El delirio

Si se aplicara la definici¨®n de esperpento, "g¨¦nero literario que se caracteriza por la presentaci¨®n de una realidad deformada y grotesca y la degradaci¨®n de los valores consagrados a una situaci¨®n rid¨ªcula" al terreno de las series de ficci¨®n tendr¨ªamos en los 12 cap¨ªtulos de 30 minutos cada uno de la japonesa Final life (Amazon Prime Video) el ejemplo perfecto.

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R¨ªos

Ryo Kawakubo, inspector adscrito a una unidad especial de la polic¨ªa de Tokio, tendr¨¢ que tratar de resolver los casos dif¨ªciles con la inesperada ayuda de un joven, Song Shi-On, que pese a no ser polic¨ªa posee una serie de cualidades extraordinarias que facilitar¨¢n el trabajo. Hasta aqu¨ª todo normal. Son varias las series en las que el polic¨ªa protagonista tiene la ayuda de alguien ajeno al cuerpo (Castle o Bones, por ejemplo). Lo grotesco surge cuando conocemos las razones de las cualidades extraordinarias del coprotagonista: hijo de un magnate japon¨¦s de las altas tecnolog¨ªas estudiaba Medicina en Estados Unidos. Un taimado compa?ero de estudios le introduce mediante enga?o para ser conejillo de indias de un terrible e inquietante experimento neurol¨®gico: le trasplantar¨¢n una peque?a porci¨®n del cerebro de Albert Einstein para comprobar si el propio asimila positivamente las extraordinarias cualidades del sabio.

Que alguien posea el cerebro de Einstein es veros¨ªmil. Hasta no hace mucho el poder¨ªo del d¨®lar o del yen les permit¨ªa comprar todo lo que quisieran, como ratificar¨ªa Sotheby's. Cuesti¨®n distinta es lo del trasplante que, adem¨¢s, estaba auspiciado por la CIA, mal¨¦fica organizaci¨®n que, naturalmente, desea a asesinar al joven Song Shi-On para estudiar el resultado del experimento. Ryo Kawakubo y toda la unidad especial tienen ya un doble objetivo: resolver los casos dif¨ªciles y salvaguardar a Song. Lo dicho, un esperpento audiovisual.