Mario Vargas Llosa: ¡°En nombre de la autodefensa se destruye la democracia¡±
El Nobel peruano vuelve a la gran novela con 'Tiempos recios', que narra la conspiraci¨®n de EE UU contra el Gobierno leg¨ªtimo de Guatemala en 1954
La violencia es la materia prima con la que trabaja habitualmente Mario Vargas Llosa, sobre todo en sus novelas de car¨¢cter hist¨®rico. En Am¨¦rica Latina no le faltan referentes, pero ¨¦l mismo cree que Guatemala es tal vez el pa¨ªs que arrastra una historia m¨¢s violenta. Con un 70% de poblaci¨®n ind¨ªgena perpetuamente marginada, una tradici¨®n militarista enraizada en la Capitan¨ªa General de la ¨¦poca colonial y una minor¨ªa rapaz que monopoliza tierras y minas, es el escenario en el que se desarrolla la ¨²ltima novela de Vargas Llosa: Tiempos recios (Alfaguara). La historia discurre justamente en uno de los breves periodos de su historia, a mediados del siglo pasado, en que un militar llegado a la presidencia por elecciones libres intent¨® implantar una democracia moderna que seg¨® una insurrecci¨®n orquestada por la CIA. Todo ello por inspiraci¨®n de la compa?¨ªa United Fruit, a la que el presidente Jacobo ?rbenz hab¨ªa expropiado algunas tierras ociosas y pretend¨ªa que por primera vez pagara impuestos. Han pasado 65 a?os, pero aquellos hechos parecen a veces un pr¨®logo de nuestros d¨ªas.
PREGUNTA.??Qu¨¦ es lo que condujo sus pasos hasta Guatemala, que no deja de ser una especie de c¨®rner geogr¨¢fico de Am¨¦rica?
RESPUESTA.?S¨ª, est¨¢ como al margen, pero la suya es una de las historias m¨¢s violentas de Am¨¦rica Latina, si no la m¨¢s, y al mismo tiempo es un pa¨ªs muy bello. Vivi¨® un momento de gran lucimiento, que fue este periodo en que est¨¢ situada la novela. La reforma que intent¨® ?rbenz le dio un gran protagonismo. Yo estaba en la universidad, recuerdo que segu¨ªamos d¨ªa a d¨ªa lo que ocurr¨ªa en Guatemala, porque hab¨ªa all¨ª, yo creo que para muchos, un ejemplo de lo que se pod¨ªa hacer en el resto de Am¨¦rica Latina, que se convirti¨® en una gran frustraci¨®n cuando se produjo la ca¨ªda de ?rbenz y luego el exilio.
P.??Es esta novela una especie de justificaci¨®n retrospectiva de su militancia revolucionaria juvenil?
R.?No, no. Esta novela nace de una conversaci¨®n que tengo hace unos tres a?os en Rep¨²blica Dominicana con un amigo, Tony Raful, que es periodista, historiador y poeta. Me dijo: ¡°Mario, tengo una historia para que la escribas¡±. Y yo dije: ¡°?Dios m¨ªo! Las historias para que las escriba nunca las voy a escribir¡±. Y me habl¨® de la implicaci¨®n de Trujillo, primero en la rebeli¨®n de Castillo Armas y luego en su asesinato. ?l mismo ha publicado un libro sumamente interesante, con documentos que me abrieron una perspectiva nueva sobre esa intervenci¨®n del ¡°trujillismo¡± en Am¨¦rica Latina promovida por la CIA. Trujillo fue el instrumento que utiliz¨® la CIA para suministrar a Castillo Armas dinero, armas e incluso soldados. Esa cercan¨ªa se rompe luego y se vuelven enemigos mortales, al parecer porque Castillo Armas no cumple ninguna de las condiciones que Trujillo le hab¨ªa puesto para ayudarlo por la desconfianza que le produc¨ªa. As¨ª como se llevaba maravillosamente con Somoza, desconfiaba de Trujillo como si la impetuosa personalidad de ¨¦ste le fuera a recortar poderes si le daba demasiada entrada en Guatemala. Se han publicado algunas cartas que el embajador enviaba al presidente dominicano y en las que le cuenta que Castillo Armas habla mal de la familia de Trujillo en sus borracheras. Esto volaba a Trujillo, lo volv¨ªa una bestia feroz. Entonces ¨¦l manda a su asesino favorito, que es Johnny Abbes Garc¨ªa, como agregado militar a Guatemala para que conspire. La noche del asesinato, Abbes Garc¨ªa escapa de Guatemala llev¨¢ndose con ¨¦l a la amante de Castillo Armas. Eso es un hecho fehaciente que est¨¢ publicado. ?Cu¨¢l fue realmente la implicaci¨®n de Trujillo en el asesinato? ?Lo mand¨® matar ¨¦l? ?Intervinieron Abbes Garc¨ªa y la amante de Castillo Armas? Todo eso son ahora especulaciones, pero es uno de los temas que me fascinaron.
P.?Precisamente la autor¨ªa del atentado es un hecho que la novela no termina de despejar.
R.?Claro, no quiero contradecir la realidad de manera tan visible, entonces he dejado en una cierta insolvencia lo que ocurre realmente la noche del asesinato.
P.?Un cap¨ªtulo fascinante, sobre todo a la luz de la actualidad, es ese pr¨®logo en el que Edward L. Bernays, un prodigio de la propaganda al que el narrador califica de ¡°titiritero genial¡±, convence a la ¨¦lite de Boston de que los intereses de la United Fruit son los de Estados Unidos y que la reci¨¦n inaugurada democracia de Guatemala los pone en peligro por su dependencia del Kremlin.
¡°La historia no est¨¢ escrita. ?Qui¨¦n iba a imaginar el fin del comunismo o que gente como Trump subir¨ªa al poder?
R.?Las fake news tienen un ¨¦xito absoluto. Bernays, ese sobrino de Sigmund Freud que tiene la idea de que la publicidad va a ser el principal instrumento de poder en el siglo XX, se invent¨® que Guatemala se estaba convirtiendo en un sat¨¦lite sovi¨¦tico porque la URSS quer¨ªa entrar en Am¨¦rica Latina para apoderarse del canal de Panam¨¢. Es una fantas¨ªa delirante que contradice el proyecto de ?rbenz, que quer¨ªa hacer de Guatemala un pa¨ªs moderno, una democracia capitalista. Cuando reparte las tierras a medio mill¨®n de campesinos guatemaltecos, busca la forma para que ellos fueran empresarios privados de esas tierras, para que no fueran descapitalizados otra vez por los latifundistas. Es una de las grandes injusticias hist¨®ricas que este Gobierno democr¨¢tico elegido en elecciones libres fuera derrocado por una conspiraci¨®n que lo acusaba de comunista.
P.?Bernays explica en su reuni¨®n con los potentados de Boston que el amor desmedido del Gobierno guatemalteco por la democracia supone un peligro para United Fruit. Y a?ade: ¡°Esto es bueno saberlo, pero no decirlo¡±.
R.??l ten¨ªa muy estrechas relaciones con due?os de peri¨®dicos, de radios, de televisiones, y las aprovech¨® para llevar periodistas a Guatemala, un pa¨ªs realmente desconocido. Lleva a periodistas liberales de The New York Times, The Washington Post, Time Magazine, y les da dosieres, y les presenta a la gente adecuada. As¨ª va surgiendo esta mistificaci¨®n de que Guatemala es ya un sat¨¦lite sovi¨¦tico. Cuando no hab¨ªa ni un solo ciudadano sovi¨¦tico porque la Constituci¨®n, que la dieron ?rbenz y Ar¨¦valo, prohib¨ªa relaciones diplom¨¢ticas de Guatemala con pa¨ªses comunistas. Entonces, de pronto, ?rbenz encuentra que le montan una revoluci¨®n con su propio Ej¨¦rcito, con las reformas con las que ¨¦l quer¨ªa imitar y acercarse a Estados Unidos. Debi¨® ser tr¨¢gico para ¨¦l.
P.?El titiritero hab¨ªa conseguido su prop¨®sito.
R.?S¨ª, claro, era un publicista. Yo he le¨ªdo solo el libro Propaganda, que escribi¨® el a?o 28, que sostiene la tesis, profundamente antidemocr¨¢tica, de que la publicidad va a prevalecer sobre la verdad.
P.?Visto lo visto, acert¨® entonces y puede acertar hoy.
R.?Es muy dif¨ªcil hoy saber cu¨¢l es la verdad, precisamente por esa revoluci¨®n audiovisual que en muchos sentidos ha democratizado la informaci¨®n, porque todos somos informantes, pero al mismo tiempo la abundancia crea confusi¨®n. No es f¨¢cil orientarse entre verdades y mentiras. Pero la democracia, que permite la diversidad period¨ªstica, est¨¢ mejor defendida contra las fake news que una dictadura, donde solo hay una voz, que es la voz del gobernante.
P.??Hasta qu¨¦ punto esta superabundancia de informaci¨®n impide que el ciudadano discrimine entre verdades y mentiras?
R.?Eso es cierto en los detalles, pero no en las grandes opciones. Creo que todo el mundo tiene clar¨ªsimo que, con el Brexit, Inglaterra ha ca¨ªdo en un populismo lamentable, en un nacionalismo antihist¨®rico¡
P.?Pero la mayor¨ªa de los brit¨¢nicos vot¨® a favor del Brexit.
R.?Para gran sorpresa m¨ªa, que pensaba que la democracia brit¨¢nica estaba vacunada contra el populismo, pero me equivoqu¨¦.
P.??C¨®mo convive la democracia con la mentira sistem¨¢tica?
R.?La mentira est¨¢ siempre ah¨ª, pero en las sociedades libres se puede combatir mejor gracias a la diversidad. Hay peri¨®dicos m¨¢s respetables que otros, porque son m¨¢s prudentes a la hora de difundir fake news. En una dictadura uno est¨¢ completamente perdido, no hay sino una ¨²nica voz que nos incomunica con el resto del mundo, aunque gracias a la revoluci¨®n tecnol¨®gica esto es cada vez m¨¢s dif¨ªcil. ?Qu¨¦ significa eso en ¨²ltima instancia? ?Que tenemos muchos problemas? Siempre los hemos tenido. Pero el problema mayor que tuvo la democracia fue el comunismo, que sedujo a millones de j¨®venes con la idea de un para¨ªso en esta tierra. Esto ha desaparecido, el comunismo desapareci¨®, ya no existe. ?O alguien puede creer que Corea del Norte, o Venezuela, o Cuba puedan ser modelos para el Tercer Mundo?
P.??Y China?
R.?China es un pa¨ªs capitalista, autoritario. Necesita la libertad, la libre competencia, la libre investigaci¨®n. Sin eso es muy dif¨ªcil que siga prosperando. Claro, China ha arrancado de muy abajo, y hasta ahora consigue mantener el desarrollo con un r¨¦gimen autoritario, severo, centralista. Pero va a llegar un momento en que esa burgues¨ªa, esas nuevas clases medias, van a exigir m¨¢s libertad. Eso est¨¢ ocurriendo en Hong Kong hoy en d¨ªa. Vamos a ver qu¨¦ pasa el d¨ªa de ma?ana cuando China llegue a ese estado en el que va a tener que elegir entre m¨¢s libertad o m¨¢s desarrollo.
P.?Usted se proclama un liberal optimista que hace suya la frase de Popper de que nunca la humanidad vivi¨® mejor¡
R.?S¨ª, todo anda mal, pero nunca hemos estado mejor. Es una frase que pronunci¨® [en 1991] en un homenaje que le dio la Universidad Men¨¦ndez Pelayo.
P.?De entonces ac¨¢ han ocurrido algunas cosas: los atentados de las Torres Gemelas, esa guerra interminable en Afganist¨¢n, la invasi¨®n de Irak, la cat¨¢strofe de Siria y una crisis econ¨®mica que se ha traducido en un crecimiento intolerable de la pobreza y la desigualdad.
R.?Ahora las cosas ocurren en un plano internacional y esto hace que todo parezca m¨¢s dram¨¢tico. Es verdad, uno de los grandes problemas de nuestra ¨¦poca es el terrorismo. Sin embargo, est¨¢ activado por grup¨²sculos de fan¨¢ticos que no constituyen una amenaza real contra el desarrollo de la humanidad.
P.?Pero tienen un efecto nefasto en la vida pol¨ªtica.
R.?S¨ª, est¨¢n empujando a muchos sectores democr¨¢ticos hacia el autoritarismo. En nombre de la autodefensa se destruyen grandes valores de la democracia. Por supuesto, es uno de los peligros. Pero m¨¢s grave que el terrorismo isl¨¢mico es el rebrote del nacionalismo, eso que cre¨ªamos extinguido en Europa, sobre todo despu¨¦s de las cat¨¢strofes de las guerras mundiales. Es el llamado de la tribu, la idea de que en el pasado existi¨® una sociedad homog¨¦nea donde todos se entend¨ªan, que es una falacia, jam¨¢s existi¨® eso. La paranoia que hay hoy d¨ªa contra el inmigrante es una manifestaci¨®n de racismo. Y eso que antes estaba mal visto, ahora ha dejado de estarlo. Los pol¨ªticos incluso pueden hablar contra la inmigraci¨®n de esa manera racista prejuiciosa. Es un problema muy serio de la democracia.
P.?Hasta el punto de que historiadores y polit¨®logos rastrean paralelismos entre este tiempo y los a?os treinta del siglo pasado.
R.?Sin duda hay coincidencias. Pero al mismo tiempo existe la experiencia, y esa experiencia hace que, a pesar de las barbaridades que dice Trump, EE UU no est¨¦ dando pasos irresponsables todav¨ªa. Tambi¨¦n China o Rusia son muy prudentes a la hora de pasar a los hechos.
P.?Uno de los elementos menos tranquilizadores es el crecimiento de la desigualdad econ¨®mica, la concentraci¨®n extrema de la riqueza, en un momento en que la nueva directora general del FMI anticipa m¨¢s tiempos recios¡
R.?Hay sectores nacionalistas que en una situaci¨®n as¨ª querr¨ªan encerrarse m¨¢s porque creen que as¨ª se protegen. La globalizaci¨®n es una realidad inatajable, a no ser que un pa¨ªs se condene al anacronismo absoluto. Eso puede hacerlo un peque?o pa¨ªs como But¨¢n, que ha decidido vivir en la Edad Media, pero no puede hacerlo el resto del mundo. La prosperidad exige ir disolviendo las fronteras. Pero no hay que ser pesimista. Nunca hemos sabido de una manera tan evidente que la historia no est¨¢ escrita, que nosotros hacemos la historia. ?Qui¨¦n iba a imaginar que el comunismo iba a desaparecer? ?Qui¨¦n iba a imaginar que gente como Boris Johnson o Trump subir¨ªan al poder? Al mismo tiempo que han ocurrido esas cosas, nunca ha habido en la historia tantos pa¨ªses con Gobiernos democr¨¢ticos en Am¨¦rica Latina. Democracias imperfectas, muy corrompidas, sin ninguna duda, pero eso es preferible a las dictaduras militares que ten¨ªamos de un conf¨ªn a otro.
¡°Fidel Castro busca el amparo de la URSS en gran parte por el derrocamiento de ?rbenz. Es el contexto de la Guerra Fr¨ªa
P.?En cambio, en Europa, algunos pa¨ªses excomunistas practican hoy eso que ha dado en llamarse democracia iliberal.
R.?Hungr¨ªa, Polonia¡ Uno pensar¨ªa que la ocupaci¨®n sovi¨¦tica despert¨® en ellos un apetito de libertad, pero han evolucionado hacia un nacionalismo extremo que practica una pol¨ªtica antiinmigraci¨®n claramente racista. Es un gran problema. Pero Europa, que es probablemente el m¨¢s ambicioso de los proyectos en Occidente para integrar a pa¨ªses de lenguas distintas, de creencias distintas, de costumbres distintas en una unidad econ¨®mica y social, y ma?ana pol¨ªtica, va a prevalecer. Es la buena direcci¨®n de la historia.
P.?Volviendo a la novela, Tiempos recios enlaza directamente con La Fiesta del Chivo, pero aparecen tambi¨¦n muchas huellas de Conversaci¨®n en La Catedral. En general, sus novelas de base hist¨®rica tienen un material b¨¢sico que es la violencia pol¨ªtica, que a menudo se traslada con brutalidad al ¨¢mbito privado. ?Es la violencia la materia prima con la que trabaja?
R.?Sin duda, y probablemente es as¨ª porque nac¨ª en Per¨², un pa¨ªs que ha estado marcado por las dictaduras. Comenc¨¦ a pensar en un pa¨ªs que viv¨ªa bajo la dictadura de Odr¨ªa, ocho a?os siniestros que pusieron a Per¨² fuera del mundo. La vida pol¨ªtica estaba prohibida, la pol¨ªtica era una mala palabra, no hab¨ªa libertad de partidos, hab¨ªa una censura estrict¨ªsima. Sab¨ªamos que la prensa nos ment¨ªa, que la radio nos ment¨ªa, no hab¨ªa televisi¨®n, que las verdades hab¨ªa que escudri?arlas en el fondo de las noticias que circulaban. La represi¨®n era sistem¨¢tica. Fui a la Universidad p¨²blica de San Marcos, que era uno de los pocos centros de resistencia. Pertenezco a una generaci¨®n que vivi¨® esta violencia. Quiz¨¢s eso hizo que tuviera tanto rechazo a ese aspecto tan compartido en Am¨¦rica Latina, el de las dictaduras militares. Ahora han desaparecido, hay dictaduras ideol¨®gicas. En Cuba, Venezuela, Nicaragua. Pero en el resto hay Gobiernos elegidos, democr¨¢ticos, m¨¢s bien corruptos, s¨ª. Creo que la corrupci¨®n es uno de los grandes problemas en Am¨¦rica Latina.
P.?Uno de los personajes de la novela concluye despu¨¦s del derrocamiento de ?rbenz que Guatemala retrocede a toda carrera hacia la tribu. Y se pregunta: ¡°?Se restablecer¨¢ pronto la esclavitud?¡±. ¡°?Era esto lo que quer¨ªa EE UU, una dictadura al servicio de latifundistas codiciosos y racistas?¡±
R.?Eso crea en Am¨¦rica Latina un enorme desencanto con la democracia, y hace que los j¨®venes de varias generaciones se embarquen en aventuras guerrilleras imitando a Cuba, pensando que la revoluci¨®n comunista era lo ¨²nico que pod¨ªa salvar al continente. Y eso atrasa 50 a?os la evoluci¨®n de Am¨¦rica Latina. La fascinaci¨®n por el modelo cubano arranca en cierta forma en Guatemala.
P.??Cree que el golpe contra ?rbenz transform¨® a Fidel Castro?
R.?Si se lee su famoso alegato de cuando lo juzgan por el asalto al Cuartel Moncada, La historia me absolver¨¢, es un discurso socialdem¨®crata, no es comunista, ni siquiera socialista. La radicalizaci¨®n de Castro, que lo va empujando hacia el comunismo, viene en gran parte por lo ocurrido en Guatemala. El Che Guevara estaba all¨ª. Trata de ir a las famosas milicias populares, que nunca existieron, y entonces termina asil¨¢ndose en la Embajada de Argentina porque lo mataban. Pero el Che sale convencido de all¨ª, y eso es algo decisivo en su influencia sobre Castro, que si una revoluci¨®n quiere triunfar en Am¨¦rica Latina, primero tiene que acabar con el Ej¨¦rcito, que el Ej¨¦rcito es una fuerza hostil a la revoluci¨®n. Y segundo, tiene que buscar el apoyo, el amparo, de la Uni¨®n Sovi¨¦tica si quiere resistir operaciones como la que liquid¨® a ?rbenz. El contexto de la Guerra Fr¨ªa es muy importante para explicar la mistificaci¨®n extraordinaria que hubo en EE UU, tanto en el Gobierno como en la prensa respecto a ?rbenz. No hubiera ocurrido con Kennedy. Tampoco su predecesor, Truman, quiso involucrarse en una acci¨®n armada en Guatemala. Eisenhower, Nixon, los Dulles son los que compran la historia inventada por ese aventurero prodigioso que es Bernays al servicio de una compa?¨ªa frutera. Las mentiras se convierten en verdades y Estados Unidos apoya la insurrecci¨®n contra un Gobierno democr¨¢tico.
¡°Los pa¨ªses que van bien producen una literatura pobre. Los novelistas suizos buscan, desesperados, cat¨¢strofes
P.?La CIA ya lo hab¨ªa ensayado con ¨¦xito un a?o antes en Ir¨¢n con Mossa?degh tras la nacionalizaci¨®n de British Petroleum.
R.?Ellos estaban muy envalentonados por el ¨¦xito que hab¨ªan tenido en Ir¨¢n y la CIA aplic¨® el mismo modelo a Guatemala. Lo que es muy interesante es que todo eso est¨¢ denunciado por ensayistas e historiadores norteamericanos, que son los que han escrito las mejores cosas sobre ?rbenz. La documentaci¨®n de la ¨¦poca que ha liberalizado el Departamento de Estado presenta un espect¨¢culo bochornoso de la conducta de la CIA durante esos a?os.
P.?Tiempos recios es una obra en la que el malo m¨¢s malo es realmente el protagonista de la novela.
R.?Los malos tienen un atractivo especial para los novelistas. Si se eliminara a los malos se eliminar¨ªa media literatura europea y media literatura universal probablemente. Los malos son mucho m¨¢s interesantes para la literatura que los buenos. Los pa¨ªses que van bien, que progresan, donde hay m¨¢s justicia social, producen una literatura pobr¨ªsima. Los novelistas suizos andan deses?perados buscando cat¨¢strofes.
P.?El di¨¢logo ¨²ltimo del narrador con Miss Guatemala en Virginia, 60 a?os despu¨¦s, parece la b¨²squeda de un final feliz, o cuando menos amable, a una historia por lo dem¨¢s terrible.
R.?Quer¨ªa involucrar al narrador m¨¢s directamente y contradecir de alguna manera el pesimismo que puede arrastrar esta historia, poner una nota que tuviera m¨¢s color, que acercara un poco m¨¢s a este mundo, muy distinto del de aquella ¨¦poca. No s¨¦ por qu¨¦ lo escrib¨ª, pero desde un primer momento tuve la idea de que deber¨ªa haber un ep¨ªlogo. As¨ª como hab¨ªa un antes, que era la historia del publicista y el due?o de la United Fruit, que hubiera un despu¨¦s, menos pesimista que el resto de la novela. Al final, no s¨¦ por qu¨¦, pero la novela la conceb¨ª as¨ª desde un principio.
P.?Y es el personaje m¨¢s querido por el narrador a lo largo de la novela.
R.?Sin ninguna duda. El personaje de Marta Borrero es muy misterioso. Jug¨® un papel muy importante, pero nunca se sabe con certeza cu¨¢l fue. Hasta qu¨¦ punto lleg¨® a ser tan influyente como se cre¨ªa, y como se cree todav¨ªa, no lo sabe nadie y nunca se sabr¨¢ probablemente. Es un misterio que queda en la historia y estimula mucho la imaginaci¨®n de los novelistas.
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