Una franquicia muerta
En esta segunda parte, en cambio, todo es peor. Las secuencias de acci¨®n, sus bailes de sangre y sesos al viento, no tienen aquella frescura casi de musical
El cine de zombis ha sufrido tal hipertrofia en la ¨²ltima d¨¦cada que a los autores de Zombieland: mata y remata, tard¨ªa secuela de la pel¨ªcula original de 2009, Bienvenidos a Zombieland, no les queda m¨¢s remedio que pedir excusas de un modo m¨¢s o menos sutil en las primeras frases del relato. A trav¨¦s de la voz en off del personaje de Jesse Eissenberg, dirigi¨¦ndose directamente a los espectadores como narrador, nos da las gracias por haber ido al cine y ¡°por haber elegido su trabajo entre tanta oferta de historias de zombis¡±. Hasta ellos saben que no era necesaria una secuela y, sin embargo, aqu¨ª estamos.
ZOMBIELAND: MATA Y REMATA
Direcci¨®n: Ruben Fleischer.
Int¨¦rpretes: Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Emma Stone, Zoey Deutch.
G¨¦nero: comedia. EE UU, 2019.
Duraci¨®n: 99 minutos.
Por el camino, y desde aquella desprejuiciada, efervescente y algo b¨¢sica comedia de muertos vivientes dirigida por el entonces debutante Ruben Fleischer, las incursiones en el subg¨¦nero han sido tan constantes como distintas. As¨ª, entre las m¨¢s peculiares, las ha habido cercanas al b¨¦lico apocal¨ªptico (Guerra Mundial Z); en formato de animaci¨®n infantil (El alucinante mundo de Norman); aproximaciones autorreferenciales desde la ¨®rbita del cine de autor (Los muertos no mueren); una maravillosa comedia metaling¨¹¨ªstica (One Cut Of The Dead), y hasta una insigne tonter¨ªa sampleada (Orgullo + prejuicio + zombies). Y esto solo en cine, porque en televisi¨®n otras cuantas series, comandadas por The Walking Dead, han ido redondeando un panorama redundante, machac¨®n y en demasiadas ocasiones cada vez menos metaf¨®rico y m¨¢s alusivo a otros productos. De modo que se llega a esta Mata y remata con la sensaci¨®n de cierta indefensi¨®n ante la plaga.
La brit¨¢nica Zombies party (2004) hab¨ªa puesto las bases de la comedia, y Fleischer y sus guionistas la hab¨ªan acompa?ado en la primera entrega de una espectacular coreograf¨ªa de la violencia que, eso s¨ª, se agotaba a falta de media hora: poco despu¨¦s de la descacharrante presencia de Bill Murray interpret¨¢ndose, literalmente, a s¨ª mismo. En esta segunda parte, en cambio, todo es peor. Las secuencias de acci¨®n, sus bailes de sangre y sesos al viento, no tienen aquella frescura casi de musical, comandada por una excelente utilizaci¨®n del ralent¨ª que llevaba a la pel¨ªcula hasta un formato cercano al c¨®mic en su composici¨®n gr¨¢fica. Y los nuevos personajes, salvo el muy jocoso de la rubia tonta que borda Zoey Deutch, nada tienen de atractivo.
Ya ni siquiera queda aquella mediana reflexi¨®n sobre el aislamiento del individuo, tan sintom¨¢tica de los tiempos que corren, reflejada en una de las frases de su joven protagonista: ¡°Cuando no hab¨ªa zombis, evitaba a la gente como si fueran zombis. Y ahora que solo hay zombis, echo de menos a la gente¡±. Mata y remata ¨²nicamente conserva la idea tonal original y la qu¨ªmica entre Eisenberg y Woody Harrelson. Y eso es apenas nada en una franquicia sin motivos para su resurrecci¨®n, salvo intentar levantar la mortecina carrera de Fleischer, que tras aquel exitoso primer largo solo ha encadenado descalabros: 30 minutos o menos, Gangster Squad y Venom.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.