Una versi¨®n mejorada de nosotros mismos
'Gente normal', segunda novela de la irlandesa Sally Rooney, es una narraci¨®n pura del siglo XXI, pero su estudio de los afectos entronca con la gran novela del XIX
Las generaciones literarias no viven su mejor momento. Si bien siguen utiliz¨¢ndose como estrategias de promoci¨®n publicitaria, su antiguo prestigio a la hora de se?alar la pertenencia de un autor a un grupo ha desaparecido, su duraci¨®n es cada vez m¨¢s corta y en pocos a?os, quiz¨¢ meses, los propios escritores se esforzar¨¢n por desmentir aquello que los emparentaba con sus antes queridos compa?eros de quinta.
A Sally Rooney (Irlanda, 1991) se la ha nombrado en ocasiones cabecilla de una nueva generaci¨®n de narradores irlandeses (junto a Lisa McInerney y Colin Barrett, tambi¨¦n traducidos al espa?ol), escritores poscrash en una Irlanda donde la base tradicional de la sociedad ha sido corro¨ªda por la crisis econ¨®mica y el descr¨¦dito de la Iglesia cat¨®lica despu¨¦s de los numerosos casos de abusos. La propia Rooney dirige la revista The Stinging Fly, catapulta de esta nueva literatura. Y aunque sea antip¨¢tico, quiz¨¢ toque defender lo generacional: el esp¨ªritu de novedad compartida enriquece la percepci¨®n de s¨ª mismos de estos escritores, liberados del prestigio de unas formas can¨®nicas. Quiz¨¢ para hacer las cosas con cierta originalidad sea necesario, ante todo, creer que uno hace algo nuevo¡ y evitar la excesiva reverencia al gran basurero cultural en que se ha convertido lo que anteriormente llam¨¢bamos, con respeto, tradici¨®n.
Una vieja historia con ingredientes conocidos adquiere una frescura e intensidad poco comunes, se convierte en una lecci¨®n de escritura inaugural
En Gente normal, su segunda novela despu¨¦s de la revelaci¨®n de Conversaciones entre amigos (2017), ?Rooney cuenta la relaci¨®n de Marianne y Connell durante los a?os que median entre el final del instituto y la universidad, su peculiar historia de amor intermitente, disfrutado y negado, salv¨ªfico. A?adamos la diferencia de clase social, una compleja relaci¨®n de desarraigo con los lugares donde viven (Carricklea, una peque?a ciudad de provincias, y la capital, Dubl¨ªn) y unas experiencias formativas dif¨ªciles (el maltrato familiar de Marianne y la pobreza de Connell, criado por una joven madre soltera). Pero, as¨ª como la conciencia de los clich¨¦s que durante siglos envuelven al amor no impide a la gente enamorarse, en las manos de Rooney una vieja historia con ingredientes que todos conocemos adquiere una frescura e intensidad poco comunes, se convierte en una lecci¨®n de escritura inaugural. Va al grano, coloca grandes elipsis donde debe, evita se?alar lo que el lector ya conoce de un acervo com¨²n. Se centra en el juego de identidad y crecimiento de los protagonistas y deja, como contrapunto, las alusiones a la historia (Snowden, Gaza, los a?os que median entre 2011 y 2015) y las apariciones de los personajes secundarios, reducidos a un sutil eco de la permeabilidad de los protagonistas cuando est¨¢n separados: los amigos de Marianne se?alan una tendencia masoquista y autoanuladora; los amigos ¡°sanos¡± de Connell remarcan su obsesi¨®n por ser una persona ¡°buena¡±.
A Rooney le preocupa ante todo la danza intelectual y afectiva de dos personas que no pueden dejar de orbitarse y reconocerse porque mutuamente se dan carta de naturaleza, que existen porque el otro existe. Una curiosa defensa del ¡°amor a dos¡± en tiempos de poliamor. Y maticemos: antes que se?alar la permanencia de unos personajes ¡°unidos para siempre¡±, Rooney incide en la liquidez de aquello que llamamos persona. Los protagonistas de esta novela son dos inteligent¨ªsimos analistas de sus cambios y falencias, de las erradas proyecciones que van lanzando al mundo; tan obsesivamente ¨¦ticos como autodestructivos y avergonzados de su ¡°anormalidad¡±.
Gente normal es una narraci¨®n puro siglo XXI, ¨¢gil y el¨ªptica, pero su estudio de los afectos entronca con la gran novela del XIX. Con el laboratorio de parejas de provincias de George Eliot. Con los juegos de poder y de clase social, en torno al matrimonio, de Jane Austen. Pero en un nivel estructural m¨¢s profundo, uno detecta la simpat¨ªa por un autor que Rooney ha se?alado en alguna entrevista, Henry James. Como este, Rooney est¨¢ interesada en las paradojas y recovecos de la mente de sus personajes y de su formaci¨®n en sociedad: sus intenciones, a veces negadas para s¨ª mismos. Adem¨¢s posee una segunda cualidad jamesiana ¨ªntimamente relacionada con la anterior: si la lectura de esta novela es tan emocionante, en parte se debe a que cada cap¨ªtulo repite una estructura epif¨¢nica de desvelamiento, casi detectivesca. Fechados con unos d¨ªas o meses de diferencia entre ellos, los cap¨ªtulos comienzan en medio de una escena confusa del presente narrativo en la que el lector no cuenta con todas las pistas. Peque?as escenas retrospectivas ir¨¢n encajando, poco a poco, todas las piezas. Y al final de cada cap¨ªtulo, un peque?o giro de la trama volver¨¢ a dejar al lector en suspenso¡ Rooney es consciente de que estas simetr¨ªas in medias res pueden volverse mec¨¢nicas, por lo que calcula en qu¨¦ momento subvertir y narrar, por ejemplo, una escena desde los puntos de vista contradictorios de sus dos protagonistas.
Otro acierto es la predominancia de los di¨¢logos, sin separaci¨®n textual, ni comillas ni guiones. Se integran en la corriente principal de la narraci¨®n, a pesar de la repetici¨®n de la f¨®rmula ¡°dijo Connell¡±, ¡°dijo Marianne¡±, clarificadora pero casi siempre innecesaria. Si hay algo parecido a un mensaje en esta excelente novela tan poco panfletaria es que la identidad es una delicada suma de contingencias, que la felicidad es poco grandilocuente y viene de afuera, de la dependencia de los otros. En especial, de aquel que nos devuelve una versi¨®n renovada del mundo y sabe despertarnos unas cualidades que no conoc¨ªamos.
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Autor:?Sally Rooney.
Editorial:?Random Huse (2019).
Formato:?tapa dura y versi¨®n Kindle (256 p¨¢ginas).?
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