Descalabro de los ¡®adolfos¡¯
Curro D¨ªaz, L¨®pez Chaves y Escribano destacan ante una descastada y deslucida corrida de Adolfo Mart¨ªn
A los triunfadores se les notan m¨¢s los fracasos y eso le ha ocurrido al prestigioso ganadero Adolfo Mart¨ªn, que ha cerrado la exitosa Feria de Oto?o con un serio descalabro merced a unos toros que, si bien cumplieron en el tercio de varas, decepcionaron y mucho en el resto de la lidia. Por encima de su caracter¨ªstica estampa sobresali¨® su vociferante falta de casta, su par¨¢lisis y su manifiesta incapacidad para la lidia. Y la decepci¨®n fue gorda, porque siempre se espera lo mejor de este hierro, tantas tardes exitoso por su derroche de bravura y fiereza. Pero est¨¢ claro que en el campo no quedaba lo m¨¢s granado de la camada.
El campo es lo que esperaba encontrar tras la puerta de chiqueros el quinto de la tarde y se llev¨® el chasco de su vida. Sali¨® a la luz con paso quedo, anduvo no m¨¢s de un metro, mir¨® a su alrededor, no identific¨® la a?orada dehesa y volvi¨® a los corrales; y as¨ª hasta tres veces, sin hacer caso alguno de gorras y capotes; tal fue su desencanto. Al final, acudi¨® a socorrerlo L¨®pez Chaves al hilo de las tablas y lo convenci¨® de que ah¨ª, en el ruedo, estaba su destino. Molesto el animal, plant¨® cara al torero, quien en un alarde de habilidad, t¨¦cnica y profesionalidad consigui¨® sacarlo hasta el centro del anillo entre el alborozo general y el gesto adusto del toro, que se sinti¨® enga?ado.
Enga?ado, s¨ª, pero mentirosos ¨¦l y sus hermanos, pues, en realidad, ninguno de ellos permiti¨® el lucimiento de su propia estirpe ni de sus lidiadores. Ese quinto, por ejemplo, lleg¨® a la muleta sin vida, amuermado y parado, y L¨®pez Chaves solo pudo mostrar su conocida suficiencia.
Fuerzas muy limitadas ten¨ªa su primero, segundo de la tarde; escurrido de carnes, protestado de salida, dobl¨® las manos en ocasiones varias y sin casta en sus entra?as, circunstancias todas ellas que deslucieron la actitud de toreo cabal de L¨®pez Chaves, bien colocado siempre, que corri¨® la mano con mando y dibuj¨® muletazos de alto voltaje.
Mentirosos, especialmente el toro que abri¨® plaza, abierto de cara, que humill¨® en el capote de Curro D¨ªaz, alarde¨® de bravura en el caballo y galop¨® en banderillas. Llegado el tercio final, se par¨® y se comport¨® como un moribundo. No obstante, el de luces insisti¨® err¨®neamente una y otra vez, de tal modo que molest¨® m¨¢s su pesadez que la ausencia de vida del toro.
Se luci¨® el de Linares con m¨¢s est¨¦tica que contenido ante el cuarto, el ¨²nico que embisti¨® con cierta calidad por el pit¨®n izquierdo. Antes hab¨ªa destacado L¨®pez Chaves en un quite por templados delantales; y Curro se vino arriba e inici¨® la faena de muleta con un cambio de manos primoroso. El toro, aunque corto de recorrido y escasa alegr¨ªa, le ofreci¨® embestidas agraciadas para que el torero luciera m¨¢s elegancia que profundidad, y todo se redujo a una ovaci¨®n lo que hubiera podido merecer algo m¨¢s.
Y Escribano se jug¨® el tipo, recibi¨® a sus dos toros de rodillas en los medios, se llev¨® un susto en el primero, (se le par¨® en el encuentro y lo volte¨® sin consecuencias), muy complicado, y pas¨® un mal trago en un deslucido tercio de banderillas. Con tres rehiletes en el lomo del animal, el presidente le oblig¨® a pasar de nuevo y, por fortuna, sali¨® airoso de la imposici¨®n del palco. Incierto y con muy mal estilo, el animal no admiti¨® amistad de ning¨²n tipo.
Otra vez de rodillas ante el sexto, y el runr¨²n de l¨®gica preocupaci¨®n en los tendidos. No pas¨® nada, y el torero mejor¨® sensiblemente con los rehiletes, especialmente con el tercer par, al viol¨ªn y al quiebro, pegado a tablas, ante otro toro mentiroso, que acudi¨® con alegr¨ªa en el segundo tercio, y cuando lo citaron con la muleta, dijo que nones.
En fin, que los afamados toros de Adolfo Mart¨ªn dejaron en muy mal lugar al nombre que los trajo al mundo. Nadie es perfecto¡
MART?N/D?AZ, L. CHAVES, ESCRIBANO
Toros de Adolfo Mart¨ªn, bien presentados, a excepci¨®n del escurrido segundo, que cumplieron en varas, descastados, broncos y deslucidos.
Curro D¨ªaz: estocada baja y un descabello (silencio); pinchazo y estocada (ovaci¨®n).
L¨®pez Chaves: tres pinchazos _aviso_ pinchazo y casi entera (silencio); pinchazo y bajonazo (silencio).
Manuel Escribano: estocada trasera y tendida (silencio); estocada baja (silencio).
Plaza de Las Ventas. 6 de octubre. Sexta y ¨²ltima corrida de la Feria de Oto?o. Casi lleno (19.130 espectadores, seg¨²n la empresa).
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