Reconstruyendo cinelandia
Aut¨¦ntico trabajo de amor cin¨¦filo, la ¨²ltima pel¨ªcula de Tarantino es una obra mayor, inagotable, esplendorosa
En 1923, el turbulento esc¨¢ndalo Fatty Arbuckle, que marc¨® el fin de un Hollywood, inspir¨® a Ram¨®n G¨®mez de la Serna Cinelandia, obra pionera de lo que acabar¨ªa denomin¨¢ndose Hollywood novel, donde la malograda Virginia Rappe se transformaba en la actriz Carlota Bray, que, en el cap¨ªtulo final, resucitaba en forma de proyecci¨®n cinematogr¨¢fica. En 2007, el norteamericano Steve Erickson aportar¨ªa otra relevante obra al subg¨¦nero con Zeroville, novela cuyo protagonista llegaba a la meca del cine la misma noche en que ser¨ªa asesinada Sharon Tate y, con ella, otra idea de Hollywood posible. Entre uno y otro trabajo, libros y pel¨ªculas tan relevantes como El d¨ªa de la langosta (1939) de Nathanael West;?El crep¨²sculo de los dioses (1950) de Billy Wilder; el d¨ªptico Hollywood Babilonia (1959 y 1986), de Kenneth Anger o ?Qu¨¦ fue de Baby Jane? (1962), de Robert Aldrich fueron consolidando un imaginario de la ciudad de los sue?os como territorio habitado por lo espectral, como precario espejismo de luz con un reverso de pesadilla.
?RASE UNA VEZ¡ EN HOLLYWOOD
Direcci¨®n: Quentin Tarantino.
Int¨¦rpretes: Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Al Pacino.
G¨¦nero: comedia, Estados Unidos, 2019
Duraci¨®n: 161 minutos.
En ?rase una vez¡ en Hollywood, Quentin Tarantino parte de esa tradici¨®n para llevarle saludablemente la contraria y, con ello, ha logrado una pel¨ªcula compleja y extraordinaria que ondea las banderas de la utop¨ªa y el deseo desde el territorio de nobleza y precariedad de los que han sido tempranamente expulsados del sue?o. Desde Jackie Brown (1997), el cineasta no hab¨ªa tenido oportunidad de desarrollar una mirada tan emp¨¢tica y afectuosa sobre sus personajes: un actor de capa ca¨ªda y su doble de acci¨®n, vecinos de quienes centran los focos del nuevo glamour, inquebrantables camaradas en los m¨¢rgenes de un mundo que se transforma.
Si en Los odiosos ocho (2015) uno pod¨ªa tener la impresi¨®n de que Tarantino se embriagaba en exceso con la sonoridad envolvente de sus alambicados di¨¢logos, aqu¨ª emerge otro cineasta (que es el mismo, pero m¨¢s maduro y depurado, sin perder un ¨¢pice de su voluntad de juego). Confiarlo todo a la imagen, mirada, silencio y gesto como en la escena de Sharon Tate en el cine demuestra una contundente firmeza en este nuevo registro, en el que tambi¨¦n se introduce una luminosa iconoclastia (el tratamiento de Bruce Lee) y se afina un sentido l¨²dico de la narraci¨®n que logra cimas como la del encadenado de flashbacks mientras un personaje arregla una antena de televisi¨®n. Aut¨¦ntico trabajo de amor (cin¨¦filo), ?rase una vez¡ en Hollywood es una obra mayor, inagotable, esplendorosa.
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