Giovanni Boldini, el pintor que enamor¨® al Par¨ªs de la Belle ?poque
La Fundaci¨®n Mapfre dedica la primera antol¨®gica en Espa?a al artista que se midi¨® con Sorolla, Fortuny o Madrazo
Si hubiera vivido a estas alturas del siglo XXI, Giovanni Boldini (Ferrara, 1842 - Par¨ªs, 1931) ser¨ªa el instagramer m¨¢s influyente y poderoso del mundo del arte. En su extensa obra predomina el retrato de bell¨ªsimas mujeres que pasean por maravillosos jardines o exhiben su riqueza recostadas de manera indolente en rincones de sus lujosas mansiones. Pueden acariciar un perro, tocar el piano o aparentar que leen un libro, pero siempre miran directas al artista en poses sugerentes formando una rica galer¨ªa de la sociedad cosmopolita de la que ¨¦l fue un protagonista esencial.
Aunque naci¨® en Italia, Boldini desarroll¨® la mayor parte de su carrera en el Par¨ªs de la Belle ?poque de espaldas al movimiento al que por entonces se entregaron muchos de los artistas contempor¨¢neos a ¨¦l: el impresionismo. Sin representaci¨®n en las colecciones p¨²blicas espa?olas y con escasa presencia en manos privadas, su obra es poco conocida en Espa?a. La Fundaci¨®n Mapfre muestra su primera antol¨®gica en sus salas madrile?as desde el 19 de septiembre hasta el 12 de enero. Titulada Boldini y la pintura espa?ola a finales del siglo XIX. El esp¨ªritu de una ¨¦poca, entre las 120 obras que se exhiben se incluyen ¨®leos de Mariano Fortuny, Eduardo Zamacois, Raimundo de Madrazo, Ignacio Zuloaga, Mart¨ªn Rico y su gran amigo Joaqu¨ªn Sorolla.
Francesca Dini, directora art¨ªstica del proyecto, explica que esta exposici¨®n producida por Mapfre tiene como objetivo liberar al artista del halo de superficialidad que le ha acompa?ado por su imagen de hombre de mundo y artista complaciente con su clientela. Reconoce la experta que Boldini fue un artista de moda durante mucho tiempo y atento a los incontables encargos de la alta sociedad. Pero Dini insiste en que el ¨¦xito social y econ¨®mico no puede sustraer el reconocimiento de su talento art¨ªstico. Por ello, la exposici¨®n confronta sus cuadros con los de maestros indiscutibles espa?oles que en alg¨²n momento estuvieron relacionados con ¨¦l o que, como en el caso de Sorolla, llegaron a ser grandes amigos. ¡°?l no cambi¨® su manera de pintar aprendida en Florencia¡±, afirma Francesca Dini. ¡°Tuvo un estilo ¨²nico que mantuvo a lo largo de toda su vida, basado en la intuici¨®n del instante y el movimiento, reflejado con r¨¢pidas pinceladas, pero sin perder nunca de vista la figura y la expresi¨®n del retratado¡±.
La comisar¨ªa espa?ola, Leyre Bozal, ha dividido la muestra en seis ¨¢mbitos que se despliegan por las dos salas de la Fundaci¨®n. En el arranque cuelgan pinturas realizadas durante su aprendizaje florentino, entre 1864 y 1870. De escasa estatura, deforme y poco agraciado, Boldini logra introducirse en el grupo de artistas que representaba la modernidad florentina. Eran los Macchiaioli, pintores entregados a la representaci¨®n de la realidad a base de pinceladas ¨¢giles y sutiles con las que pretend¨ªan renovar el g¨¦nero del retrato.
A Par¨ªs se traslada en 1871 y en la capital francesa se dedica a composiciones en las que la modelo forma parte de la narraci¨®n de una escena cotidiana. El parque de Versalles o El banco del Bois son algunas de las obras m¨¢s llamativas de una etapa en la que inicia su relaci¨®n con el gran mundo y se convierte en un personaje esencial de la vida social. Las mujeres (y algunos pocos hombres) que retrata son siempre bellas, estilizadas, elegantes y ricas si se tienen en cuenta las joyas que lucen todas ellas.
Su ¨¦xito desbordante le lleva a viajar a Nueva York en 1897 y all¨ª se le reconoce como maestro indiscutible del retrato moderno. Entre las celebridades que aparecen en sus lienzos, se encuentra su colega James Abbott McNeill Whistler. Poco antes, el propio Boldini se hab¨ªa pintado a s¨ª mismo con una expresi¨®n de noble belleza que poco se ajustaba a su realidad f¨ªsica. Puede que fuera la misma mirada que generosamente reparti¨® con toda su clientela.
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