Ray Davies: ¡°Mi hermano y yo trabajamos en un nuevo disco de los Kinks¡±

En estos tiempos en los que hasta revivir a Amy Winehouse o Roy Orbison con un holograma tiene su cr¨¦dito, hay regresos que, por dif¨ªciles y esperados, suenan a maravilla. El de los Kinks, una de las bandas m¨¢s importantes de la historia del pop, es uno de ellos. Ray Davies (Londres, 75 a?os) sabe que no hace falta la ¨²ltima tecnolog¨ªa para juntarle con su hermano Dave y s¨ª, en cambio, la voluntad de ambos para conseguir una reuni¨®n, m¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s, por la que discogr¨¢ficas, promotores y festivales pagar¨ªan millones de libras. Con su caracter¨ªstica habilidad verbal, el mayor de los Davies termina por elegir perfectamente las palabras para soltar el anuncio: ¡°Empezamos a escribir canciones. Ya estamos en marcha buscando ideas de canciones y estructuras. Todav¨ªa no sabemos d¨®nde vamos a grabarlas, pero ya est¨¢ en nuestras cartas hacerlo¡±.

Al ser repreguntado, el cantante y compositor de los Kinks va m¨¢s all¨¢ de rumores acumulados durante los ¨²ltimos a?os e intenciones expresadas en distintas entrevistas y ya no esconde que se junta con el guitarrista con un plan determinado: ¡°Tocamos y ensayamos juntos hace unas semanas. Dave tiene preparadas algunas canciones. Estamos pensando en las letras. Al menos me gustar¨ªa intentar hacer otro disco con ¨¦l. Va a ser una especie de disco coescrito por los dos¡±. Si el regreso fuera llevado tambi¨¦n al directo, ser¨ªa una fantas¨ªa ya perfecta para fans de varias generaciones. ¡°El escenario es un sue?o tambi¨¦n para nosotros¡±, apunta tranquilo. ¡°Me gustar¨ªa hacerlo realidad. Lo estamos discutiendo ahora los dos¡±.

Davies, que ha tenido una notable carrera en solitario sin los Kinks, atiende la llamada de este peri¨®dico desde el norte de Londres durante un ¡°d¨ªa precioso¡±. Habla lento, con acento muy brit¨¢nico y voz algo anciana, pero con una determinaci¨®n exquisita. No titubea y sus palabras son certeras como esas composiciones de los Kinks que siempre dicen tanto con tan poco. Afirma que, si no se ha metido antes a grabar con su hermano, es porque ha estado ocupado armando la reedici¨®n de Arthur (Or the Decline and Fall of the British Empire), el s¨¦ptimo ¨¢lbum del grupo que este a?o ha cumplido medio siglo de vida y que el 25 de octubre sale a la venta en una caja de lujo con maquetas, tomas alternativas y canciones in¨¦ditas.

Arthur es uno de los muchos motivos por el que el regreso de los Kinks, cuyo ¨²ltimo disco fue en 1994 y su ¨²ltimo concierto en 1996, ser¨ªa un acontecimiento musical de fant¨¢stica envergadura. Ahora este ¨¢lbum se recuerda como una obra cumbre en Reino Unido, pero la banda se las vio negras en 1969, cuando se public¨®. ¡°Fueron d¨ªas extra?os. Llev¨¢bamos cuatro a?os sin tocar en Estados Unidos y sufrimos cambios importantes¡±, confiesa Davies, que suspira ligeramente antes de echar la vista atr¨¢s, como si quedasen muy lejos aquellos d¨ªas cuando los Kinks eran una alternativa posible a la hegemon¨ªa dual de Beatles o Rolling Stones, cuando eran una banda esencial de ese pop brit¨¢nico colorido, trepidante y efusivo que lo cambi¨® todo.

Era el a?o del verano del amor y Woodstock, pero ellos estaban proscritos en aquella fiesta. Desde 1965 ten¨ªan prohibido actuar en territorio estadounidense por sus legendarias peleas en el escenario y, sobre todo, por una denuncia que cundi¨® en el sindicato de m¨²sicos de un promotor que les acus¨® de mala actitud en una actuaci¨®n en San Francisco. ¡°Una decisi¨®n que se llev¨® nuestros mejores a?os¡±, afirma Davies, que tambi¨¦n apunta como otro obst¨¢culo la salida del bajista Pete Quaife, miembro fundador del grupo, poco antes de publicarse Arthur.

Estandartes de la conocida Invasi¨®n brit¨¢nica, los Kinks, que en ese tiempo de prohibici¨®n hab¨ªan facturado obras con las que poder levantar un imperio como You Really Got Me, Face to Face, Something Else by the Kinks o The Village Green Preservation Society, hab¨ªan sido olvidados por los hippies. Los Beatles, los Rolling Stones, los Dave Clark Five o los Hollies triunfaban m¨¢s que ellos en las listas norteamericanas. Tampoco iba mejor en la madre patria: los oyentes brit¨¢nicos dieron la espalda a Arthur, un ambicioso disco conceptual, que se vio adem¨¢s eclipsado por Tommy de The Who. La revista brit¨¢nica New Musical Express lo apunt¨® con esta afirmaci¨®n: ¡°Los Kinks mejoran con cada lanzamiento, pero su popularidad parece desvanecerse a la misma velocidad¡±. ¡°Siempre ha sido muy dif¨ªcil comprender la sensibilidad del p¨²blico brit¨¢nico¡±, comenta Davies. ¡°Los medios de comunicaci¨®n especializados recibieron bien el disco, pero era divertido saber que no se nos ve¨ªa como una banda tan contempor¨¢nea como se nos ve ahora¡±.

Arthur, ¡°un disco brit¨¢nico hasta la m¨¦dula¡±, como lo calific¨® Melody Maker, fue visto como el mejor ¨¢lbum del pa¨ªs por varios cr¨ªticos musicales en el mismo a?o en el que salieron, entre otros, Abbey Road de los Beatles, Let it Bleed de los Rolling Stones, Space Oddity de David Bowie y el primero de Led Zeppelin. Y, sobre todo, consolidaba a Ray Davies como el gran retratista brit¨¢nico, un ¨¢cido letrista al que nadie hac¨ªa sombra y, como ¨¦l cuenta, viv¨ªa demasiado encerrado en su universo: ¡°Estaba al tanto de los Beatles. Me gustaba su m¨²sica, pero yo segu¨ªa mi propio camino. Respetaba mucho el trabajo de los dem¨¢s grupos que triunfaban, pero yo ten¨ªa mi propio viaje¡±. Un viaje que siempre pasaba por describir una sociedad compleja, atravesada por su fuerte moralidad y la ruptura generacional. ¡°Ya hab¨ªa escrito sobre Reino Unido en Waterloo Sunset, Dead End Street, Dedicated Follower of Fashion¡­ Todas estas canciones eran comentarios sobre la vida social en Inglaterra. Arthur ten¨ªa l¨®gica para nosotros, particularmente despu¨¦s de Village Green Preservation Society, que trata sobre mi fantas¨ªa de Inglaterra. Arthur era m¨¢s como un documento sobre las realidades de un pa¨ªs que sale de la Segunda Guerra Mundial y una nueva generaci¨®n, mi generaci¨®n, que viene a construir sus propias vidas¡±.