Marginales

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Memoria

Dolera

El venturoso hallazgo en mi absoluto despiste al mover mis torpes deditos navegando por las plataformas digitales para buscar series o documentales para matar el tiempo (nunca hab¨ªa pensado en lo terror¨ªfica que resulta la expresi¨®n ¡°matar el tiempo¡±) no se lo debo a la suerte, sino a la recomendaci¨®n de un amigo que se asoma a todas las series aunque no tenga paciencia en m¨²ltiples casos para continuarlas. Normal. Solo nos gusta lo bueno. ? Y cu¨¢l es el criterio de calidad en algo tan resbaladizo, plural y caprichoso como lo bueno y lo malo? Pues es bueno lo que me gusta a m¨ª. As¨ª soy de maniqueo y de tonto. Y su consejo es que me asome a una serie argentina titulada El marginal.Lo sigo. Y el tiempo vuela en las treinta horas que tardo en devorar sus tres temporadas. Lo hago en tres tacadas. Y feliz, aunque me est¨¦n hablando del infierno, del poder y la barbarie, de la corrupci¨®n salvaje arriba y abajo.

Borges escribi¨® un libro imprescindible, como todos los suyos, titulado Historia universal de la infamia. Y en esta serie sobre la infamia, los protagonistas son una familia apellidada Borges. El gui?o no puede ser casual. La selva en la que est¨¢ ambientada El marginal es una c¨¢rcel de Buenos Aires. Y la batalla feroz entre sus moradores, sin reglas, a sangre y fuego, para instalarse en el trono.

Di¨¢logos, personajes, trama y situaciones revelan que sus creadores, guionistas y directores est¨¢n en posesi¨®n de tanta inteligencia como imaginaci¨®n. Todo es brutal, c¨®mo funcionan los int¨¦rpretes, qu¨¦ fauna. Provoca miedo y en alg¨²n momento piedad. En el desenlace de la tercera temporada a los creadores se les va la olla, es tan excesivo y gore que pierde credibilidad. Pero el resto es hipn¨®tico.