¡°Cotizar 64 a?os no es tanto: no me ocup¨¦ de la casa¡±
Tras 113.000 horas al pie del mostrador, esta coru?esa ha colgado en el escaparate de Lencer¨ªa Marta el cartel de 'Liquidaci¨®n por jubilaci¨®n'
La mujer que m¨¢s tiempo ha cotizado a la Seguridad Social en Espa?a es una fuerza de la naturaleza. A sus 78 a?os y con 64 de vida laboral oficial, a la gallega Loli Agra a¨²n le sobra energ¨ªa para trepar por la escalera de mano de su mercer¨ªa de A Coru?a en busca de un modelo concreto de camis¨®n, mientras se inclina hacia el probador para evaluar c¨®mo le sienta un traje de ba?o a otra clienta. Nacida en A Coru?a, empez¨® ese marat¨®n a los 14 a?os. Tras unas 113.000 horas al pie del mostrador, ha decidido colgar en el escaparate de Lencer¨ªa Marta la rima hoy m¨¢s frecuente en cualquier comercio de barrio: ¡°Liquidaci¨®n por jubilaci¨®n¡±.
Pregunta. ?C¨®mo ha logrado resistir?
Respuesta. He estado de pie todas las horas del mundo, pero en general he tenido buena salud. Padec¨ª de migra?as y aguant¨¦. Es como ese dicho: ¡°Mujer enclenque, mujer para siempre¡±. Tambi¨¦n llevo dos operaciones de juanetes, tengo los pies parcheados...
P. Empez¨® a trabajar siendo una ni?a.
R. Con 14 a?os. Ganaba 150 pesetas al mes, ?no te lo pierdas! No pude estudiar porque mis padres se separaron y ten¨ªa dos hermanos peque?os. Hab¨ªa que meter dinero en casa.
P. ?Y ya cotizaba? Ahora hay quien cumple varias d¨¦cadas sin saber lo que es eso.
R. Estuve primero unos meses en una tienda en la que no. Una amiga me dijo que en la mercer¨ªa de enfrente te daban de alta en la Seguridad Social y me cambi¨¦. En realidad, no sab¨ªa siquiera las ventajas de cotizar. Eran 14 a?os de entonces, no de ahora, que las ni?as lo saben todo.
P. Mujer que trabaja fuera de casa y cotizando 64 a?os. Lo suyo ha sido una rareza.
R. No fue un sacrificio porque, a diferencia de otras mujeres, yo no me preocupaba de la casa: llegaba de trabajar y ten¨ªa todo hecho. Viv¨ª siempre con mi madre y mi t¨ªa. El plato ya estaba en la mesa y no sab¨ªa ni lo que iba a comer. Ellas se ocupaban tambi¨¦n de mis dos hijos.
P. Ahora lo llaman emprendimiento.
R. A m¨ª ya no me cogi¨® la moda de llamarlo as¨ª y me hace much¨ªsima gracia. Yo me lanc¨¦ a la aventura. Cuando ten¨ªa unos 40 a?os, mont¨¦ el negocio que tengo a¨²n ahora. Empec¨¦ con muy poquito dinero y muy poquita mercanc¨ªa. Cuando mi madre y mi t¨ªa se iban de viaje, mi marido cambiaba el turno en la F¨¢brica de Tabacos, en la que trabajaba, y se encargaba de los ni?os y la comida. Yo llegaba y ¨¦l ten¨ªa la mesa preciosa y la cocina limp¨ªsima. Fui una privilegiada.
P. Ayudas p¨²blicas no tuvo.
R. Mi madre era el Banco de Espa?a. Si me ven¨ªa una letra con la que no contaba, me daba el dinero de sus ahorros, que luego le pagaba. Los representantes de las casas comerciales tambi¨¦n confiaban y me dieron facilidades.
P. El comercio de proximidad corre el riesgo de agonizar.
R. Nos abrasan a impuestos y tenemos much¨ªsimos gastos. Sin embargo, cuando yo empec¨¦ eran buenos tiempos, pero luego llegaron las grandes superficies y tambi¨¦n el comercio por correo.
P. ?Qu¨¦ est¨¢n perdiendo las ciudades con esos cierres?
R. Calidad y especializaci¨®n.
P. Y asistencia psicol¨®gica.
R. [Risas] Creo que conozco a mis clientes mejor que sus familias. Me cuentan muchas cosas y yo soy una tumba. Les aconsejo lo mejor posible. Nunca he forzado a nadie a que me compre y siempre he recomendado lo que les conviene a ellos, no a m¨ª. A un cliente lo enga?as una vez o como mucho dos; luego lo pierdes. Estos d¨ªas me dicen que jubil¨¢ndome les hago una faena.
P. ?Sus nietos compran online?
R. No.
P. Ser¨¢ porque le tienen mucho respeto a su abuela...
R. No, no. Ellos prefieren ir a tiendas donde los conocen.
P. ?Qu¨¦ siente cuando entra en las grandes superficies, donde no atiende nadie?
R. Me agobio. A m¨ª me gusta que me aconsejen y prefiero comprar donde conocen mis gustos.
P. Amancio Ortega, que es de su quinta, empez¨® tras el mostrador de una mercer¨ªa del centro de A Coru?a como usted y ha acabado dirigiendo un emporio de tiendas que parecen discotecas.
R. Por la edad que tiene, no creo que para comprar cosas para ¨¦l vaya a esas tiendas con el chun chun chun. Es una cuesti¨®n generacional.
P. ?Se puede salvar el comercio de barrio?
R. Si nos bajan los impuestos y podemos vender a un precio normal, s¨ª. Se gasta menos comprando bueno.
P. Hace tres a?os, recibi¨® la llamada de una ministra.
R. Llamaron a mi hijo de parte de F¨¢tima B¨¢?ez [entonces titular de Empleo]. ?l pens¨® que era una broma. Creo que les respondi¨® que ¨¦l era el Ratoncito P¨¦rez o el Pato Lucas, algo as¨ª. Era para darme la Medalla al M¨¦rito en el Trabajo. Nos la dieron a 10 hombres y a m¨ª. Desde entonces, soy ilustr¨ªsima.
P. ?Sab¨ªa entonces que es la mujer que m¨¢s ha cotizado?
R. Ni mucho menos. De hecho, al principio dije que no iba al acto en Madrid. Soy muy t¨ªmida.
P. ?Es como las actrices que dicen que se sacuden la timidez en el escenario?
R. Pues s¨ª; algo as¨ª me pasa a m¨ª en el mostrador.
P. ?Qu¨¦ piensa hacer con el tiempo libre que tendr¨¢?
R. Lo pensar¨¦ sobre la marcha. Tengo muchas amigas y disfrutar¨¦ de la vida con ellas. Me veo con ganas de pasarlo bien.