Los s¨®tanos tienen ojos
Lejos del desbordamiento imaginativo de su quiz¨¢ insuperable 'Pira?a 3D', el director Alexandre Aja se aplica aqu¨ª a dar ¨²nicamente lo que su premisa promete
Los h¨¢bitos alimenticios de Alexandre Aja son tan f¨¢ciles de determinar como los de un cocodrilo de Florida. El director de esta estimable y eficaz, si bien no sorprendente, Infierno bajo el agua responde al patr¨®n de cineasta europeo sobrealimentado con cine de g¨¦nero americano de los 70 y 80, que, una vez cruzado el charco, se complace en re-cocinar los platos estrella de su nostalgia, ya lleven la firma de viejos chefs como Wes Craven o Joe Dante, con el ali?o de un sentido del humor postmoderno y un cierto atrevimiento en la representaci¨®n propio de esa variante de la nouvelle cuisine gore que fue el movimiento New French Extremity. En Infierno bajo el agua, Aja intenta dotar de originalidad a la en¨¦sima reiteraci¨®n del Tibur¨®n (1975) de Steven Spielberg aportando un marcado sentido de la claustrofobia en claroscuro a su historia de supervivencia en situaci¨®n ¨²nica.
INFIERNO BAJO EL AGUA
Direcci¨®n: Alexandre Aja.
Int¨¦rpretes: Kaya Scodelario, Barry Pepper, Morfydd Clark, Ross Anderson.
G¨¦nero: terror. Estados Unidos, 2019
Duraci¨®n: 87 minutos.
La ecuaci¨®n es sencilla, propia de una pur¨ªsima serie B: una joven tiene que salvar a su padre, al que descubre desmayado y herido en el s¨®tano inundado de su casa, mientras la zona est¨¢ siendo evacuada por el paso de un hurac¨¢n de categor¨ªa 5. Los cocodrilos de un zool¨®gico adyacente se han abierto paso hasta el angosto s¨®tano para complicar la vida a los personajes y premiar con sentido del espect¨¢culo a los espectadores, conscientes de que cualquier esbozo de salvaci¨®n ser¨¢ inmediatamente pulverizado para dar paso al siguiente desaf¨ªo.
Lejos del desbordamiento imaginativo de su quiz¨¢ insuperable Pira?a 3D (2010), Aja se aplica aqu¨ª a dar ¨²nicamente lo que su premisa promete. Y lo hace con eficacia y oficio, aunque no puede evitar que su pareja de guionistas ¨CMichael y Shawn Rasmussen- intoxiquen el agua con las consabidas ret¨®ricas de redenci¨®n y autosuperaci¨®n en torno a la relaci¨®n paternofilial de los personajes. Los puntuales focos de inter¨¦s narrativo que ocupan un tr¨ªo de salteadores de supermercados y un equipo de rescate policial sirven muy bien al conjunto, puntuado peri¨®dicamente por planos generales del despliegue tormentoso que el realce digital dota del sentido dram¨¢tico de una enf¨¢tica portada de best-seller.
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