En otro planeta
¡®Alegr¨ªa¡¯, una reflexi¨®n sobre el ¨¦xito literario con la que Manuel Vilas ha quedado finalista del premio Planeta, es un himno en prosa con embrujo de poes¨ªa
Este ha sido el Planeta m¨¢s rotundamente ex¨®tico de los ¨²ltimos 25 a?os, o al menos lo ha sido para m¨ª. Hoy dos autores a los que sigo de cerca desde hace a?os est¨¢n bajo todos los focos, sin que hayan renunciado a una obra genuinamente literaria. Pero est¨¢n en momentos cruzados de sus trayectorias: mientras Terra Alta, de Javier Cercas, alumbra a un Cercas que lleva injertado otro Cercas, Manuel Vilas aclimat¨® en Ordesa su antigua furia, sus neurosis y su miedo a un nuevo cauce menos col¨¦rico y ensimismado, m¨¢s ir¨®nico y permeable. Los dos han cuajado ahora obras aptas para hipnotizar a lectores sin entrenamiento espec¨ªfico, nuevos lectores para una literatura que les es presuntamente ajena por culta o por parida para exquisitas minor¨ªas. Ni con Terra Alta ni con Alegr¨ªa es verdad semejante prejuicio y el Planeta ha dado su bendici¨®n tumultuosa a dos novelas literarias de calidad (e incluso algo hay en la Alegr¨ªa de Vilas de la vivencia que llev¨® a Cercas a La velocidad de la luz). Ni siquiera con el Planeta combinado de Mario Vargas Llosa y Fernando Savater en 1993 hab¨ªa pasado algo semejante.
La novela es menos la continuaci¨®n de Ordesa que la segunda maduraci¨®n de una voz poderosamente armada
Y de la misma manera que Cercas es y no es Cercas en Terra Alta, la novela de Manuel Vilas es y no es la continuaci¨®n de Ordesa. Yo dir¨ªa que es menos la continuaci¨®n que la segunda maduraci¨®n de una voz poderosamente armada. En Ordesa la memoria del pasado ven¨ªa al presente mientras hoy el dietario personal introduce el pasado impregn¨¢ndolo todo de vida diaria, de habitaciones ruidosas, de robos en aeropuertos, de encuentros personales quieras que no cre¨ªbles y reales: es la cr¨®nica misma del ¨¦xito de Ordesa y tambi¨¦n de la celebraci¨®n vital, como en el antol¨®gico poema en prosa sobre hacer el amor (porque dejar de pensar en ello es morirse) o como su apuesta por la verdad y la belleza entre las esquirlas del miedo.
Es solo suyo, hoy, ese mestizaje entre la vitalidad incontinente y la larvada amenaza del dolor, la preventiva cautela ante la angustia y el caos de una vida que conoce ya los muy, muy malos ratos: cumple en el libro el escritor sus 56 a?os. La honestidad funciona a prueba de bombas porque muchos de sus fragmentos son bombas l¨ªricas, agridulces, a veces alucinadas en la a?oranza, afor¨ªsticas tambi¨¦n y siempre con una gasa de humor entre negro, kafkiano y goyesco: ¡°Dicen que el dinero no da la felicidad, qu¨¦ clase de imb¨¦cil puede decir eso¡±.
La lectura es son¨¢mbula a ratos, pero es tambi¨¦n adictiva por honesta, por inteligente, por derramada, por lib¨¦rrima en el juicio y pura en el autorretrato. Viven obstinadamente en la escritura sus padres muertos (¡°¨¢ngeles de paisano¡±), la vida se rea?nuda con cada zumo de naranja y con la amenaza de la desolaci¨®n end¨®gena, incontrolable mientras ronda por casa. Est¨¢n el miedo a la quemaz¨®n del alcohol (¡°todo vuelve¡±), los ansiol¨ªticos para las noches insomnes, el humor pac¨ªfico y la celebraci¨®n dulce de Mo, su segunda mujer (rebautizada tambi¨¦n ficticiamente como Hepburn, como el resto de personajes cambiar¨¢n de nombre), las llamadas felices y frustrantes a los hijos (a veces de ¡°un minuto y un segundo¡±), los encuentros con fantasmas de un pasado agarrotado dentro de s¨ª como una perpetua herida feliz. La alegr¨ªa inaudita que invocan los versos de Jos¨¦ Hierro al principio y al final (escritos en la profunda posguerra de la derrota) es aqu¨ª una alegr¨ªa ¡°analfabeta e inculta¡± en un libro sin embuste, limpio y bondadoso, veraz y virtuosamente contradictorio, hecho de miedo al miedo y de ansiedad de vida: un himno en prosa con embrujo de poes¨ªa, confidencia y candidez primordial.
Leeremos ya en adelante Ordesa y esta Alegr¨ªa como el destilado mejor del poeta que es Vilas y del prosista compulsivo de Espa?a: un d¨ªptico autobiogr¨¢fico cerrado, desarmante y conmovedor, en forma de rapsodia de amor, dolor y culpa. Va dopado con esa rara veracidad que entrega la nueva novela global y que parece arrumbar el tecnicismo de autoficci¨®n para emplazarnos en la plenitud de otra fase ¨¢vida, voraz y expansiva de la novela literaria occidental. Ah¨ª ha estado ya desde hace tiempo Javier Cercas y ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n Manuel Vilas.
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Autor: Manuel Vilas. Finalista del Premio Planeta.
Editorial: Planeta (2019).
Formato: tapa dura y versi¨®n Kindle (351 p¨¢ginas).
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