no funciona tan bien como el LinkedIn. Y aun as¨ª estuviste a punto de llevarte el gato al agua: Santa Rita de Casia, abogada de los imposibles, ?c¨®mo no te iba a tener en cuenta el jefe, perla, con esas credenciales? Si desde lo del ciego italiano de 1457 eres su ojito derecho. Pero enti¨¦ndelo, abajo las cosas no est¨¢n como para abandonar a su suerte a una moza tan guapa, que te iban a tomar por el pito del sereno, mujer. Gracias a Dios, hasta el Cielo tiene su propio techo (divino) de cristal.
No me lo pongas tan dif¨ªcil, darling.Yo no tengo la culpa de haber conseguido el puesto, que t¨² tambi¨¦n gastas una mala baba a veces... No merece la pena, cucuruchoncito, ?qu¨¦ m¨¢s da? El caso es que a los cr¨ªos no les falte de nada. Ay, Rita, de todo esto ni una palabra a Santa Teresa, que a la muy s¨²cuba le gusta darle a la sinhueso y me han pedido discreci¨®n, pero es que si no te lo cuento exploto: desde hoy, 3 de agosto de 2019, tu maridito ser¨¢ el responsable de retrasar el Apocalipsis. Como lo oyes, chulona m¨ªa. Resulta que esa gente del siglo XXI ha perdido el norte: ahora les ha dado por levantar muros, por derretir los polos y por vender cruasanes industriales como si fueran artesanos. Un sindi¨®s. Vaya, que el asunto se nos est¨¢ yendo de las manos, y como no hagamos algo pronto para frenarlos te digo yo que se nos adelanta el Acabose. Y ya te imaginas lo estricto que tiene que ser el jefe con el calendario sagrado, gordi, que como se descuide no da tiempo de entrenar a los cuatro jinetes y los primos del Olimpo no llegan ni al caf¨¦. El Mandam¨¢s tiene tanto estr¨¦s encima que hasta se ha planteado contratar un organizador de eventos.
?Qu¨¦ te parece el encargo, bomb¨®n? Te confieso que al principio tuve miedo de no estar a la altura, pero no ser¨¦ yo quien cuestione las decisiones de Su Alt¨ªsimo. Lo cierto es que es arriesgado por su parte delegar una cuesti¨®n tan delicada, pero te puedes imaginar, mi perita en dulce, que la situaci¨®n por aqu¨ª arriba anda un pel¨ªn revuelta. A Su Baj¨ªsima Malignidad, que cada d¨ªa juega m¨¢s sucio, se le ocurri¨® hace unos a?os personarse en la Tierra con la pinta de un se?or con tup¨¦, y los muy mamones (a las palabras textuales de Su Alt¨ªsimo me remito) le hicieron presidente de los Estados Unidos. Por lo visto esa zona todav¨ªa no estaba descubierta en nuestros tiempos ¡ª?te acuerdas, tocinito de cielo?¡ª, pero hoy en d¨ªa tiene cierta importancia a nivel estrat¨¦gico. Bueno, pues como le sali¨® tan bien la jugada, el t¨ªo lo ha vuelto a hacer, esta vez por medio de un embajador que ha colocado en Londres.
En fin, palomita, que entre pitos y flautas el jefe tiene un l¨ªo que no veas. Y claro, mucha ubicuidad, pero todos tenemos un l¨ªmite. Es lo que hay, panecillo: si se quieren hacer las cosas bien no se puede estar en misa y repicando.Tengo que dejarte, cuchi cuchi, que como te has ido sin avisar me voy a tener que hacer la maleta yo solo. No te hagas mala sangre, te prometo que el pr¨®ximo viaje lo hacemos juntos, sin ni?os ni nada, como cuando ¨¦ramos novios y nos ¨ªbamos de aquelarre por Europa a ver las hogueras, ?vale, coraz¨®n? Ni un d¨ªa vas a cocinar. Cont¨¦stame cuando se te pase el disgusto, bizcochito, que me duelen los ojos de mirar sin verte, como dec¨ªa la Faraona en aquella canci¨®n tan moderna. Recuerda que hace siglos me prometiste amor eterno, y Santa Rita Rita, lo que se da no se quita.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.