Viaje a unas tinieblas que duraron 30 a?os
'La trinchera infinita', de Arregi, Gara?o y Goenaga, muestra el drama de un topo, gente que se escondi¨® en sus casas durante d¨¦cadas desde la Guerra Civil por miedo a la represi¨®n
Hasta ahora, el tr¨ªo Aitor Arregi (O?ate, 42 a?os), Jose Mari Goenaga (Ordizia, 43 a?os) y Jon Gara?o (San Sebasti¨¢n, 44 a?os) hab¨ªa dirigido en parejas. As¨ª llegaron el documental Lucio (2007), y las pel¨ªculas de ficci¨®n 80 egunean (2010), Loreak (2014) y Handia (2017). Han ido escalando posiciones en el cine espa?ol, creciendo en reconocimientos -Handia obtuvo 10 Goyas-. Hasta La trinchera infinita, que concursa este domingo en el festival de San Sebasti¨¢n, un proyecto en el que al final se han puesto los tres detr¨¢s de las c¨¢maras, un rodaje dividido en dos partes para que su protagonista, Antonio de la Torre, engordara para hacer cre¨ªble su envejecimiento. El tr¨ªo no se plante¨® La trinchera infinita como "subir un nivel en su ambici¨®n". "Puede que s¨ª hayamos cambiado en cuanto al tema y al lugar, pero al fin y al cabo, era una pel¨ªcula que se rodar¨ªa bastante en un plat¨®, sencilla, en un espacio cerrado", confiesan.
Sin embargo, La trinchera infinita no es sencilla: relata el drama de un topo, uno de aquellos perseguidos por el franquismo que se encerraron en sus casas a esperar tiempos mejores. Algunos, como el protagonista de la pel¨ªcula, hasta 33 a?os: desde el golpe de estado en 1936 hasta la amnist¨ªa de 1969 -que se otorg¨® al cumplirse tres d¨¦cadas del final de la guerra-. Escondidos en zulos, sin ver la luz, creando una vida familiar?sui generis. ?En el filme, por ejemplo,?Bel¨¦n Cuesta da vida a la esposa del topo de un pueblo malague?o, una mujer que debe reconvertirse en pilar sentimental y econ¨®mico del hogar, a la vez que esp¨ªa y pregonera de lo que ocurre en el exterior.
Cuesta afirma que Arregi, Goenaga y Gara?o son como una cooperativa muy eficaz. "Escuchan, colaboran, se decide en grupo, aunque de manera r¨¢pida y precisa". Los aludidos agradecen las palabras, que confirman que el m¨¦todo de trabajo de su productora, Moriarty, funciona. "Es una estrategia, pensamos que hubiera uno fijo", cuenta Goenaga, que fue el elegido, "al que pudieran tener como interlocutor los actores". Gara?o apunta: "En pre y posproducci¨®n estamos los tres, en el rodaje somos dos porque uno se encarga de los actores y otro del equipo t¨¦cnico. Todos en todo ser¨ªa ingobernable". Goenaga cuenta que en esta ocasi¨®n se abrieron mucho a los actores y que sufri¨® "cierta inseguridad", por miedo a que "luego no encajaran las piezas". Y Arregi cierra el debate: "Antonio y Bel¨¦n ten¨ªan que hacer realistas los di¨¢logos. Y ellos son quienes saben malague?o, si no les atend¨ªas pod¨ªas perderte cosas fundamentales para la pel¨ªcula".
Al rodarse cronol¨®gicamente, el par¨®n obligado les sirvi¨® para que pudieran ver la primera parte en un montaje provisional y "no perder el norte del tono". Al final, qued¨® un metraje de 147 minutos. Incluso probaron con una versi¨®n de dos horas pero sintieron que no funcionaba. "Puede que esta sea nuestra pel¨ªcula en la que el fondo y la forma est¨¢n m¨¢s ligados", dice Goneaga. Gara?o lo explicita: "En Loreak aumentamos en la narraci¨®n, en Handia en la producci¨®n, y ahora tal vez en ambos factores, aunque lo hemos descubierto al acabar su rodaje".
Goenaga recuerda que vio el documental 30 a?os de oscuridad (2011) y entonces descubri¨® el mundo de los topos. "No los conoc¨ªa, y empec¨¦ a investigar, a leer libros como el de Manu Leguineche y Jes¨²s Torbado [Los topos] y les dije que ah¨ª hab¨ªa una historia. No me acordaba de pel¨ªculas como Mambr¨² se fue a la guerra o Los girasoles ciegos. Pensamos que nosotros pod¨ªamos aportar una narraci¨®n de la experiencia de un encierro de 33 a?os centrada en el que est¨¢ dentro, que siente que el mundo cambia fuera, a pocos metros de ¨¦l, mientras que ese Higinio queda varado. Es un viaje psicol¨®gico".
Si Higinio se ha quedado encallado, la pel¨ªcula se estrena un domingo en San Sebasti¨¢n (el d¨ªa preferido de los directores en el Zinemaldia) y llegar¨¢ a las salas (el 31 de octubre) mientras Espa?a tambi¨¦n vive pol¨ªticamente encallada. "Durante la posproducci¨®n", comenta Arregi, "viv¨ªamos con un ojo puesto en nuestro trabajo y otro en la realidad. Y pens¨¢bamos si coincidir¨ªamos con la exhumaci¨®n de Franco. No puedes dejar de plantearte c¨®mo otras noticias pueden marcar el lanzamiento de su filme. Aunque, claro, cuando haces una pel¨ªcula hist¨®rica el objetivo es que obtengas un eco en el espectador, que sienta el paralelismo. En La trinchera infinita el sentimiento que atenaza a Higinio es el miedo, un miedo universal y eterno a la incertidumbre, a lo que hay fuera y a lo que pueda ocurrir. Eso podr¨ªa extrapolarse al hoy".
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