El ¡®efecto Sylvia Plath¡¯: arte y neurosis
El Encuentro Internacional Artes, Emociones y Creatividad, celebrado en el Centro Bot¨ªn de Santander, explor¨® las relaciones entre los sentimientos y el talento
La idea rom¨¢ntica del artista perturbado, torturado, fuera de s¨ª, traza un clich¨¦ que a veces se confunde con una certeza inamovible. Ah¨ª est¨¢ la angustia at¨¢vica e insondable de Edvard Munch plasmada en su famos¨ªsimo El grito. O Van Gogh cort¨¢ndose la oreja tras una discusi¨®n con Gauguin; Kafka deprimido y neur¨®tico; Schubert frustrado por su falta de ¨¦xito. Sin embargo, esta noci¨®n podr¨ªa resultar un simple invento, magnificado y perpetuado a lo largo del tiempo. Quiz¨¢, los relatos biogr¨¢ficos que nos han llegado est¨¢n sesgados por inquina o desconocimiento. Al fin y al cabo, esos sujetos est¨¢n todos muertos y ya no pueden desmentirlos.
O, tal vez, s¨ª que exista una correlaci¨®n entre creatividad y enfermedad mental. De acuerdo con el psic¨®logo James C. Kaufman, de la Universidad de Connecticut, se da el caso de que los poetas son m¨¢s susceptibles a las enfermedades mentales que otro tipo de escritores, como los ensayistas o los dramaturgos. Adem¨¢s, seg¨²n un estudio en el que se analiz¨® la obra de m¨¢s de 1.600 plumas, si esos poetas son mujeres, las posibilidades resultan todav¨ªa mayores. Kaufman lo denomin¨® el ¡°efecto Sylvia Plath¡±, una teor¨ªa que a¨²n debe desarrollarse en mayor profundidad. Hacen falta m¨¢s investigaciones para definir claramente las relaciones que unen a la inteligencia emocional y el talento, ideas que marcaron el pulso del Encuentro Internacional Artes, Emociones y Creatividad, que se celebr¨® a principios del mes de octubre en el?Centro Bot¨ªn de Santander, organizado en colaboraci¨®n con el Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale.?
A lo largo de las tres jornadas de conferencias y actividades se fue desovillando el hilo conductor del evento: las artes influyen sobre nuestras emociones, y nuestras emociones definen nuestra realidad. Esta es, de hecho, una de las dos patas sobre las que se fundamenta el trabajo del Centro de Inteligencia Emocional de Yale, representado en Santander por la investigadora Zorana Ivcevic, directora del laboratorio de creatividad y emociones de la instituci¨®n estadounidense, que contribuy¨® a organizar el grueso de las ponencias. La otra es c¨®mo influyen la creatividad y la innovaci¨®n en el trabajo y en los trabajadores. ¡°Cuando uno piensa en la creatividad, lo primero que viene a la cabeza son colores o pinceles. Tambi¨¦n ideas sobre pensamiento abstracto o cuestionamiento. Sin embargo, la creatividad no se circunscribe exclusivamente a las artes o el pensamiento, sino que tambi¨¦n necesita de las emociones y, adem¨¢s, ha de ser puesta en acci¨®n¡±, explic¨® la investigadora.?
Para Agatha Christie, el momento previo al inicio de cada una de sus novelas supon¨ªa un aut¨¦ntico calvario. La escritora sab¨ªa del trabajo herc¨²leo que conlleva perge?ar un libro, lo que por otro lado no impidi¨® que acabara firmando decenas de t¨ªtulos. Esa resoluci¨®n desencadena la acci¨®n necesaria para la creatividad a la que se refiere Ivcevic, que parte siempre del potencial de cada individuo en concreto. Para la experta, aunque no todos poseemos el talento de la maestra del misterio, s¨ª tenemos la capacidad de crear: ya sea a trav¨¦s de intuiciones ¡ªel primer estadio de los cuatro en los que se divide la noci¨®n de la creatividad¡ª, a trav¨¦s de la innovaci¨®n en tareas del d¨ªa a d¨ªa (como, por ejemplo, cocinar); a nivel de experto o, a la manera de Christie: siendo un genio creativo. ¡°No todos lo somos, pero s¨ª que nacemos con una predisposici¨®n a la creatividad que podemos ampliar a trav¨¦s de la experiencia¡±, apunta Ivsevic. ¡°Por ejemplo, una familia que lleva a sus hijos a museos, que les anima a leer libros o viaja con ellos, les estar¨¢ proporcionando experiencias que van a impulsarles a alcanzar su potencial¡±.
Aunque seguramente los problemas mentales de Van Gogh o Sylvia Plath fueron muy reales, lo cierto es que la creatividad tiende a asociarse a sentimientos positivos. ¡°En un estudio con artistas de todas las disciplinas, la principal emoci¨®n que reportaron mientras ejerc¨ªan su actividad fue la de amor, seguida de la de alegr¨ªa o felicidad¡±, apunta Ivcevic, que aclara que, no obstante, aflicciones como la tristeza o la nostalgia tambi¨¦n suelen estar presentes. ¡°Lo que me fascina es esa dualidad¡±, abunda la psic¨®loga, que subraya que, en cualquier caso, se puede ser creativo mucho m¨¢s all¨¢ del arte: por ejemplo, en matem¨¢ticas, como terapeuta o a la hora de criar a un hijo. Hoy m¨¢s que nunca la creatividad resulta una cualidad imprescindible para afrontar los retos que se plantean en todos los ¨¢mbitos: en casa, en el trabajo o, como ocupantes de un planeta en cada vez mayor peligro. Seg¨²n el Foro Econ¨®mico Mundial, se trata de la tercera habilidad m¨¢s necesaria?en este 2020 para desenvolverse en el entorno de la cuarta revoluci¨®n industrial, por detr¨¢s de la resoluci¨®n de problemas complejos y el pensamiento cr¨ªtico. ¡°Para ser m¨¢s creativos es necesario ampliar nuestras experiencias y nuestras perspectivas¡±, aconseja Ivsevic. ¡°Y aunque hay m¨¢s medios, el arte es una manera de conseguirlo, ya que nos ayuda a sentir cosas que experimentamos en nuestro d¨ªa a d¨ªa¡±.
Babelia
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