¡®La odisea de los giles¡¯: la venganza de los estafados en el corralito

Los protagonistas de La odisea de los giles est¨¢n entre los argentinos que a partir del 3 de diciembre de 2001 no pudieron sacar sus ahorros de los bancos. El presidente Fernando de la R¨²a decret¨® ese d¨ªa un corralito que restringi¨® al m¨ªnimo la cantidad de efectivo que pod¨ªa retirarse de los dep¨®sitos. A final de a?o, el Estado argentino se declar¨® en quiebra. Una semana despu¨¦s, la moneda romp¨ªa una d¨¦cada de paridad con el d¨®lar y se devaluaba un 28%. Miles de personas perdieron lo poco que ten¨ªan; unas pocas, en cambio, se hicieron de oro. Los vecinos filmados por el director Sebasti¨¢n Borensztein forman parte del primer grupo. Pero al descubrir que han sido estafados planean una venganza.

En argentino, un gil es una persona simple, un incauto. "Aunque ya sabemos que laburante, tipo honesto, gente que cumple las normas, terminan siendo sin¨®nimos de 'gil'", subraya la pel¨ªcula en su arranque. Lo son Ferm¨ªn Perlassi (Ricardo Dar¨ªn), su mujer, Lidia (Ver¨®nica Llin¨¢s), el amigo Fontana (Luis Brandoni) y los vecinos a quienes convencen para invertir sus ahorros en un ambicioso proyecto cooperativo: poner en marcha una acopiadora de granos que d¨¦ trabajo a Alsina, un pueblo casi fantasma que pelea por no desaparecer. "Este es el mejor momento, peor no nos puede ir, ?qu¨¦ m¨¢s nos puede pasar?", se preguntan con ingenuidad. Es agosto de 2001. El estallido est¨¢ a la vuelta de la esquina.

Han pasado 18 a?os de esa crisis econ¨®mica descomunal, pero ning¨²n argentino la ha olvidado. En una de las escenas, basta escuchar unos golpes met¨¢licos en la televisi¨®n oculta tras una puerta entornada para sentir un escalofr¨ªo. Traen a la memoria el recuerdo de las protestas desesperadas a las puertas de los bancos.

La empat¨ªa con los protagonistas es inmediata y las grandes interpretaciones de Dar¨ªn, Llin¨¢s y Brandoni, el tr¨ªo central, la potencian. Se enteran por casualidad de que sus d¨®lares quedaron en manos de un abogado inescrupuloso (el colombiano Andr¨¦s Parra) gracias al soplo de un gerente bancario que ten¨ªa informaci¨®n privilegiada. Se re¨²nen. Discuten. Y deciden convertirse en una banda de ladrones.

En una mezcla de thriller y comedia, cada uno aporta ideas y conocimientos para el ¨¦xito esta misi¨®n delirante y plagada de imprevistos. De tener la oportunidad, ?qui¨¦n no robar¨ªa al estafador de guante blanco que le ha enga?ado?

A diferencia del libro en el que se inspira, La noche en la usina, de Eduardo Sacheri, La odisea de los giles desvela de entrada la existencia de un plan para recuperar su dinero. Como si estuviera pensada para un p¨²blico internacional no familiarizado con la crisis del corralito, esta coproducci¨®n hispano-argentina se vuelve por momentos demasiado expl¨ªcita y reiterativa. Tambi¨¦n le quita fuerza el manique¨ªsmo de los personajes. Frente al solidario equipo de perdedores est¨¢ el ganador desconfiado, solitario y acechado por el temor creciente a perder lo ¨²nico que le importa en la vida, su dinero.

Por el argumento, el humor y su elenco estelar -que se completa con el Chino Dar¨ªn, Rita Cortese y Daniel Ar¨¢oz- la cinta de Borensztein apunta a convertirse en uno de los grandes ¨¦xitos argentinos de taquilla este 2019. El contexto de su estreno no pod¨ªa ser m¨¢s oportuno: con el pa¨ªs de nuevo en crisis, muchos argentinos ven con angustia y miedo c¨®mo el pa¨ªs vuelve a acercarse al abismo. La venganza de los giles es un grito a no bajar los brazos. Y funciona como catarsis colectiva.